Los puentes colgantes sumergidos atravesarán los fiordos del país escandinavo. El proyecto plantea varios retos, pero según los expertos es una idea factible.
Por Martín Castro
Ciudad de México, 27 de julio (SinEmbargo/Ticbeat).– Conducir los mil kilómetros que separan el puerto de Kristiansand, al sur de Noruega, y Trondheim, en el norte del país, requiere 21 horas de viaje en coche. Esto hace una media de 50 Km/h por la autopista E39, una ruta que atraviesa bellos paisajes nórdicos pero muy incómodos para la conducción. Ahora, un proyecto de 25 mil millones de dólares pretende reducir este trayecto a la mitad (10’5 horas) instalando túneles a través de los fiordos.
Los fiordos son entradas del mar en la tierra que pueden llegar a tener varios kilómetros de anchura y profundidad. Esto dificulta la instalación de puentes convencionales, así que ingenieros noruegos están estudiando la posibilidad de atravesarlos con un sistema novedoso: puentes flotantes sumergidos. En otras palabras, un tubo a 30 metros de profundidad por el que podrán circular los vehículos.
De acuerdo con los planes de Arianna Minoretti, ingeniera de la administración pública de carreteras del país, la idea no es descabellada. Con mil 300 metros de profundidad y 1 Km de ancho, el fiordo de Sognefjord podría convertirse el primer escenario de pruebas del puente flotante. La estructura contará con dos tubos de hormigón de mil 200 metros y dos plataformas en la superficie que sostendrán y estabilizarán el puente.
El diseño ofrece varias ventajas respecto a otro tipo de infraestructuras. Las inclemencias del tiempo, por ejemplo, no afectan de la misma forma a las estructuras sumergidas. Para Minoretti esto supondrá un avance para las poblaciones rurales de Noruega porque no se quedarán aisladas por los temporales. “No tendrán que esperar a un helicóptero para ir al hospital”.
La construcción en sí no será tan complicada como parece. “Esta idea noruega es una especie de tecnología intermedia de otras cosas que se han hecho antes” apunta Henry Petroski, un ingeniero civil de la Universidad de Duke especializado en puentes. “Para un ingeniero que trabaja en esta estructura, es como estar en Discovery Channel todos los días” dice Minoretti, destacando los retos que plantea este proyecto.
Por el momento, los ingenieros están volcando todos sus esfuerzos en calcular el tipo de viento y de olas que una estructura flotante sumergida podría soportar. Según lo previsto hasta ahora, el puente podría perder un pontón entero (un apoyo) sin colapsar. Una vez que los detalles estén aclarados, serán los trabajadores del gobierno los que decidirán los aspectos técnicos.
Noruega no teme a la conducción submarina. “Los noruegos están muy acostumbrados a conducir bajo el agua en túneles” dice Kjersti Kvalheim Dunham, director del proyecto de renovación de la ruta E39. El país escandinavo ya cuenta con 1.150 túneles y 35 de ellos están sumergidos.