Se trata de la primera obra mexicana en ser publicada dentro de la colección Alfaguara Negra y la primera de la serie del ex comandante Zuzunaga.
Ciudad de México, 3 de agosto (SinEmbargo).- Una novela negra escrita en un estilo preciso, como un estilete que cincelara sobre un muro la historia del ex comandante Zuzunaga, un verdadero hdp al uso, despreciado por sus compañeros, cultor de todos los vicios de cliché aplicados al ejercicio policial.
Oraciones cortas de verbo, sujeto y predicado. Una línea, una acción, convierten la novela breve Tus dos muertos, del escritor mexicano Jorge Alberto Gudiño, en la expresión de un mundo sordo y oscuro, por donde los personajes transitan sin rumbo, desmedidos y desbordados.
Se trata de la primera obra para la colección Alfaguara Negra, una serie destinada a llevar a los lectores las mejores novelas de suspense. La serie se inició con Un gramo de odio, la original y poderosa obra de Frantz Delplanque y continuó con Venganza, de Benjamin Black (John Banville), última entrega de la gran serie protagonizada por el doctor Quirke.
Recientemente ha sido publicada la serie del comisario Camille Verhoeben, de Pierre Lemaitre, entre otros títulos.
Escrita por Jorge Alberto Gudiño, Tus dos muertes se integra a la serie con vocación de expansión nacional, una virtud que pretende aglutinar los mejores cultores del género en nuestro país.
Cipriano Zuzunaga es un ex comandante venido a menos en la ciudad de México. Tras meterse en problemas con políticos poderosos, fue forzado a reiniciar su carrera. Ahora está bajo las órdenes del comandante Alvariño, un ambicioso pero tonto policía.
Entre otras cosas, tiene la encomienda de extorsionar a los indigentes y criminales insignificantes para reunir la cuota que debe entregar a su superior. Zuzunaga también se ocupa de su propia hija, quien estudia en el extranjero. Él hace lo que sea para poder enviarle dinero.
“Con un cambio de tono espectacular, Jorge entrega su novela más lograda y vibrante a la fecha: Tus dos muertos, hogar del ex comandante Zuzunaga, un policía en la mejor tradición de la novela negra latinoamericana”, ha dicho el también escritor Martín Solares.
“Una novela negra no ofrece solamente la indagación de un enigma policíaco: articula, sobre todo, una prosa que revela y desmenuza la putrefacción de una sociedad. Tus dos muertos representa un nuevo camino de ferocidad y precisión en la narrativa de Jorge Alberto Gudiño”, escribió a su vez el novelista y cuentista tapatío Antonio Ortuño.
Jorge Alberto Gudiño Hernández publicó Los trenes nunca van hacia el este, su primera novela. En 2011, con Con amor, tu hija obtuvo el Premio Lipp de Novela, entregado por primera vez en México y de gran tradición en Francia. En 2014 publicó Instrucciones para mudar un pueblo y en 2015, Justo después del miedo. Desde 2004 conduce La Tertulia, en Radio Red, una revista radiofónica dedicada a la literatura. También es colaborador de diversos medios impresos y digitales. Todos los sábados se le puede leer en sinembargo.mx. Dedica una buena parte de su tiempo a la docencia universitaria.
¿QUÉ ES LA NOVELA NEGRA?
–¿Qué es la novela negra para ti?
–Hay varias formas de novela negra, pero para mí es aquella llena de violencia, es una novela oscura en los personajes que la habitan y en las tramas que cuenta.
–¿A qué crees que se debe el auge de este género?
–Sigo escuchando a personas que no leen novela negra o policial. Pero si hay auge que extrañamente a su llegada desde Europa. Aquí hubo buena novela negra en los ’70, pero no hizo mucha huella, al menos no la presencia que tuvo siempre en los Estados Unidos, donde la novela negra es algo natural. Se siguió el camino de la literatura de nicho que se vendía en los aeropuertos, sin mucha pretensión. Luego vino la onda escandinava, cuyos autores mostraron que se podía hacer literatura de género para hablar de muchas otras cosas, más allá del género.
