El país del aquí, no pasa nada

15/04/2016 - 12:00 am
Tras las revelaciones de los Papeles de Panamá, los islandeses salieron a la calle a pedir la renuncia de su Primer Ministro Sigmundur Gunnlaugsson bajo el lema de “no somos una república bananera”
Tras las revelaciones de los Papeles de Panamá, los islandeses salieron a la calle a pedir la renuncia de su Primer Ministro Sigmundur Gunnlaugsson bajo el lema de “no somos una república bananera”. Mientras aquí, en el país del aquí, no pasa nada, pasó de largo. Foto: EFE

Los Papeles de Panamá han provocado diversas reacciones sociales y políticas en distintas partes del mundo en forma directamente proporcional a las fortunas escondidas en un despacho de inversiones y aquí no ha pasado de explicaciones técnicas del gobierno además de artículos puntillosos de algunos analistas.

Los islandeses salieron a la calle a pedir la renuncia de su Primer Ministro Sigmundur Gunnlaugsson bajo el lema de “no somos una república bananera”. El gobierno colombiano inició una investigación expedita de 850 de sus ciudadanos que tienen inversiones en sociedades off-shore.

En Argentina, un fiscal investigará al Presidente Mauricio Macri, por haber aparecido su nombre en la sociedad Fleg Trading Ltd., lo que él llama una “operación legal”, y en Inglaterra, David Cameron, está en serios problemas ante el parlamento por una sociedad off shore que creó su padre y según dice que fue vendida antes de asumir el cargo de Primer Ministro.

Su par pakistaní, Nawaz Sharif, ante severos cuestionamientos negó cualquier tipo de ilegalidad en sus operaciones. “Esos apartamentos son nuestros al igual que las compañías en el extranjero”, dijo molesto.

Y aunque indirectamente se señala a Vladimir Putin, la respuesta de su gabinete fue sorprendente y destemplada. Dmitri Pejov, portavoz del Kremlin, aclaró: Aunque Putin no figura de facto, para nosotros está claro que el objetivo principal de esta filtración es nuestro Presidente, sobre todo de cara a las elecciones parlamentarias y las presidenciales de dentro de dos años, y la estabilidad política en nuestro país”.

Y, así, podríamos seguir agregando casos que muestran que las instituciones funcionan en otros países ante poderosos que presumiblemente hacen trampas para evita pagar impuestos.
Sin embargo, en el nuestro, el de la raza de bronce, la respuesta del gobierno ha sido más bien tibia y hasta podríamos decir exculpatoria a priori.

Y es que mire, estimado lector, si en Colombia con una economía mucho más pequeña que la nuestra, inmediatamente identificaron a 850 posibles evasores, en esa lógica sería de esperar al menos el doble de inversionistas en este listado y tendrían que ser investigados para saber si esos recursos son legales.

Pero, no, sólo hay 30 personas que están siendo investigadas según la información oficial. Y es que no es poca cosa la filtración de los papeles de Panamá. Juan Armando Hinojosa Cantú, dueño de la privilegiada empresa constructora Higa, tiene invertido 100 millones dólares a través del despacho Mossack-Fonseca y algo debe esconder este señor para montar un entramado complejo que involucra varios países y haber involucrado a la persona de mayor confianza que cualquiera puede tener: Su madre.

Ante este y otros casos, el responsable de la hacienda pública, ha sido muy cuidadoso de mencionar nombres y se concreta a ese ridículo número de sujetos fiscales. Ya sabemos por otras experiencias que cuando se trata de complicidades entre el poder político y económico, los funcionarios se pierden en el discurso sobre el imperio de la ley, con sus tecnicismos y argumentos leguleyos.

Y eso busca ganar tiempo para que pase el vendaval mediático y no actuar contra quienes podrían incurrir en delitos contra la nación. O bien seleccionar algunos para dar la idea de que se va a corregir el problema. A estas alturas ya deberíamos saber los nombres de todos los mexicanos que se encuentran en ese largo listado. Si son empresarios, políticos, deportistas, directores de cine, narcos, cómo está sucediendo en Europa donde no se la perdonan prácticamente a nadie. Y, es que, en aquellos países hay un principio con el que funcionan sus instituciones: En democracia el que la hace la paga.

Y vaya que sí. Existe además otro principio qué es el de la responsabilidad social y política, a la que se sujetan todos, ahí está el caso del Primer ministro islandés, que intenta renunciar al cargo porque la figura que detenta no puede estar en entredicho en la opinión pública. Siguen a pie juntillas la idea de que no basta parecer honrado sino demostrar que se es.

Pero, qué tipo de investigación podemos esperar en casos como el de Hinojosa Cantú, está demostrado que el Presidente Peña tenía con él un trato privilegiado en la asignación de obra pública y esto que pondría en el cadalso político a cualquier político europeo, terminó con un manotazo sobre la mesa y el garante del Estado de Derecho se fue contra Carmen Aristegui quien fue despedida junto con su equipo de investigación de la empresa donde salió la información de la llamada Casa Blanca.

Es casi seguro que si se escarba un poco en los 100 millones de dólares es muy probable que nuevamente la figura presidencial salga deteriorada y quizá se revelarían complicidades entre el Presidente e Hinojosa Cantú.

Así que no esperemos mucho del SAT y lo estamos viendo en la ligereza y tortuosidad con que se está manejando con el fin de no hacer olas indeseables.

Sin embargo, el trabajo está hecho y aquí hay dos actores que están jugando un rol protagónico en el manejo de estas cuentas secretas. Son pilares de la democracia contemporánea.
Una de ellas es ese actor secreto que perfectamente puede ser otro Julián Assange o Edward Snowden, que desde la penumbra han extraído ilegalmente información que compromete a países y personas pero dada su relevancia ofrece un aire fresco en un mundo donde la corrupción es un verdadero cáncer para las instituciones democráticas.

La otra es el periodismo de investigación que se ha vuelto un verdadero dolor de cabeza de los poderosos y es que hay un principio político que es “el ciudadano tomara las mejores decisiones sólo si cuenta con información oportuna, veraz y relevante” y eso es lo que ocurrió en este nuevo escándalo financiero.

La gente más allá de los países, lenguas o credos religiosos o políticos, habla del caso y en algunos de ellos sale a exigir cuentas a sus políticos y los empresarios, y eso es algo bueno para las sociedades.

Aquí, en el país del aquí, no pasa nada, pasó de largo la semana en que se reveló está información que debería tener a la gente en la calle exigiendo cuentas, como los islandeses, pero no, se está en otra cosa.

Ahí, radica nuestra debilidad como sociedad y la fortaleza de los poderosos.

Ernesto Hernández Norzagaray
Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Ex Presidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A. C., ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Ciencia Política A.C. Colaborador del diario Noroeste, Riodoce, 15Diario, Datamex. Ha recibido premios de periodismo y autor de múltiples artículos y varios libros sobre temas político electorales.
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