Greenpeace
01/03/2016 - 2:51 pm
Áreas verdes indispensables para las ciudades
Resulta aún más inconcebible que las autoridades de la Ciudad de México, y de las hasta ahora delegaciones, permitan que se sigan deteriorando y continúe la pérdida de nuestras áreas verdes y bosques urbanos. Peor aún, sumado al conflicto que existe actualmente por un predio del Bosque de Chapultepec, entre la inmobiliaria Trepi y el gobierno de la Ciudad, ahora el propio gobierno local promueve un proyecto de rueda de la fortuna poniendo aún más en riesgo de deterioro y pérdida de superficie verde al Bosque de Chapultepec.
Por Paloma Neumman*
Vivimos en una ciudad congestionada por el tránsito vehicular, sobre todo por automóviles de uso particular, con las obvias consecuencias que ello trae: la emisión de contaminantes a la atmósfera y gases de efecto invernadero (GEI) causantes del cambio climático global, que pone en riesgo nuestra salud, calidad de vida y seguridad.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), el proceso de urbanización en el mundo está creciendo de tal manera que, en la actualidad, las ciudades son las principales contribuyentes al cambio climático: aunque representan solo el 2 por ciento de la superficie terrestre, consumen el 78 por ciento de la energía que se genera en el mundo y producen más del 60 por del bióxido de carbono, y un monto significativo de las emisiones de GEI (3).
Las ciudades mexicanas no son la excepción. El Reporte Nacional de Movilidad Urbana en México 2014-2015 de ONU-Hábitat, “las ciudades mexicanas padecen serios problemas de contaminación ambiental, donde el sector transporte es una de sus principales causas, al contribuir con 20.4% de la emisión de gases de efecto invernadero, de los cuales 16.2% proviene del subsector automotor, en su mayoría por viajes en transporte individual motorizado” (4).
Apenas hace una semana tuvimos la segunda y tercera contingencia ambiental del año en tan sólo cuatro días. Ante los altos niveles de ozono registrados el pasado viernes 19 de febrero, originados por el intenso tránsito vehicular -característico de los viernes en nuestra ciudad-, en combinación con altos niveles de radiación solar y condiciones atmosféricas propicias (1), el Gobierno de la Ciudad de México aplicó la fase precontingencia ambiental que suspendió el sábado y se volvió a levantar el domingo hasta las 20:00 del lunes siguiente, gracias a que el viento se llevó nuestra contaminación a otro lado (2).
Ya no es un tema de discusión que la contaminación del aire tiene efectos negativos en la salud de las personas, tanto por inhalación directa, como por ingestión de agua y alimentos, y por transferencia a través de la piel. Mediante diversas medidas implementadas desde los años noventa en la Ciudad de México, se ha conseguido reducir las peligrosas concentraciones de plomo, bióxido de azufre y monóxido de carbono; sin embargo, los niveles de ozono, óxidos de nitrógeno y material particulado continúan representando una amenaza para la salud de las personas (5).
El ozono afecta el sistema respiratorio y daña el tejido pulmonar, la exposición a altas concentraciones puede provocar tos, dolor de pecho, irritación en los ojos, dolores de cabeza, pérdidas en el funcionamiento pulmonar y ataques de asma, además de causar daño a la vegetación y a las cosechas. Los óxidos de nitrógeno pueden agravar las enfermedades respiratorias crónicas y los síntomas respiratorios de los grupos sensibles de la población (asmáticos, niños y personas de la tercera edad). Por otro lado, el material respirable y particulado fino originados por la quema de combustibles y la dispersión de polvo en el aire, pueden ocasionar enfermedades respiratorias y cardiopulmonares (5).
Además de las evidentemente necesarias mejoras en movilidad, transporte y diseño de la ciudad que aún resultan insuficientes para resolver este grave problema, un aspecto que debería ser parte de una visión de solución integral y que se retoma poco es del papel tan importante que juegan las áreas verdes y bosques urbanos para coadyuvar a mitigar los efectos negativos de la contaminación atmosférica.
Las áreas verdes y bosques urbanos hacen una importante contribución para mejorar la calidad del aire: mediante el proceso de fotosíntesis producen oxígeno y absorben bióxido de carbono -uno de los principales gases de efecto invernadero que más contribuyen al calentamiento global-, remueven otros gases contaminantes del aire (fluoruros, bióxido de azufre y bióxido de nitrógeno), y con sus hojas, ramas y tallos, atrapan las perniciosas partículas suspendidas en el aire, reduciendo el efecto de invernadero a nivel local y el riesgo para la salud de las personas (6).