–Cuando se critica la literatura de cualquier género, olvidamos por ejemplo que tanto Stieg Larsson como J.k.Rowling, son grandes escritores, no sólo venden muchos libros
–Sí, por supuesto, sobre todo Rowling. Los escritores estadounidenses se dieron cuenta de que el dinero estaba en las series televisivas más que en los libros. Otros escritores europeos empezaron a hacer policiales con las mismas reglas de lo no policíaco, con un personaje que se transforma, formas más cercanas a la literatura total, no sólo resolver un misterio. Tienes el caso de John Banville, un gran purista del inglés y quien con el seudónimo de Benjamin Black escribió novelas policiales exitosas. Uno lee a Henning Mankell, por ejemplo, tanto en sus novelas policiales como en las que no son policiales y termina muy triste, en parte porque el estado de ánimo del lector no depende de que la historia resuelva un misterio. Uno se pone triste por la vida de Wallander.
–Es interesante lo de la televisión que mencionas, porque no es nuevo, tampoco en el cine…
–No, claro, lo que pasa es que nos bombardearon con las series. Hubo una época en que había potencialmente 10 novelas en danza en la pantalla durante un fin de semana.
–¿Cuándo decidiste que Zuzunaga iba a ser un hdp?
–Desde el principio. No quería un detective superhéroe ni que fuera un desgraciado poderoso. Cuando decidí que iba a ser defenestrado por cosas que había hecho en el pasado, la congruencia exigía que no fuera bueno. Iba a ser además un chivo expiatorio en un país como México donde nunca se resuelven los crímenes.
–Inicia la novela con una escena de tortura en un escenario peculiar, un baño público
–Entre las cosas que me pregunté al escribir la novela es por qué empezar a narrar cuando le asignan al policía el caso. Después de todo, eso no es lo más natural. Quería que el personaje tuviera una vida más allá del caso y el torturado tiene relación con otras cosas que vive Zuzunaga y que no tienen nada que ver con el caso.
–A pesar de todo, va mostrando algunos rasgos humanos con el correr de la historia
–Estoy convencido de que así todas las personas, incluso los más malos tienen sus puntos de quiebre y sus actitudes más benévolas, en general. Era un fácil pintar un malo a partir de estereotipos, era sencillo, pero el personaje se iba a quedar atorado y el lector iba a querer matar al investigador, no sólo al asesino.
–Un estilo de acción-acción, elegiste
–Cuando comencé a escribir Tus dos muertos me puse algunas restricciones narrativas y una de ellas era hacer la novela con la menor cantidad de descripciones, para que la violencia estuviera a partir de hechos muy concretos. Cuando hay mayor intensidad narrativa, las frases son incluso más breves. Quería contrastarla con Con amor tu hija, sobre todo, donde las frases son subordinadas, largas, propias de un narrador que piensa mucho en sí mismo.
–Hay una atmósfera opresiva, llena de personajes horribles, como el gordo que se masturba
–La colonia es donde transcurrió mi infancia, aunque en la novela le cambié de nombre. Las madrugadas en esas colonias están pobladas de personajes extraños como el Matape, ese gordo onanista, puede ser alguien muy reconocible. Como mucha gente que vive en indigencia y que siempre está en el mismo lugar, lo cual quiere decir que alguien los lleva y luego los regresa. Quise jugar con elementos extremos, pero posibles.
–Un antecedente de esta novela podría ser Instrucciones para mudar un pueblo
–Sí, mucha gente dice que Tus dos muertos no es mi primera novela negra. No lo sé. Ese universo cerrado y ficticio de Instrucciones para mudar un pueblo puede ser la colonia Fresnos de Tus dos muertos. Y eso funciona para una novela policial. Uno no puede escribir una novela de misterios, como hacía Agatha Christie, en un vagón de un tren.
–El escenario del baño público es espeluznante.
–Son horribles. Trato de evitarlos siempre que puede. Son curiosos por cómo suenan, son tremendamente sucios, no tienen sistema de drenaje y eso los vuelve aterradores.