Francisco Ortiz Pinchetti
27/03/2015 - 12:00 am
Chapulines no, ¡sabandijas!
Concluido el brincadero el panorama es desolador. Convertidos en negociantes sin escrúpulos, políticos y partidos han dado un espectáculo patético. Los principios y valores que alguna vez los distinguieron, cuando menos a algunos de ellos, se han diluido para formar un solo fango gris y pestilente. La búsqueda del hueso, la canonjía, el moche, las […]
Concluido el brincadero el panorama es desolador. Convertidos en negociantes sin escrúpulos, políticos y partidos han dado un espectáculo patético. Los principios y valores que alguna vez los distinguieron, cuando menos a algunos de ellos, se han diluido para formar un solo fango gris y pestilente. La búsqueda del hueso, la canonjía, el moche, las prebendas, prevaleció como nunca antes sobre la vocación de servicio o la búsqueda del bien común. La lana manda.
Y no es sólo el caso de los chapulines –con todo respeto para tan admirable insecto, delicioso por cierto a la manera oaxaqueña– que dejan colgados a sus electores para saltar en busca de una nueva rama de poder para seguir lucrando cínicamente. Abundan también las cucarachas que no brincan pero se arrastran. Y las sabandijas de todos los colores. (Según la RAE, el término “sabandija” tiene dos acepciones. Ambas son aplicables al caso: “1. f. Reptil pequeño o insecto, especialmente de los perjudiciales y molestos, y 2. f. Persona despreciable). Eso son los panistas que pasan a ser perredistas, aliancistas y hasta morenos. Perredistas que se convierten en abanderados del Movimiento Ciudadano, de Encuentro Social, de Nueva Alianza, del Partido Humanista. Priistas que se visten de verde, azul o de amarillo, o de todos a la vez, sin recato alguno. A donde les den, van.
Los partidos políticos se alquilan como franquicias. Y ya no es sólo el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), paladín de las “negociaciones”, o el Partido del Trabajo (PT). Ahora son todos: tiran el anzuelo y jalan a quien pueden en aras de la conquista de un puesto legislativo o una posición de gobierno. Y todo se vale.
Imaginemos, uno por uno, a personajes como Heberto Castillo, Manuel Gómez Morín, Lázaro Cárdenas del Río, Carlos Castillo Peraza, Demetrio Vallejo, Jesús Reyes Heroles, Adolfo Christlieb Ibarrola, Vicente Lombardo Toledano, Ramón Danzos Palomino, Manuel Clouthier del Rincón, Valentín Campa. ¿Qué cara pondrían frente a este escenario? ¿Qué pensarían? ¿Qué dirían? Ya no se trata de traición a los principios, que muchos de los integrantes de esa fauna nociva nunca tuvieron, sino de una ausencia de elemental congruencia y dignidad. No se puede pasar impunemente a las filas de la agrupación política que ayer denostamos, criticamos, repudiamos.
Los ejemplos, como las alimañas, abundan en todo el país. Uno reciente: la nominación del experredista Zeferino Torreblanca Galindo como candidato ¡del PAN! a la alcaldía de Acapulco. Alguien podría pensar que este caso ya es el colmo. No lo es, por supuesto. Hay otros muchos, peores quizá. Zeferino fue gobernador de Guerrero (2005-2011) por el PRD. Hoy se le investiga por la muerte del líder de la bancada perredista en el congreso local, Armando Chavarría Barrera, hacia el final de su mandato. La viuda del político asesinado en 2009, Martha Obeso Cásares, pidió al PAN en las vísperas no postularlo. Acompañada de sus hijos entregó en la delegación estatal panista en Chilpancingo un documento en el que pedía a la dirigencia estatal del partido blanquiazul que reconsidere la propuesta de lanzarlo como candidato. Señalaba que durante el periodo gubernamental de Torreblanca, los índices de pobreza registraron un repunte importante, además de que en el tramo final de su administración se generó la versión de que había un desfalco por varios cientos de millones de pesos.
No sólo eso. El propio secretario general del PAN en Guerrero, Braulio Zaragoza Maganda, advirtió dos días antes de la postulación que “la sola presencia de Zeferino Torreblanca Galindo en el Partido Acción Nacional mancharía la imagen del PAN en Guerrero”. Tajante, descartó cualquier posibilidad de que el gobernador Torreblanca Galindo en el periodo 2005-2011, pudiera ser incorporado a las filas del PAN en la entidad. Reiteró que Zeferino “tiene manchada su imagen por los lamentables hechos ocurridos hace cinco años, cuando era gobernador y fue asesinado Chavarría Barrera”. Dos días después, en el CEN panista, Gustavo Madero Muñoz imponía como candidato de su partido para la presidencia municipal acapulqueña al cuestionado experredista, a quien levantó la mano para la foto, felices ambos. No tienen vergüenza.
Tampoco la tienen los partidos, candidatos y dirigentes que tratan de colgarse de tragedias como la de Iguala para ganar votos. SinEmbargo.Mx nos informa que en la víspera de la gira que realizará este fin de semana Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), para impulsar a sus candidatos en distintos municipios de Guerrero, el vocero de los padres de los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Pedro Burgos, desaparecidos hace ya seis meses, rechazó cualquier “apoyo” de los partidos políticos. Aseguró que desconfían de todos, porque forman parte del sistema. “No nos interesa que Andrés Manuel vaya a Guerrero o Iguala. No lo vemos con buenos ojos para estos momentos”, dijo Melitón Ortega, padre del normalista Mauricio Ortega, uno de los desaparecidos el pasado 26 de septiembre. Ortega indicó que los familiares de los estudiantes de la Escuela Rural Raúl Isidro Burgos (Ayotzinapa) desconfían de todos los partidos políticos, incluyendo a Morena y a sus candidatos.
El dilema verdaderamente grave es para el electorado, los ciudadanos comunes a quienes se ofrecen como opciones esas mescolanzas indignas en las que todo se ha desdibujado, diluido. ¿Qué hacer ante la boleta electoral el próximo 7 de junio? El presidente Enrique Peña Nieto ya dijo que serán los comicios más fiscalizados y transparentes de nuestra democracia, la cual cuenta con una ciudadanía cada vez más informada y activa. “Todos los mexicanos pueden tener la certeza de que su voto cuenta y será respetado en las elecciones del 7 de junio próximo”, aseguró. Con razón, digo yo, sigue cayendo en las encuestas. Válgame.
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