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Martín Moreno-Durán

04/02/2015 - 12:00 am

La verdad histérica… ¡y la farsa de EPN!

+Tema uno: Ayotzinapa y la incredulidad +Tema dos: Peña, Andrade, y la simulación   Del “ya me cansé” al ya me desesperé.

+Tema uno: Ayotzinapa y la incredulidad

+Tema dos: Peña, Andrade, y la simulación

 

Del “ya me cansé” al ya me desesperé.

El gobierno de Peña Nieto ha entrado en una impaciencia de alto riesgo: ante el caso Iguala que lo hunde, que lo exhibe, pasa a la amenaza represora, a la inevitable tentación del poder: someter a falta de argumentos. Reprimir ante la ausencia de convencimientos.

“La tolerancia llegó a su fin. Las fuerzas armadas, acompañadas de la Policía Federal, tienen instrucciones de hacer cumplir la ley”, amenazó el secretario de Gobernación, Osorio Chong, en la encerrona con senadores del PRI en Ocoyoacac, Morelos. (Claudia Guerrero. Reforma. 29/I/2015).

A carencia de investigación sólida, la sombra del garrote.

Osorio muestra los colmillos.

Murillo Karam quiere dar carpetazo a la matanza estudiantil bajo una frase absolutoria e inapelable: esa es la “verdad histórica”, dice. Pero sus argumentos a pocos convencen. ¿Por qué? Por una razón de fondo: únicamente están basados en los dichos de los sicarios de “Guerreros Unidos”, y ya sabemos cómo se las gastan en los sótanos de la justicia mexicana. Ya conocemos cómo aprietan para obtener medias verdades o medias mentiras.

Nadie cree las versiones oficiales.

Allí está la encuesta de BGC-Excélsior que arroja cifras más que preocupantes para el gobierno: la mayoría de la población no cree la versión sobre la “verdad histórica” difundida por el procurador Murillo Karam. El 51% piensa que la realidad de lo sucedido a los estudiantes desaparecidos, fue de manera distinta a como la presentó el Procurador. Es la desconfianza al gobierno.

En algo tiene razón el coordinador de los diputados del PAN, Ricardo Anaya: “El gobierno tiene un enorme déficit de credibilidad. Ya nadie les cree”.

Cierto: bastaron 25 meses para que Peña Nieto y sus colaboradores principales – Murillo Karam, Videgaray, Osorio Chong y compañía-, cayeran en el pozo del descrédito, de la desconfianza. Y un gobierno sin credibilidad es una gallina descabezada que corre en círculos sin llegar a ninguna parte.

¿Y Peña Nieto?

Del “ya supérenlo” al “no podemos quedar entrampados” en Ayotzinapa. Y ya. Sin discurso sólido ni mucho menos de autocrítica. A levantar la alfombra y ocultar la porquería, llama el Presidente de México. ¿Para qué investigar y castigar si siempre existirá la impunidad?

Al estilo priista, pues.

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Malas noticias le llegan al gobierno peñista desde Ginebra.

Apabullado por las presiones internacionales, evidencias y reclamos de los padres, el subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la SRE, Juan Manuel Gómez Robledo, tuvo que admitir que lo ocurrido en Iguala representó un caso de “desaparición forzada”, es decir, un crimen en el que estuvieron involucrados agentes del Estado mexicano.

Eso era a lo que le tenían pavor en Los Pinos: a que se declarara la “desaparición forzada”. Y el subsecretario Gómez Robledo lo reconoció en un foro multilateral: ante el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU. Nada menos.

Hoy por hoy, México es visto en el mundo como un país donde estudiantes, ciudadanos y periodistas, desaparecen por todos lados. Es el México que está mostrando Peña Nieto.

Malas noticias afuera y adentro.

El presidente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez – sin duda llegó pisando fuerte: primero Tlatlaya y ahora Iguala, contradiciendo las versiones oficiales-, aseguró: el caso Ayotzinapa no está cerrado, hasta que se juzgue a todos los responsables y se aclare el destino de los normalistas desaparecidos. Así lo dijo, provocando la molestia en el gobierno peñista.