Además, las áreas verdes y bosques urbanos aportan otros beneficios indispensables para la salud, seguridad y calidad de vida de quienes vivimos en las ciudades:
- Recargan los mantos acuíferos y ayudan a mitigar las inundaciones;
- Regulan el clima local y reducen el efecto de isla de calor que provocan el concreto y las áreas pavimentadas;
- Amortiguan y reducen los niveles de ruido;
- Proporcionan un hogar para especies locales de vegetación y fauna y son albergue para especies de aves migratorias;
- Reducen el estrés, generan sensación de paz y proveen espacio para el esparcimiento y la cultura.
Desafortunadamente, y a pesar de la importancia tan grande que las áreas verdes tienen para garantizar las calidad de vida de todos nosotros, en la Ciudad de México contamos con apenas 5.3 metros cuadrados de áreas verdes de acceso público por habitante y esta distribución no es equitativa: en la delegación Miguel Hidalgo, donde se encuentra el Bosque de Chapultepec, hay un promedio de 12 metros cuadrados por habitante, mientras que en Iztapalapa apenas cuentan con 1 metro cuadrado por habitante. Ello a pesar de que la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas (OMS) sugiere un mínimo de 9 metros cuadrados por habitante (5).
Las áreas verdes nos proveen, incluso, beneficios que no todos nos imaginamos: resultados preliminares de un estudio reciente realizado por el el Laboratorio Nacional de de Políticas Publicas del CID, para comprobar la efectividad de las cámaras de video vigilancia, muestran que los parques públicos tienen un mayor impacto en la reducción el índice de delitos violentos que las cámaras, las cuales no parecen tener un efecto positivo ni negativo (7).
Considerando todo esto, resulta aún más inconcebible que las autoridades de la Ciudad de México, y de las hasta ahora delegaciones, permitan que se sigan deteriorando y continúe la pérdida de nuestras áreas verdes y bosques urbanos. Peor aún, sumado al conflicto que existe actualmente por un predio del Bosque de Chapultepec, entre la inmobiliaria Trepi y el gobierno de la Ciudad, ahora el propio gobierno local promueve un proyecto de rueda de la fortuna poniendo aún más en riesgo de deterioro y pérdida de superficie verde al Bosque de Chapultepec.
Afortunadamente existen vecinos y ciudadanos preocupados por la defensa de Chapultepec, quienes no están dispuestos a permitir que perdamos más áreas verdes en la ciudad, y todos podemos apoyarlos: informarnos, organizarnos y defender también las áreas verdes que tenemos cerca en ésta, y otras ciudades, es el primer paso. También podemos ir más allá: recuperemos y creemos espacios verdes. Sí podemos hacer la diferencia, sí podemos tener y construir juntos la ciudad que todos deseamos: una ciudad más verde, más sana, más humana, más justa.
*Paloma Neumman es Campañista de Megaciudades de Greenpeace México
Si te interesa saber más sobre el trabajo de Greenpeace en éste y otros temas de la ciudad, te invitamos a seguirnos y sumarte a la Operación Ciudad en: https://greenpeace.mx/operacionciudad/
Referencias:
- Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México. CDMX aplica fase de contingencia por ozono. Síntesis informativa, 19 de febrero, 2016. http://www.agu.df.gob.mx/sintesis/index.php/cdmx-aplica-fase-de-precontingencia-por-ozono/
- Aristegui Noticias. CDMX : Se suspende precontingencia ambiental. 22 de febrero, 2016. http://aristeguinoticias.com/2202/mexico/cdmx-persisten-altos-indices-de-contaminacion-continua-precontingencia-ambiental/
- ONU-Hábitat. El cambio climático. http://es.unhabitat.org/temas-urbanos/cambio-climatico/
- ONU-Hábitat. Reporte Nacional de Movilidad Urbana 2014 - 2015. http://www.onuhabitat.org/Reporte%20Nacional%20de%20Movilidad%20Urbana%20en%20Mexico%202014-2015%20-%20Final.pdf
- Molina, L. T. y M. J. Molina. 2005. La calidad del aire en la megaciudad de México. Un enfoque integral. Fondo de Cultura Económica.
- Martínez González, L. 2008. Árboles y áreas verdes urbanas de la Ciudad de México y su Zona Metropolitana. Fundación Xochitla. Tepozotlán, Edo. de México.
- Vilalta, Carlos y colaboradores. Presentación de resultados preliminares en el Foro: Estrategias locales de reducción de la violencia urbana, de México Evalúa, Ciudad de México, agosto 2015. (No disponible en web).
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