Martín Moreno-Durán
22/04/2015 - 12:00 am
PRI-lvano
+ Aureoles, candidato del PRD… y del PRI + Peñista, Silvano huele a Los Pinos Habla como Peña Nieto. Defiende a Peña Nieto.
+ Aureoles, candidato del PRD… y del PRI
+ Peñista, Silvano huele a Los Pinos
Habla como Peña Nieto.
Defiende a Peña Nieto.
Actúa como Peña Nieto.
Ya hasta le dicen PRI-lvano.
Sí: en Michoacán se está dando un fenómeno tan curioso como vergonzante: un candidato de supuesta izquierda a la gubernatura juega – de manera formal y en la praxis política- por dos partidos. Silvano Aureoles “representa” al PRD… pero también es gallo priista.
En Michoacán, un voto para Silvano Aureoles será también, en la práctica y su ejercicio de gobierno, un voto para el priismo.
En Michoacán, el candidato de la izquierda huele a “concerta-cesión” (término certero y demoledor acuñado por el periodista Francisco Cárdenas Cruz), tras el entreguismo del PRD de Los Chuchos al Pacto por México. Allí está su recompensa: darle Michoacán a PRI-lvano.
En Michoacán, un sufragio para Aureoles será, sin duda, en favor del peñismo.
Allá los michoacanos y su conciencia.
*****
Silvano Aureoles es un político de pocas luces. Sin discurso brillante ni de fondo que se recuerde. Un legislador más de ocurrencias que de propuestas: llegó a decir sobre una ley que se discutía en el Congreso: “somos colegisladora…no congeladora”. Muy profundo el tipo.
Aureoles fue parte, junto con Los Chuchos: Zambrano, Ortega, Navarrete y compañía, del equipo que de rodillas llegó a Los Pinos para decir “sí” a todo lo que les propusiera Peña Nieto. Una izquierda sumisa y que desde inicios del sexenio claudicó de su tarea histórica de ser oposición combativa, digna y responsable, para convertirse en comparsa dócil, indigna e irresponsable del presidente de la República.
Un PRD, el de Los Chuchos y PRI-lvano, que renunció a ser contrapeso del poder presidencial y optó por erigirse en rémora de ese mismo poder.
Aureoles, apoyador de la fallida Reforma Fiscal, tal vez la más dañina a la economía mexicana de nuestra historia reciente. PRD de Los Chuchos y PRI de Peña Nieto se metieron entre las sábanas, en un amasiato vergonzante, para sacar adelante la reforma hacendaria de Luis Videgaray.
¿El resultado?
Una Reforma Fiscal que desplomó a la economía nacional, al pasar de un crecimiento del 3.9% en 2012, al 1.1% en 2013, primer año del peñismo.
Una Reforma Fiscal que perjudicó a millones de contribuyentes con aumentos de impuestos, y una factura electrónica engorrosa, innecesaria y, en muchas zonas del país, imposible de cumplir.
Una Reforma Fiscal repudiada por los propios empresarios. “Señor Presidente, los industriales de Nuevo León no pedimos que se nos dé, sólo pedimos que nos dejen trabajar”, fue el reproche a Peña Nieto por parte del nuevo dirigente de la CAINTRA, Eduardo Garza T. Junco. Así andan los ánimos empresariales respecto a las políticas económicas aldeanas y politizadas de los priistas.
Y sí: una Reforma Fiscal que se la debemos agradecer no sólo a Peña y a su amigo Videgaray, sino también al PRD de Los Chuchos, incluido el amigo Silvano, por supuesto.
Ese es Silvano – o PRI-lvano- Aureoles: aliado y admirador del peñismo.
Tan es así, que leemos en cabeza del diario Reforma del domingo pasado:
“Imita Aureoles a Peña y firma compromisos”.
La información de Adán García señala:
“Como lo hizo Enrique Peña Nieto en su campaña presidencial de 2012, el abanderado del PRD al gobierno de Michoacán, Silvano Aureoles, también firma compromisos para atraer votos”.
¿Cómo lo justifica PRI-lvano?
“Esto es algo que me están planteando los ciudadanos. Si les digo que no firmo…es, digamos, una forma de dar confianza a los ciudadanos”, dice un confuso Aureoles.
PRI-lvano se sabe respaldado no sólo por su partido, sino también por el PRI local y, por supuesto, por Los Pinos. Apoyo, inclusive, oficializado.
“Jesús Hernández Mejía, ex presidente municipal del PRI en Senguio, junto con otros dirigentes de su partido en la región, expresaron esta tarde su apoyo al proyecto por un Nuevo Comienzo que encabeza el candidato de los michoacanos, Silvano Aureoles”. (Boletín de prensa de la casa de campaña de Aureoles).
¿Alguna duda?
Aún más:
Como senador, Aureoles fue férreo defensor del gobierno de Peña Nieto. Ejemplo:
Cuando exhibía a Peña el affaire Casa Blanca, Silvano de inmediato se asumió como abogado oficioso presidencial. Soltó:
“Puede tratarse de una fuerza del exterior que quiera desestabilizar al gobierno. Es obvio que hay una intencionalidad de golpeteo al gobierno, de eso no debe quedar ninguna duda…”.
¿Qué tal con Silvano? ¿Es PRI-lvano o no? Usted juzgue, lector de esta columna.
De allí sus posibilidades para contender por la gubernatura michoacana: candidato del aparato gobernante, no del clamor ciudadano.
Su verdadera rival en las urnas será Luisa María Calderón. La Cocoa tiene altas posibilidades de triunfar y Aureoles lo sabe. Ya le ganó en votos en 2011.
¿Y el Chon Orihuela, candidato (por llamarlo de alguna manera) del PRI a la gubernatura? Cada vez hay más signos de que fue enviado al sacrificio. Al matadero político. Al igual que Silvano, el Chon es personaje de pocas luces. De medio pelo.
*****
En Michoacán, es vox populi que un voto para Aureoles equivale a un voto para el PRI de Peña Nieto.
Silvano encarna esa alianza vergonzante entre Peña y el PRD de Los Chuchos.
Allá los michoacanos si eligen a un representante, en la praxis política, de Los Pinos.
Llámese Silvano.
O PRI-lvano.
Twitter: @_martinmoreno
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