Pero hay más.

Si la PGR pretendía que el caso Iguala se diluyera entre la opinión pública – los priistas montaron el juicio sumario en contra de Marcelo Ebrard en la Cámara de Diputados, en parte, como elemento distractor de Ayotzinapa-, han calculado mal. Ni los padres de familia, ni las organizaciones sociales ni en el ámbito internacional, se han tragado el anzuelo de la “verdad histórica” de Murillo Karam. Al contrario.

Allí están algunas razones válidas emitidas por el CentroProDh “Miguel Agustín Pro Juárez AC”, poco después de la conferencia de Murillo Karam y de Tomás Zerón la semana pasada, para no cerrar la investigación sobre Ayotzinapa:

1) Porque no existe plena certeza científica sobre lo ocurrido en el basurero de Cocula.

2) Porque la PGR no ha logrado que haya un solo juicio penal iniciado por el delito de desaparición forzada de personas.

3) Porque no se ha indagado la responsabilidad del Ejército o de fuerzas federales.

4) Porque la PGR no ha explicado el cruento homicidio del estudiante Julio César Mondragón, cuyo cuerpo fue desollado en Iguala.

Muchas dudas. Así no se convence.

*****

PEÑA, VIRGILIO Y LA SIMULACIÓN. En segundo tema, Enrique Peña Nieto encabezó ayer uno de los actos más vergonzantes, indignos y tramposos, de los que tengamos memoria: nombró a un priista, Virgilio Andrade, como nuevo titular de la Secretaría de la Función Pública, y le pidió públicamente lo insólito: …¡investigar a su esposa (La Gaviota), a Luis Videgaray, y a todo lo vinculado con casotas- Grupo Higa-San Román- conflictos de interés!, en aras de determinar si el Presidente y sus cercanos incurrieron en conflictos de interés. ¡Vaya cinismo! Y lo explicamos:

Primero: es una burla a los mexicanos porque Peña Nieto convierte en su empleado al titular de la SFP, y le pide que investigue los “conflictos de interés” y el tráfico de influencias de su gobierno. ¿Y con qué autonomía, independencia, imparcialidad y confiabilidad trabajará Andrade si es, de entrada, subalterno del Presidente?

Segundo: la clásica y nociva simulación priista. ¿Quién le cree a Peña Nieto que se investigará realmente y a fondo el evidente e innegable tráfico de influencias en la red Peña-La Gaviota- Videgaray- Grupo Higa- San Román, cuando al frente de la cruzada va un priista de siempre, hoy erigido en empleado de Los Pinos? ¿Creerá Peña, de verdad, que los mexicanos son estúpidos?

Tercero: los evidentes conflictos de interés y el tráfico de influencias de Peña Nieto, de su esposa, del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, con grupos empresariales, quedarán sin castigar. Ya sabemos con qué nos saldrá Andrade: que no hubo conflicto de interés ni delitos qué perseguir. Exonerará a su jefe, el presidente de la República, y a sus cercanos. Ya lo veremos.

Cuarto: “Gracias, señor Presidente”, le dijo ayer Andrade a Peña al despedirse. Así quedó sellada la sumisión. La burla. La falacia.

Quinto: Seamos malpensados: ¿será Marcelo Ebrard el primero en caer tras la farsa de ayer de Peña Nieto y de Virgilio Andrade con el tema de la corrupción? ¿Será Ebrard el trofeo de Peña?

Y por cierto: ayer, Peña Nieto se veía demacrado, con los labios resecos y los ojos cristalinos. ¿Se oculta algo?

Twitter: @_martinmoreno

Martín Moreno-Durán
Periodista. Escritor. Conductor radiofónico. Autor de los libros: Por la mano del padre. Paulette, lo que no se dijo. Abuso del poder en México. Los demonios del sindicalismo mexicano. El Derrumbe Retrato de un México fallido. El Caso Wallace. 1/Julio/2018: Cambio Radical o Dictadura Perfecta, y de la novela Días de ira.
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