¿Cuál es el momento que vive el país? No el de la publicidad política que suelen usar los gobiernos en turno para posicionarse ante la opinión pública. Lo que interesa es vislumbrar en qué periodo andamos en la historia del estado nacional. Como ya se ha mencionado esta forma de organización territorial y social llamada estado nación, está en proceso de mutación, es decir, vive cambios extraordinarios donde se entremezclan elementos del pasado y se vislumbran algunos de un futuro que tensan nuestro presente.

En este sentido el centenario de la Constitución Mexicana, podrá ser el detonante simbólico para encontrar una respuesta constructiva al deterioro generalizado que vivimos si asumimos con honestidad la realidad que nos cuestiona los mismos basamentos políticos y económicos que conforman a la sociedad mexicana hoy en día.

Desde esta perspectiva hay que entender acciones como las que ha emprendido la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, que pueden enseñar uno de los caminos no violentos y comunitarios que comienzan a recorrer la ruta para una nueva constitución.

Una lucha pacífica para defender la autonomía universitaria con responsabilidad y firmeza en una época que se ve acechada por imposiciones políticas y recortes económicos que pretenden limitar su vocación de conocimiento, educación y servicio a la sociedad.

La UAEM se ha comprometido profundamente con la defensa de los derechos humanos y sociales así como con la defensa de la vida misma de los ciudadanos, de sus estudiantes y profesores, su personal académico y administrativo, ante la ola de violencia donde políticos y criminales suelen asociarse.

La UAEM puso a disposición de las autoridades y la población un análisis con un mapa detallado de la violencia en el estado de Morelos para comprender la complejidad de la misma, y colaborar para su erradicación.

Solidaria con las victimas ha denunciado las arbitrariedades, las incongruencias y complicidades que los gobernantes expresan ante la epidemia del crimen que azota al país y que en Morelos se ha recrudecido en los últimos años sin importar que gobiernen la entidad el PRI, el PAN o el PRD.

La UAEM sin descuidar su calidad académica ha logrado vincularse con los diversos sectores de la sociedad morelense y definido una agenda académica amplia e incluyente que permite advertir de los impactos negativos que políticas públicas suelen tener sobre amplios sectores de la población.

Sus directivos han estado expuestos a amenazas constantes y prácticamente se están jugando su propia vida al quedar en medio de las autoridades y los grupos crimínales y de la ambigüedad que expresan estos en sus pugnas por el control del territorio y del poder.

LA UAEM es un buen ejemplo de los dilemas que viven hoy las instituciones públicas de educación superior en el país: cómo sostener un alto nivel académico, un compromiso profesional y honesto con la sociedad a la que se deben, una relación basada en la autonomía, pluralidad y libertad con su propia comunidad y con los diferentes niveles de gobierno municipales, estatales y federal, y sobre todo en el momento actual de la nación como enfrentar la violencia criminal que degrada lo más sagrado de la república: la vida y la paz de sus comunidades.

Las universidades son la reserva de la conciencia y dignidad de la nación, su vocación de conocimiento y formación, de ciencias, humanidades y tecnología las constituyen en espacios determinantes para la salud de la república y el futuro del país.

Tomás Calvillo Unna

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