Todos viajamos con celular en la mano, por eso llamamos a que compartas tus experiencias con Mundano. En esta ocasión, la autora plasma aquí las memorias del que promete ser el primer viaje de muchos a la «gran manzana».
Las expectativas eran tan altas como el cine, la televisión y las cientos de canciones la pintaban. Las ganas de conocer eran muchas y el contexto, además, emocionante.
Era un 26 de junio. Estaba en una banca de Times Square, rodeada de basura y botargas mal hechas, comiendo un hot dog de carrito, caro y no muy bueno, y sentada frente a la persona con la que menos pensé estar ahí. “Estoy en Nueva York, junto a ti, comiendo un jocho, wow”, fue lo único que pude pensar esa primera noche.
Todo lo demás pasó muy rápido, tenía poco tiempo para recorrer una ciudad enorme, con lugares reconocibles a cada paso, con sitios y personas que fotografiar, con una referencia pop a donde voltearas.
Amé el MoMA más de lo preciso, sentí un extraño nerviosismo cuando iba a entrar a la sala de los Warhols y traté de tomar cada ángulo de las latas Campbell’s.
Pero si me preguntan cuál fue mi actividad favorita en Nueva York, diría sin exagerar que fue andar en bicicleta en Central Park. Todo, las subidas empinadas y las bajadas que dejaban descansar, tomar un break en el pasto, o manejar hasta el Guggenheim. Todo.
Conocí un restaurante de la India llamado Milon y el bar Boiler Room, en East Village, a los que no habría llegado sin la fortuna de tener como guía a un local, el español más neoyoquino que he conocido (la verdad, el único que conozco).
Luego, la quinta avenida, Soho, los alrededores de la Estatua de la Libertad, el mirador del Rockefeller Center (altamente recomendado), y el del Empire State, y se acabó.
Había prometido no portar una playera de I <3 NY hasta que me hiciera sentido, y claro, entonces la compré. Ahí encontré mi nueva tienda favorita y acrecenté mi pequeña obsesión por el arte pop, le di sentido al número 102th y aprendí que “la gran manzana” no es un sitio tan hostil y frío como dicen.
Me faltó el MET, el toro de Wall Street, el Museo de Historia Natural, la Grand Central, incluso me faltó Brooklyn, pero eso se puede resolver, New York no es una ciudad de una sola vez.
