La última creación del genio, fallecido en 2011, fue una tableta destinada a controlar y monitorizar embarcaciones. Este invento no es casual o arbitrario. En sus últimos años, Jobs estuvo concentrado en la construcción de un inmenso yate llamado Venus, cuya culminación no pudo disfrutar.
Por Andrea Núñez-Torrón Stock
Ciudad de México, 18 de agosto (SinEmbargo/Ticbeat).-Entre los visionarios de la tecnología moderna, es posible que Steve Jobs sea la cabeza más visible. Muchos han especulado sobre el proyecto en el que este genio habría estado inmerso antes de morir en 2011, momento en el que acumulaba la extraordinaria cifra de 323 patentes como inventor. Recientemente la oficina norteamericana de Patentes y Marcas ha confirmado la número 324, destinada a un público más pequeño y con un altísimo nivel económico.
Esta nueva patente, cuyo primer inventor es Steve Jobs, es propiedad de Apple y de la compañía de domótica Savant. Fue registrada en 2013 y es algo muy similar a una tableta o iPad con la función destinada al control remoto para embarcaciones, que probablemente hubiera recibido el nombre de iBoat.
Este invento no es casual o arbitrario. En sus últimos años, Jobs estuvo concentrado en la construcción de un inmenso yate llamado Venus, cuya finalización no pudo finalmente disfrutar. Este iBoat, cuya patente está registrada bajo el nombre “Mando de control remoto empleando un dispositivo móvil inalámbrico”, partía de una idea pionera para controlar, a través de una pantalla táctil, todos los aspectos relativos al barco, desde la navegación a las luces o el aire acondicionado, al alcance de un solo dedo.
El iBoat funcionaría gracias a la comunicación inalámbrica, basándose en una interfaz ligada al sistema de control electrónico de la embarcación. Podría proporcionar datos a tiempo real del vehículo y tendría blindada la seguridad ya que un monitor permitiría desactivar el control remoto en caso de haber errores en el sistema.
Por el momento, no conocemos los planes del Tim Cook, CEO de Apple, acerca de si habrá comercialización de esta pionera y arriesgada patente de domótica náutica, eso sí, destinada a un público más exclusivo que el de los relojes, tabletas o teléfonos inteligentes.