Amy Winehouse o cuando el arte no te da libertad

El doloroso documental de Asif Kapadia sobre la vida de Amy Winehouse fue recientemente estrenado en Netflix. Foto: Especial

El doloroso documental de Asif Kapadia sobre la vida de Amy Winehouse fue recientemente estrenado en Netflix. Foto: Especial

El reciente estreno de Amy, el doloroso documental de Asif Kapadia, en Netflix, es tomar contacto con la corta vida de una muchacha simple que tuvo a mal poseer un don para el arte de la música.

Cantante sin igual, la niña de peinado extraño y piernas delgadas, fallecida el sábado 23 de julio en su casa de Londres, no fue su pasión por la música, su fidelidad al jazz, lo que la hizo feliz ni le dio la libertad que necesitaba para poder escapar de la prisión construida por una familia que nunca le prestó mucha atención.

Es conmovedor ver cómo su madre cuenta la vez que la niña de corta edad le dijo que ella tenía un método para comer de todo sin engordar; un hecho que a cualquier padre hubiera alarmado a la pobre mujer sólo la sorprendió, sin que dicho asombro generara una atención a tiempo de la bulimia que, según los médicos, fue una de las causas que la mató cuando apenas tenía 27 años.

Es una película. No es la verdad. La verdad, como sabemos, no existe. Pero la visión de Kapadia de la que ahora el padre de Amy, Mitch Winehouse, desea vengarse convocando a otro director –tal vez más complaciente- para hacer una película que responda al documental candidato al Oscar, es tremendamente reveladora.

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Reveladora no porque determine la culpabilidad aparente de dos padres desorientados y un progenitor –Mitch- embobado con la carrera artística de una hija que cumple el sueño que hubiera querido para sí (de hecho, al morir Amy el señor grabó un disco), sino porque es reflejo de la enorme desprotección de una niña que pedía a gritos que alguien la quisiera y la cuidara.

Nadie la quiso. Nadie la cuidó.

En este punto imposible no recordar a una cantante trágica, pero que supo sin embargo sobreponerse a su destino negro y vivir muchos años: solía decir Chavela Vargas que en la vida nos enseñan de todo, incluso a no levantarnos la falda cuando un hombre nos lo pide, pero no nos enseñan a tener madurez emocional.

Y eso es de lo que carecía Amy.

A su hoy muy desagradable ex esposo (el que aparece en el documental diciendo que él es guapo y está sano, que no necesitaba una mujer como ella) le dio todo y más luego de que él la rechazara para irse con su novio de siempre.

El chico no pudo resistir la tentación de vivir al lado de la estrella, consumiendo las drogas más caras, bebiendo los alcoholes más finos. Nadie le había dicho a la pobre Amy que cuando un hombre te rechaza una vez, te rechaza siempre y que es más duro el dolor del amor comprado que el desamor.

Amy no era una artista porque se drogaba. Era una artista. Y luego se drogaba. Y su drogadicción era un problema de familia, un tema que debió haber sido una honda preocupación para sus padres, como seguramente lo es para la innumerable cantidad de progenitores que deben hacer frente a ese drama en todo el mundo. Se cree que son 300 millones los jóvenes que se drogan en el planeta. Amy era una más de ellos.

La muerte de Amy Winehouse, cuyo cadáver fue encontrado en su departamento del barrio de Camden Town, donde bandas de rock importantísimas como Radiohead, Blur y Oasis dieron sus primeros conciertos, disparó una avalancha de teorías, todas destinadas a construir un mito que de tan común en la industria musical ya huele a feo, como pasado de fecha, digamos, a podrido.

Es la vieja historia del artista que fallece joven y, en este caso, como el de tantos otros, a los 27. Quiso la mala fortuna que la edad del deceso de la chica blanca con voz de la negra Aretha Franklin coincidiera con los años que tenían Jimmi Hendrix, Jim Morrison, Brian Jones, Janis Joplin y Kurt Cobain cuando murieron a causa directa o indirecta de sus excesos con las drogas y el alcohol.

De todos esos muertos célebres, probablemente la única con la que Amy podría ser comparada es con Janis Joplin. Juntas, la rubia sosa de Texas y la flaca de extraño peinado de Candem Town, se dividen fifty fifty el patrimonio de las mejores voces del planeta. Ambas presumían o padecían una imagen estrafalaria y las dos no demostraban quererse mucho a sí mismas.

Estas similitudes, sin embargo, no resultan suficientes para banalmente poner a todos esos artistas en la misma bolsa y largarse con ello a aseverar cosas como: “Se veía venir”, “se lo buscó”, “un nuevo fichaje para el Club de los 27”.

Se sabe que cuando la industria mediática y discográfica intenta meter a varios artistas en la misma bolsa, esa bolsa es de dinero. Cuánto más vende ahora Michael Jackson, a quien nadie pelaba antes de su fallecimiento, cuánto más facturó la pobre Winehouse a apenas una semana de su trágica desaparición.

Esa es la trampa en la que no conviene caer: cuanto más nos creamos el cuento de la artista torturada, mejores y más grandes cifras se moverán en la hoy desangelada industria de la música.

Siempre fue joven. Siempre fue una niña y no puedo dejar de pensar en un hecho espeluznante. Si ella no hubiera tenido esa voz maravillosa, tal vez nadie la hubiera esclavizado y seguramente no estaría yo escribiendo este texto, lo cual frente a la tragedia de su temprana pérdida resulta un hecho insignificante.

Fue una artista. El arte no la hizo libre. Sólo buscaba amor. Y no lo encontró.

3 Responses to “Amy Winehouse o cuando el arte no te da libertad”

  1. Samuel Lechuga dice:

    Todos los miembros de este trágico grupo de altos 27 tenían algo en común eran genios incomprendidos no sólo por sus familias sino por el resto de la gente en los que muchos solo veían la ganancia financiera y no supieron trascender su soledad.
    Tu última reflexión de que hubiera pasado si no hubiera tenido esa voz maravillosa seguro hubiera tenido alguna otra cualidad para acabar encarcelada en su genialidad y soledad y la muerte hubiera sido la llave para escapar de esa prision.
    La película es excelente y creo que junto con la de Janis son de lo mejor que se ha hecho en este tipo de filmes. Un saludo

  2. VAL dice:

    EL MUNDO SE PERDIO COMO LO DICES A UNA DE LAS MEJORES VOCES DE LA HISTORIA, FUE UNA IRRESPONSABILIDAD DE LA GENTE A SU ALREDEDOR POR DEBIERON DE PROCURARLA Y NO PROCURAR TANTO A SU DINERO.

  3. Siempre será mi voz. Gracias Mónica querida, por este magnífico artículo.

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