El 1 de agosto de 2015 Texas puso en vigor una normativa que permite que los estudiantes universitarios mayores de 21 años porten armas dentro del campus. Al respecto, un movimiento estudiantil protesta con juguetes sexuales y la consigna «Cocks Not Glocks» (Penes sí, pistolas no).
Ciudad de México, 25 de agosto (SinEmbargo).- «Cocks Not Glocks» (Penes sí, pistolas no) es la consigna de cientos de jóvenes de la Universidad de Texas ante la normativa que permite a los mayores de 21 años portar armas en el campus.
Con juguetes sexuales en mano, los estudiantes llevaron a cabo su manifestación en la torre del reloj del centro de estudios, en donde el ex marin Charles Whitman desató un tiroteo el 1 de agosto de 1996, en donde perdieron la vida 14 personas y otras 30 resultaron heridas.
Fue también un 1 de agosto pero del año pasado, cuando entró en vigor la ley que desató la protesta, la llamada “Campus-Carry”, promulgada por el gobernador de Texas, Greg Abbott. Esta ley autoriza a estudiantes, profesores y visitantes a entrar en el recinto armados, siempre y cuando tengan permiso de portación y su arma no sea visible.
Durante el mitin, los estudiantes expresaron «Tenemos leyes locas, pero esta es la más loca; no es legal traer un consolador en el campus pero sí lo es traer un arma. Por eso estamos tratando de luchar contra lo absurdo con lo absurdo «, cita The Guardian a Rosie Zander, un estudiante de Historia de 20 años.
«Cocks Not Glock» ha distribuido más de 5 mil consoladores en la última semana, donados por las sex shops. El movimiento comenzó su actividad el año pasado cuando Jessica Jin, ex alumna del campus organizó una protesta para satirizar lo absurdo de la ley del gobernador republicano.
La polémica protesta de los universitarios ha sido comparada con las de la época de los sesentas y la legendaria consigna «Make love not war» (Haz el amor y no la guerra), sin embargo también ha desatado fuertes críticas, entre ellas la de los mismos compañeros de clase, quienes piensan que no es la mejor manera de abrir el debate, y que solamente empeoran la situación al presentarse como sujetos sin capacidad para argumentar sus objeciones con seriedad.