Diego Petersen Farah
13/05/2016 - 12:02 am
La ruleta del 5 de junio
Más allá de las 12 gubernaturas, las decenas de diputados locales y cientos de presidentes municipales que se juegan en las elecciones el 5 de junio hay muchas otras cosas en juego para los partidos y en especial para algunos personajes que tienen en esta ruleta mucho de su capital político en juego.
Más allá de las 12 gubernaturas, las decenas de diputados locales y cientos de presidentes municipales que se juegan en las elecciones el 5 de junio hay muchas otras cosas en juego para los partidos y en especial para algunos personajes que tienen en esta ruleta mucho de su capital político en juego.
Lo primero es que el PRD se juega literalmente la vida. El resultado de esta elección le permitirá medirse en un têt a têt con Morena, su hermano incómodo, después de la golpiza de la elección federal de 2015. En números gruesos, el año pasado, del 20 por ciento del voto duro de la izquierda Morena se quedó con doce y el PRD con ocho, más cerca de MC, que llegó a siete, que del PRI y PAN que estuvieron arriba de veinte puntos. Si en las elecciones estatales donde, al menos en principio, el PRD tiene más estructura, Morena le vuelve a pegar, lo que veremos será un proceso de descomposición acelerada del partido del Sol Azteca. Literalmente pollitos en fuga.
Movimiento Ciudadano, la sorpresa de la elección anterior, tiene también mucho en juego. Por supuesto que ninguna gubernatura, quizá alguna presidencia municipal donde pueda ser competitivo, como Pachuca, o algún estado donde crecerá su presencia, como Sinaloa. Lo que realmente se juega es demostrar que MC es más que un fenómeno electoral en Guadalajara, que va más allá del Alfarismo y que es un buen partido, en el sentido matrimonial del término, para las alianzas del 2018.
Pero el que más se juega en esta elección es Manlio Fabio Beltrones. El político sonorense pondrá a prueba que se puede ganar “a pesar de todo”, con candidato bueno o malo, con presidente querido u odiado. La muestra la puso en la elección extraordinaria de Colima donde ganó a base de operación ahora sí que casilla por casilla. No fue aumentando la votación del PRI sino minando la del panista Jorge Preciado en un solo municipio, Manzanillo, como sacó adelante la encomienda. El PRI gobierna actualmente nueve de los estados en disputa y, al decir de las encuestas, podría terminar solo con siete.
Uno de los que podría perder es Veracruz, pero no hay alquimia electoral que soporte un gobierno como el de Javier Duarte. A cambio, todo parece indicar que recuperará Sinaloa. Si el PRI gana siete u ocho de las gubernaturas será un triunfo para Manlio; menos de eso es derrota. Pero en cualquier caso lo que hay que observar es cómo opera las elecciones y en dónde se da el voto diferenciado. A como van las cosas el PRI llegará al 2018 habiendo perdido en seis de los siete estados con los padrones más abultados: Ciudad de México, Veracruz, Jalisco, Puebla, Guanajuato y Nuevo León. Solo ganó en el 2015, y parece que ganará el próximo año, el Estado de México, el más poblado del país.
Las estrategias que veamos en estas elecciones serán en mucho lo que veremos en dos años. Que ruede la ruleta.
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