En esta semana navideña, malos augurios desde los poderes fácticos se envían a la población norteña; el PRI destapa como precandidatos de unidad a Enrique Serrano, expresidente municipal de Juárez y a Héctor Murguía, (Teto en los bajos mundos de la ciudad), mientras que un grupo fuerte de empresarios manda como abanderado independiente a José Luis Barraza González, presidente del Consejo de Administración del grupo Aeroméxico.
Hay indicios de que con Barraza se tratará de repetir la hazaña del «Bronco», cambiando de rostros el Gobierno mientras todo permanece igual en lo fundamental; de forma que los candidatos a vencer por la oposición serían Barraza por la Gubernatura y Teto por la Presidencia de Juárez.
Desde luego que el candidato del PRI a Gobernador representa a un grupo de empresarios y políticos chihuahuenses muy específico, que ha sorprendido a todos por el nivel de influencia adquirido entre los altos mandos de la política oficial, pero lo que realmente alarma es que hayan mandado por tercera ocasión a Murguía para Alcalde.
¿Quién lo patrocina? ¿Qué intereses representa? Sus administraciones han sido catastróficas para la ciudad; la endeudó por más de 5 mil millones de pesos (casi el doble del presupuesto anual) para obras de muy escasa utilidad. En su primera Presidencia le entregó la Policía al narco y eso ocasionó que la guerra entre cárteles, militares, federales y municipales, fuera más sangrienta que las batallas de Bagdad.
Triplicó la reserva territorial de la ciudad para espacios habitacionales, siendo que apenas tenemos infraestructura para el 30 por ciento del área citadina. Dejó más de cien mil casas abandonadas y más de 25 mil jóvenes de entre 12 y 17 años y sin secundaria, vagando por la ciudad.
Puede tal vez representar votos para el tricolor, pero es imposible que los jerarcas nacionales del instituto político ignoren el riesgo que corre la ciudad con semejante individuo al frente.
Por otro lado, el candidato independiente genera grandes inquietudes que rayan en la angustia. Es indiscutible que el Gobernador Duarte no puede explicar cómo de vendedor de autos usados pasó, en una década, a ser un importante inversionista de un banco local con un capital de hasta 65 millones de pesos en efectivo, pero el caso de enriquecimiento de José Luis Barraza es igualmente inexplicable.
En los noventa ocupó un alto nivel en Desarrollos Industriales de Chihuahua, propiedad de un consorcio con sede en Singapur y que pretendía establecer un parque industrial en la ciudad de Chihuahua; en 2002 lo despidieron y acudió ante la Junta de Conciliación y Arbitraje donde obtuvo un laudo favorable en 2004 por una suma cercana a los 400 mil dólares. Una cantidad que a nadie convierte en inversionista.
En 2007, tres años después, fue nombrado presidente del Consejo de Administración de Aeroméxico, después de que casi monopolizó el transporte aéreo en el país con la eliminación de Mexicana de Aviación, y aparece ligado a Rafael Hernández, representante de Citigroup en México y virrey del Banco Nacional.
Ahora, ocho años más tarde, es considerado uno de los 300 hombres de negocios más exitosos en el país. Esa evolución rapidísima de empleado a alto inversionista sólo se compara con el enriquecimiento de Carlos Slim a la sombra de Salinas de Gortari, quien aprovechó la intervención gubernamental para salvar a Aeroméxico, que estaba por quebrar. Un Gobierno que por otro lado fue inclemente con Mexicana de Aviación.
La perniciosa mezcla de política y negocios no da más que frutos podridos y encumbra mágicamente a hombres que sólo se caracterizan, en el caso de Barraza, por dirigir el ataque empresarial contra López Obrador en la campaña de 2006; se dice que él fue quien acuñó la frase “AMLO es un peligro para México”. Él fue prácticamente el poder en Coparmex entre 1998 y 2007, siempre apoyando y apoyándose en el Gobierno corrupto y corruptor, y de ahí se fue al dinero grande.
Por eso vemos nubarrones para Chihuahua en el año nuevo; malos augurios de los que ya tienen el poder y una lentitud exasperante en las filas del PAN y de Morena para salirle al paso a los poderosos. Olvidan que las campañas electorales son brevísimas y cada día que pasa es uno que pierden.
Sólo quedan grupos ciudadanos que empiezan a actuar en Juárez y un importante frente que se ha organizado en torno a la lucha contra la corrupción del gobernador en la capital. Parece que en estos días Jaime García Chávez, principal demandante contra Duarte, empezará con acciones importantes con vista a las próximas elecciones de junio de 2016.