Los empresarios del poder

13/05/2016 - 12:01 am
Foto Cuartoscuro
Los Candidatos a La Gubernatura De Sinaloa Durante El último Debate Foto Cuartoscuro

Uno de los rasgos singulares de los próximos 13 comicios que se celebraran el 5 de junio, cuando en 12 de ellos estará en juego la gubernatura, es la gran cantidad de empresarios que saltan a la política por la vía partidaria o independiente, y contrasta notoriamente con la desaparición de la boleta electoral de miembros de las centrales de los trabajadores.

Los empresarios en efecto han decidido continuar el salto a la escena política sin dejar de funcionar sus negocios pues no es necesario, además, no todos ellos cuentan con grandes empresas sino son modestos, incluso, negocios familiares, y quizá por eso, la incursión de empresarios es una tendencia firme que estamos viendo y que contribuirá a definir el perfil de la nueva representación política.

¿Qué significa que los empresarios asuman cada día más posiciones de poder mientras los trabajadores prácticamente han desaparecido de las postulaciones partidarias y la representación política?

Las reformas estructurales del gobierno de Peña Nieto representan la mayor apertura económica que México haya hecho en beneficio del mundo de los negocios y ello ha tenido un efecto en la política electoral.

Muchos empresarios que se habían resistido a incursionar en ella hoy lo están haciendo por la vía partidaria y la independiente.

Incluso, el Presidente Peña Nieto que ha devuelto un protagonismo a la figura presidencial se ha encargado de que así sea en su partido y el mismo ha palomeado a varios de ellos como candidatos a Gobernador. La explicación de esta decisión parece ser muy sencilla. Los empresarios están más cerca de su política económica que los hombres y mujeres de partido. Pero, qué hay detrás de esta tendencia novedosa que rompe esquemas:

Primero, el gran número de empresarios en las postulaciones partidarias e independientes y, subsecuentemente, su incorporación en la representación política, no es un dato menor pues significa una nueva afirmación del capital sobre el trabajo. No siempre existió ese desequilibrio en la representación política. Las grandes centrales de los trabajadores de la ciudad y el campo durante muchos años se hicieron presentes con sus demandas lo que influyó en las decisiones que se adoptaban en la política pública.

¿Acaso podríamos imaginar sin este sector conquistas sociales como el IMSS, el Infonavit o la Conasupo? De ninguna manera. Son resultado de los equilibrios necesarios entre el capital y el trabajo que hoy se están perdiendo. Cierto las promovía y negociaba la burocracia sindical y eso significaba réditos económicos y políticos para esta casta de dirigentes formales, sin embargo con su ausencia se están relegando temas cruciales como las pensiones, salud, vivienda y educación.

Segundo, la mayor presencia de empresarios en la representación política, no solo significa para ellos un mayor espacio político sino que muchas de las políticas públicas de los gobiernos se realizan en clave empresarial. De hecho de acuerdo a sociología política, la política en tanto intermediación de intereses es una empresa donde se invierte tiempo y dinero para obtener unos beneficios. Nuevamente cabe la pregunta de quién es el intermediario de los intereses de los trabajadores. El PRI desde hace varios años eliminó a los trabajadores de su programa y se volvió un partido que se reclama de la ciudadanía, más allá de lo que signifique en un partido pragmático. Y el resto de las formaciones políticas han seguido la misma ruta programática provocando una confluencia teórica.

Tercero, está demostrado que muchos empresarios buscan acceder a la representación política para estar cerca de los negocios, incluso llegan a establecer alianzas para constituir verdaderos lobbies y favorecer a determinadas empresas, como han sido los casos escandalosos de las televisoras que se benefician con contratos y condonaciones fiscales. Así mismo, los negocios que se desprenden del proceso de privatización de las últimas empresas públicas y todo ello en menoscabo de los bienes de la nación. De las partidas del gasto social que significa menos dinero para escuelas, hospitales, medicinas, vivienda y pensiones.

Cuarto, los empresarios llegan a determinar la naturaleza del sistema de partidos pues se difuminan los términos políticos e ideológicos, de tal suerte que las postulaciones a cargos de elección popular ya no obedecen a las identidades históricas, sino simple y llanamente, a intereses privados. Más claro todavía, se ve cómo partidos tradicionalmente ideológicos están sacrificando sus identidades en aras de un pragmatismo que les permita la sobrevivencia. Un ejemplo de esta tendencia es el de Sinaloa, donde de los ocho candidatos a Gobernador, cuatro de ellos, y los más competitivos, postularon empresarios. Pero no sólo en Sinaloa, incluso está el caso de los empresarios que van como candidatos independientes a los gobiernos de Chihuahua y Zacatecas.

Finalmente, la presencia de los candidatos empresarios está cambiando la matriz izquierda-derecha que era una referencia para mucha gente. El votante de izquierda lo tenía claro como también el de la derecha. Hoy las referencia de tipo ideológico se han difuminado y la matriz pareciera reducirse a la dicotomía empresario-político. Que lleva a otro tema que es esa mezcla de intereses empresariales y políticos, donde muchos de estos personajes sintetizan esa dualidad. Son empresarios pero también son políticos; son políticos que también empresarios.

Estamos entonces ante un cambio de época donde terminados los tiempos de cuando la representación estaba marcada por la bipolaridad capital-trabajo y el Estado garantizaba los equilibrios, aquello se ha perdido con la Reforma laboral y la virtual desaparición de las grandes centrales de trabajadores que han quedado como un cascaron de huevo. Sólo explotan lo que queda unos señores burócratas. Sin ganas, sin filo, sin poder, sin juventud. Y cómo decía el clásico del liberalismo mexicano, en política no hay vacíos.

Ernesto Hernández Norzagaray
Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Ex Presidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A. C., ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Ciencia Política A.C. Colaborador del diario Noroeste, Riodoce, 15Diario, Datamex. Ha recibido premios de periodismo y autor de múltiples artículos y varios libros sobre temas político electorales.
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