Los especialistas en nutrición advierten a los padres mexicanos que, en el país con más obesos del mundo, la lonchera de tus hijos es fundamental para darles fuerza y evitar el sobrepeso. Te sorprenderá saber, AL FINAL DE ESTE TEXTO, que una buena dieta puede ser mejor más barata incluso que una “modesta” que incluya jugos embotellados, barras de cereal o leche saborizada que tanto son promocionados por televisión.
Ciudad de México, 4 de septiembre (SinEmbargo).– ¿Qué llevan los niños mexicanos en sus loncheras? ¿Los alimentos que la constituyen son los adecuados para el correcto desarrollo de los niños? Especialistas aseguran que no necesariamente, y destacan que los menores que no cuentan con una adecuada alimentación son más propensos a presentar problemas de salud y aprendizaje.
Padres y madres incluyen en el paquete escolar alimentos como sándwich de jamón o salchichas con queso tipo americano; jugo embotellado, yogurt o leche saborizada, barra de cereal, fruta y/o galletas.
Sin embargo, dichos alimentos no constituyen un desayuno equilibrado y completo, de acuerdo con la nutrióloga Karla Paulina Serrano Peña, de la Fundación Mídete. El desayuno es muy importante para que los pequeños logren una correcta concentración y aprendizaje en la escuela, agregó.
«Es importante darles a los niños un buen desayuno porque es el combustible para todo el día. Los niños, al estar en crecimiento, necesitan ese aporte por el desgaste cerebral que implica ir a la escuela. Estudiar y concentrarse requiere energía. Es necesario otorgarles alimentos naturales con alto valor nutricional. Buena nutrición, es igual a buen desarrollo», dijo la especialista.
Por ello destacó que lo más recomendable es darle a los niños el azúcar de forma natural, esto es fruta con cáscara, ya que al pelarla se va buena parte de la fibra.
Evitar alimentos procesados y con altos contenidos de sodio, por ejemplo, las salchichas y el jamón. Asimismo, eliminar o disminuir el consumo de bebidas y alimentos ricos en azúcares, entre ellos, jugos artificiales, leches saborizadas, galletas, barras de cereal, etcétera.
La gran concentración de azúcar en los alimentos de los menores –de acuerdo con la especialista–, provoca que los niños manifiesten falta de interés y cansancio durante las horas escolares.
El papel que juegan las empresas como Nestlé, Bimbo, Kellog’s, entre otras, es deficiente en este sentido, porque no les interesa la alimentación sana de los infantes, sino la venta masiva de sus productos, afirmó.
México es el país con mayor obesidad en el mundo, después de Estados Unidos. Pero no sólo los adultos son los afectados por esta epidemia: el sobrepeso entre los mexicanos empieza desde la infancia, de acuerdo con estadísticas del Gobierno mexicano.
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De acuerdo con el propio Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), «la publicidad de alimentos y bebidas es uno de los factores que promueven cambios en los patrones de alimentación que fomentan la obesidad al promover productos de bajo o nulo valor nutricional».
En el país, reconoce el INSP, «la población infantil se encuentra expuesta a innumerables anuncios de alimentos y bebidas diariamente».
La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) plantea que el límite de los niveles de azúcar añadido permitido al día para la población entre dos y 18 años es de ocho cucharadas pequeñas ó 25 gramos.
Fiorella Espinosa De Cándido, coordinadora de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor, aseguró que las bebidas azucaradas son la principal fuente de glucosa de los mexicanos.
«Hay evidencia de que el azúcar en forma líquida es un factor de riesgo para desarrollar obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes», advirtió.
En los primeros once meses de 2014, México registró 35 mil 157 nuevos casos de obesidad entre niños de uno a 14 años, de acuerdo con la Secretaría de Salud (SSA).
Según la Alianza por la Salud Alimentaria, uno de cada tres niños mexicanos nacidos a partir del año 2010 padecerá diabetes a lo largo de su vida si no se actúa de forma inmediata. Asimismo, destaca que el sobrepeso y la obesidad son la principal causa de diabetes tipo 2, y en nuestro país uno de cada tres niños los padecen.
Espinosa expuso que cuando un niño consume una bebida azucarada al día, el riesgo de desarrollar diabetes aumenta en 26 por ciento, mientras las posibilidades de padecer obesidad incrementan hasta en un 60 por ciento.
Aunado a ello, en términos generales, cuando se rebasa el consumo diario de azúcares se dejan de consumir otros alimentos más saludables, explicó: «estás consumiendo un exceso de calorías provenientes del azúcar, pero estás promoviendo una deficiencia de nutrimentos esenciales, por ejemplo, vitaminas, minerales y proteínas que pueden desencadenar en anemia».
