Martín Moreno-Durán
21/01/2015 - 12:01 am
2015: voto de castigo al PRI
+Diputados federales, su talón de Aquiles +Pretenden alcanzar mayoría en San Lázaro ¿Harto de la Casa Blanca de Peña Nieto y de su esposa? ¿Harto de la ineficacia e insensibilidad del gobierno peñista ante la crisis de Ayotzinapa?
+Diputados federales, su talón de Aquiles
+Pretenden alcanzar mayoría en San Lázaro
¿Harto de la Casa Blanca de Peña Nieto y de su esposa?
¿Harto de la ineficacia e insensibilidad del gobierno peñista ante la crisis de Ayotzinapa?
¿Harto de que Luis Videgaray también tenga su casota Higa, mientras la economía se estanca?
¿Harto de que el procurador Murillo Karam diga que ya está cansado?
¿Harto de los relojotes de casi un millón de pesos del líder del PRI, César Camacho Quiroz?
¿Harto de que el gobernador de Chihuahua, César Duarte, se haya convertido en banquero millonario?
¿Harto del mal gobierno?
No haga más corajes.
Mejor prepare su voto y castigue al PRI por todas las anteriores razones. Y por muchas otras más.
Y haga lo mismo en el DF si considera que el PRD también ha hecho mal gobierno.
O al PAN donde gobierna.
Castigue, con su voto, al que quiera. Al que lo merezca. Pero vote. Ni abstención ni sufragio en blanco. Eso favorece al PRI, sin duda.
A votar el 7 de junio próximo porque ese será el día del ciudadano. El día de la revancha contra el mal gobierno. El día del empoderamiento de los gobernados. El día del desquite mediante las urnas.
¿Dónde le dolerá al PRI?
En las Cámaras. Que no alcance la mayoría en la de Diputados – de hecho, hoy no la tiene, pero es una de sus metas más anheladas-, y someterlo, a golpe de votos, y que su partido rémora: el Verde Ecologista, tampoco obtenga suficientes para darle la codiciada mayoría al priato.
Esa sería una revancha ciudadana legítima, legal…y más que merecida para un gobierno que en más de dos años tiene a México hundido en la parálisis económica, en la violencia al alza, sin resolver la matanza de Ayotzinapa, inmerso en la corrupción oficial, en el desprestigio ante los ojos del mundo y pasmado ante la desgracia nacional. Peña, nada más, no ha podido.
*****
En toda democracia, el equilibrio de poderes es obligatorio. Un gobierno con el control mayoritario de sus respectivas cámaras, cae en la dictadura política. Y si ese gobierno es del PRI – allí están los vergonzantes casos de Montiel, Moreira, etc-, pues la normalidad democrática se trastoca y se desfigura.
Hoy, el PRI tiene 213 diputados, que constituyen el 42.6% de los 500 legisladores. Es, en estrictos términos legislativos, primera minoría en San Lázaro. Agregarle un 4% del voto verde que, en votaciones cerradas, resulta clave para el priismo.
Cierto: Peña y el PRI sacaron las reformas energética y fiscal con el apoyo ciego del PAN y del PRD, respectivamente, además del voto verde.
Sin embargo, uno fue el inicio del gobierno peñista, apuntalado con el “Pacto por México”, y otro muy diferente es el actual. Del gobierno eficaz al gobierno pasmado. Del gobierno práctico al gobierno torpe. Del gobierno aplaudido al gobierno ninguneado.
Hoy por hoy, ni el PAN ni el PRD apoyarían al PRI como lo hicieron, de manera absoluta y hasta entreguista, al arranque del sexenio. Y eso lo saben en Los Pinos, donde se están quedando sin aliados, aún dentro del propio priismo.
De allí que el PRI quiera ganar la mayoría en la Cámara de Diputados el próximo 7 de junio: para no depender tanto ni del panismo ni del perredismo, y aliado con los verdes y con alguno que otro (como el Panal), seguir aprobando leyes a conveniencia del gobierno, bloqueando las que no les convienen, y frenando, de paso, el desarrollo democrático del país.
Para eso quiere el PRI ganar la mayoría de diputados el primer domingo de junio. Ese sería su gran triunfo. Su propósito mayor.
El PRI pretende volver a los días del carro completo en lo legislativo. Sin contrapesos. Sin obstáculos. Sin democracia.
¿No lo cree?
Allí están las declaraciones del secretario de Acción Electoral del PRI, Samuel Aguilar Solís:
“El partido transita con una sólida certeza de triunfo basada en la capacitación permanente de sus cuadros jóvenes, que coadyuvarán a cerrar ese paréntesis que se abrió en 1997 cuando perdimos la mayoría en San Lázaro”.
¿No qué no?
Para los priistas, la democracia radica no en el equilibrio de poderes o en los contrapesos legislativos, sino en que el PRI tenga la mayoría en la Cámara de Diputados. ¿Para qué la democracia si existe la imposición?
Aguilar Solís y el priismo operan en esa lógica política –tan suya, tan pervertida-, por una razón que todos conocemos: los priistas no fueron diseñados para la democracia. No la conocen. No la practican.
Para ellos, terminar con la democrática, sana e histórica pérdida de su control político en San Lázaro, junto con la ciudad de México en 1997, equivaldría a un avance democrático. Por supuesto para el PRI, más no para el país.
Evitemos, pues, que Aguilar Solís y los priistas cierren ese paréntesis democrático e histórico surgido, a golpe de votos, en 1997.
*****
El 7 de junio próximo, usted manda, decide y vota.
El 7 de junio recuerde las casotas Higa, los agravios, el nulo crecimiento económico, la corrupción gubernamental, la inseguridad, Ayotzinapa, y después de ello, vote a conciencia. Se vale el voto de castigo.
¿Dónde le duele al PRI? No votando por sus diputados federales.
En los estados donde se elegirá gobernador, es otra dinámica política-electoral de la cual nos ocuparemos en próximas entregas de esta columna. Habrá nueve gubernaturas en disputa.
Por lo pronto, recordemos los agravios, y votemos.
Ya sabemos dónde les duele.
Twitter: @_martinmoreno
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