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Greenpeace

14/03/2016 - 12:00 am

Razones para decir no a los transgénicos

En primer lugar, este proceso legal ha sido impulsado por un grupo de personas de las comunidades científica, campesina y activista que buscan proteger nuestro derecho a un medio ambiente sano y a una alimentación adecuada y al maíz, del cual nuestro país es centro de origen, poseemos 59 razas y miles de sus variedades. Esto quiere decir, que la resolución antepone las evidencias y el interés de la gente por encima de las trasnacionales.

En Primer Lugar Este Proceso Legal Ha Sido Impulsado Por Un Grupo De Personas De Las Comunidades Científica Campesina Y Activista Que Buscan Proteger Nuestro Derecho a Un Medio Ambiente Sano Y a Una Alimentación Adecuada Y Al Maíz Del Cual Nuestro País Es Centro De Origen Poseemos Razas Y Miles De Sus Variedades Esto Quiere Decir Que La Resolución Antepone Las Evidencias Y El Interés De La Gente Por Encima De Las Trasnacionales Foto Archivo Cuartoscuro
En Otras Palabras Las Empresas Aún Tienen Mucho Que Probar Antes De Utilizar Maíz Genéticamente Modificado En México Foto Archivo Cuartoscuro

Por Sandra Laso*

El martes pasado el magistrado federal Benjamín Soto, ratificó la medida cautelar que suspende definitivamente la siembra de maíz transgénico en México, hasta que se resuelva el juicio colectivo sobre la demanda presentada por la Colectividad del Maíz en contra de las empresas trasnacionales Monsanto, Syngenta, Pioneer - Dupont y Dow, así como de Semarnat y Sagarpa, desde hace 32 meses.

Dicha resolución es una victoria para la población mexicana y para la sociedad civil, pero quizá te preguntes ¿Por qué es una victoria si solo se suspende definitivamente la siembra en fase comercial y no así en las fases experimentales y piloto?

En primer lugar, este proceso legal ha sido impulsado por un grupo de personas de las comunidades científica, campesina y activista que buscan proteger nuestro derecho a un medio ambiente sano y a una alimentación adecuada y al maíz, del cual nuestro país es centro de origen, poseemos 59 razas y miles de sus variedades. Esto quiere decir, que la resolución antepone las evidencias y el interés de la gente por encima de las trasnacionales.

Por otro lado, si bien solo suspende la siembra en su fase comercial, la resolución también especifica las medidas que se deben tomar antes de otorgar permisos para las fases piloto y experimental. Entre ellas, un estudio sobre los impactos del glifosato, sustancia que recientemente fue catalogada como probable cancerígena por la Agencia de Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud, y a la cual son resistentes la mayoría de las semillas transgénicas. En otras palabras, las empresas aún tienen mucho que probar antes de utilizar maíz genéticamente modificado en México.

Además, esta decisión del magistrado se suma al creciente rechazo al uso de transgénicos a nivel mundial. Ejemplo de ello, son los 16 gobiernos europeos que buscan la prohibición de su siembra desde el año pasado, y las más recientes declaraciones del director de la FAO reconociendo que los transgénicos son cosa del pasado así como la importancia de impulsar la agricultura ecológica para solucionar los retos alimentarios a los que nos enfrentamos en la actualidad.

La polémica de los organismos genéticamente modificados

Desde hace 20 años cuando se plantaron por primera vez las semillas transgénicas en Estados Unidos, con ellas se sembraron también una serie de promesas y expectativas como la solución al hambre en el mundo, impulsadas por las principales empresas que las promocionan.

A lo largo de este periodo, la comunidad científica ha estado dividida. A diferencia de otros temas como el Cambio Climático, no existe un consenso científico sobre que el uso de estas semillas sea inocuo y seguro; a pesar de que las empresas insisten en que así es. El actual posicionamiento de importantes grupos de científicos afirmando que no hay consenso no debe pasar desapercibido, una muestra más de que esa discusión aún está abierta (1) y por lo tanto es un argumento que debe tomarse en cuenta en las decisiones políticas que buscan alimentar a la población con comida sana para el medio ambiente y para las personas.

Los transgénicos son mayormente promovidos por las empresas trasnacionales y no así por científicos independientes, ya que son las primeras las que poseen las patentes para realizar la investigación y el capital. De hecho, la producción de transgénicos es excesivamente costosa. Se estima que el desarrollo de una planta transgénica está cerca de los 60 millones de dólares, mientras que las convencionales cuestan alrededor de 1 millón (2). Es así, que más allá de aportar a los conocimientos científicos, el desarrollo de transgénicos en la actualidad únicamente ha servido para monopolizar el conocimiento y las semillas genéticamente modificadas en manos de 5 grandes trasnacionales: Monsanto, Dupont, Syngenta, Bayer y Dow.

Por si esto fuera poco, la siembra de estas semillas son un riesgo para biodiversidad y el medio ambiente. Tan solo en EE.UU. se ha comprobado la existencia de 14 súper malezas a consecuencia de los cultivos transgénicos que resisten al glifosato y por el uso excesivo de agrotóxicos que generan estos granos y degradan mayormente los suelos. Los transgénicos son un riesgo para especies como el maíz debido a la contaminación por flujo de genes ya que se ha comprobado la imposible coexistencia entre maíz genéticamente modificado y el que no lo es (3).

Estos son solo algunos de los argumentos con los que la industria ha vendido los transgénicos al mundo. La misma industria que señala a quienes buscan proteger la biodiversidad y les acusa de violentos, cuando la violencia es producir con estas semillas que amenazan el futuro de nuestra comida, y del planeta.

Es por ello que esta decisión del magistrado, no solo es un llamado para las autoridades sino para todas y todos los mexicanos que debemos estar en alerta a la resolución del juicio final que marcará el futuro de nuestra alimentación y de las próximas generaciones y determinará también si el beneficio de la gente estará por encima del interés de las empresas.

Notas:

  • Tan solo en 2015, más de 300 investigadores independientes firmaron un posicionamiento conjunto diciendo que no había un consenso científico sobre la seguridad de los cultivos transgénicos y pidiendo que por seguridad se evaluara caso por caso, dicho posicionamiento está publicado por Hilbeck et al. en la revista científica Environmental Sciences Europe (2015) 27:4
  • Goodman, Major M. 2004. Plant breeding requirements for applied molecular biology.Crop Science 44: 1913-1914.
  • Greenpeace, 20 años de fracasos de los transgénicos

*Sandra Laso es vocera de la campaña Comida Sana, Tierra Sana de Greenpeace México

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