El PRI tiene una visible amenaza en Nuevo León: se llama Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido como «El Bronco», quien decidió separarse del PRI, luego de no resultar candidato a la gubernatura (pues impusieron a Ivonne Álvarez), y se erigió candidato independiente, al haber conseguido juntar para su registro casi cuatrocientas mil firmas.
Desde ese momento, «El Bronco» empezó a convertirse en una pesadilla para el dinosaurio priista, al grado que ahora ya puntea en las encuestas, sobre la propia rojiblanca Ivonne Álvarez y sobre el albiazul Felipe de Jesús Cantú.
Al Bronco lo caracteriza no sólo su franqueza, tampoco su entereza para enfrentar la guerra sucia que ha arreciado en su contra, más bien lo sostiene el hecho de haberse convertido en el arma letal que todos los regiomontanos están viendo en él para poner de rodillas al PRI.
Un caso similar sucede en Colima, donde también el PRI tiene una visible amenaza: se llama Jorge Luis Preciado Rodríguez, ahora conocido como «El Blue Demon» Colimense. Es el candidato del PAN, quien llegó a salvar a su partido del riesgo de ser entregado al PRI en la próxima elección, pues al candidato que se elegiría (Virgilio Mendoza, hoy aliado al PRI a través del Verde Ecologista) se le descubrieron lazos ocultos con el actual abanderado priista a la gubernatura, Nacho Peralta.
Como «El Bronco», este vengador enmascarado, quien asegura que portar la máscara de Blue Demon simboliza la urgencia de un cambio justo para los colimenses, se ha convertido en una tremenda hecatombe para el PRI caciquil que ha gobernado siempre (nunca ha habido alternancia) el pequeño estado.
Preciado Rodríguez se ha erigido, también, en la esperanza de una vida mejor para miles de colimenses que han padecido la miseria, la corrupción y la inseguridad dejada por los gobiernos priistas, en una larga noche apocalíptica que parece no tener fin.
También, como a «El Bronco», la guerra sucia contra Preciado arrecia conforme se acerca la fecha para salir a votar.
A ambos, curiosamente, los unen acusaciones de enriquecimiento ilícito. Televisa promovió la de «El Bronco», argumentando que había falseado su declaración patrimonial (que no era de 9 millones sino de más de 20), y el Excélsior hizo lo propio con Preciado (que no era de 6 millones, sino de 62).
Ambos tuvieron (casi) la misma respuesta: de ser ciertas tales acusaciones, regalarían los bienes o los venderían al precio acusado, para luego denunciar al poder de Estado (ambos priistas) de estar coludido en las campañas y detrás de las guerras sucias.
Pese a esta tromba de lodo, nada parece detener ni a uno ni a otro. «El Bronco» y el Blue Demon Colimense se engrandecen y arrasan, poniendo a temblar al PRI.
Por donde se le vea, a través de estos genuinos candidatos quedan dos evidencias: la primera, que el PRI es socialmente el gran enemigo a vencer y, la segunda, que sólo las artimañas electorales de éste podrían derrocarlos.
@rogelioguedea