¿QUÉ LLEVAN LOS NIÑOS EN LA LONCHERA?
El paquete de alimentos que generalmente consumen los niños en etapa preescolar y escolar, está constituido por un sándwich de algún embutido, galletas, jugo industrializado, barra de «cereal» (entrecomillado porque realmente contiene harinas refinadas), leche saborizada y/o yogurt.
El sándwich consta de dos rebanadas de pan de caja, salchicha y queso tipo americano. De acuerdo con información de El Poder del Consumidor, dos rebanadas de pan integral contienen 4.4 gramos de azúcar, lo cual equivale a aproximadamente una cucharada cafetera de azúcar que es se traduce en hasta el 33 por ciento de la cantidad de azúcar máxima tolerada diaria para un niño.
Una salchicha posee 613 miligramos de sodio, lo que cubre el el 40.8 por ciento del total que se recomienda para un infante y está constituida por quince diferentes ingredientes, entre ellos nitrito de sodio, mismo que es cancerígeno.
El queso tipo americano en realidad es una composición de sólidos de leche y aditivos, y sólo el 22 por ciento del producto es queso.
La mayoría de las barras que se comercializan como si fueran de cereal, realmente cuentan con harina refinada y cerca de 13 gramos de azúcar, o sea, aproximadamente tres cucharadas de azúcar.
Los jugos artificiales, en presentaciones de 250 mililitros llegan a contener cuatro cucharadas de azúcar; mientras las leches saborizadas de 30 gramos cuentan hasta con seis, con lo que se cubre casi el total de lo que un niño puede consumir en todo el día.
En un yogurt para beber, los niños pueden llegar a ingerir hasta siete cucharaditas de azúcar, cantidad similar a la que consumen en un paquete de ocho galletas.
¿QUÉ ALTERNATIVAS OFRECERLE A LOS NIÑOS?
Ante la situación, las expertas consultadas por SinEmbargo compartieron una serie de menús saludables recomendados para los menores en etapa escolar. Cada recomendación cuenta con aportes de proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales esenciales para el desarrollo infantil, no obstante, según las necesidades de cada niño, vale la pena consultar al especialista en nutrición de su confianza.
Fiorella Espinosa explicó que en términos generales las recomendaciones se encuentran libres de azúcar y aditivos que dañan la salud de los niños. Además los nutre y promueve su crecimiento, desarrollo y buen rendimiento escolar porque proveen una cantidad suficiente y adecuada de:
– Proteínas tanto de origen animal, como vegetal que sirven para promover el adecuado crecimiento y desarrollo del niño.
– Carbohidratos complejos que le brindan energía por varias horas en las que pueden estar atentos.
– Fibra que no sólo les ayuda a tener una buena salud digestiva, sino también a prevenir enfermedades como diabetes y enfermedades del corazón, ya que evita altos niveles de azúcares y colesterol en la sangre, además de promover una flora bacteriana saludable, lo cual también es factor protector para obesidad y varias enfermedades.
– Vitaminas, minerales y fitoquímicos protegen las células de diversos daños, y por ende de enfermedades. Unas de las razones es porque son antioxidantes y antiinflamatorios.
«En esta etapa también es muy importante fortalecer el sistema inmunológico, lo cual se logra con el consumo de verduras, frutas, cereales integrales y leguminosas (como frijoles, lentejas, habas, etcétera). Al respecto, es muy importante mencionar que actualmente muchos niños viven con alergias, y muchas de ellas se podrían evitar con una alimentación adecuada, basada en estos alimentos», señaló.
Un par de quesadillas preparadas con tortilla de maíz, panela y pico de gallo (jitomate y cebolla picados).
Una manzana.
Agua natural o de limón.
Almendras.
Crepa de jamón, queso y aguacate.
Pepino o jicama en trozos.
Fruta.
Yogurt sin azúcar.
Infusión de agua natural con rodajas de fresa y limón.
Sándwich de pan integral, pollo o atún con lechuga y ensalada rusa (zanahoria, papa y chícharos).
1 taza de melón en trozos.
Agua natural.
Cacahuates sin sal.
Un par de tacos de pollo con lechuga y jitomate.
1 taza de sandía.
Agua natural.
Arándanos.
Tiras de pollo asado.
Jicama picada.
1 pera.
1 barra de amaranto con cacahuates y pasas.
Infusión de agua natural con limón y frutas en rodajas.