En las elecciones de 2015 se dará el relevo de nueve gubernaturas en nuestro país, entre las cuales se encuentra la de Colima. En esta pequeña entidad federativa, que ha sido siempre bastión priista, se está difundiendo la idea de que el candidato del PRI a la gubernatura del estado será impuesto por Enrique Peña Nieto utilizando el anacrónico e inadmisible “dedazo presidencial”, y no por las vías democráticas que estos tiempos (por demás turbulentos) exigen.
El promotor de esta idea es ni más ni menos que el ex gobernador priista Fernando Moreno Peña, quien, de una forma totalmente cínica, ha desvelado las prácticas antidemocráticas del PRI en una entrevista reciente otorgada al periódico Diario de Colima, el cual, dicho sea de paso, vendió su línea periodística a la gestión de Moreno Peña, cuando éste era gobernador, y ahora promueve también la idea del “dedazo presidencial”.
La razón principal de promover el dedazo presidencial por parte de Moreno Peña (quien es cabecilla del denominado “Otro PRI”, mote que define al PRI despótico, centralista y autoritario colimense) es para apoyar a varios precandidatos con los que tiene intereses políticos y económicos, y de paso volver a ejercer, a través del que quede, el poder caciquil que ejerció durante su administración (1997-2003), pues debido al divisionismo del PAN y del PRD en este momento, el triunfo del PRI se impone irrefutable.
El más visible de estos precandidatos priistas es el subsecretario de telecomunicaciones Ignacio Peralta Sánchez, quien es sobrino de Héctor Sánchez de la Madrid, director de Diario de Colima, conocido por ejercer este periodismo sicarial y corrupto mencionado, y además amigo cercano (esto se dice para amedrentar) de Luis Videgaray, secretario de Hacienda.
La forma en que Moreno Peña y su grupo (reléase de nuevo la aludida entrevista) están promoviendo el “dedazo presidencial” para imponer a Ignacio Peralta no está sino volviendo a generar la impresión de que el PRI en realidad no ha cambiado nada y de que bastó que regresara a tomar el control del poder nacional para volver a sus prácticas despóticas y antidemocráticas.
¿No se dan cuenta estos promotores del “dedazo presidencial” en Colima, que, en su afán por obtener de nuevo el control de esta región del centro-occidente mexicano, están abonando más al deterioro de la imagen del presidente Peña Nieto? ¿No habrá nadie que les señale los riesgos que traería imponer en Colima a un candidato ligado a personajes oscuros y corruptos de la política colimense, sin solvencia electoral ni, sobre todo, identificación con los sectores populares?
En Colima todos repudian el cacicazgo del ex gobernador Moreno Peña, y es verdad sabida que de volver él al poder Colima se podría convertir fácilmente en un Michoacán o en un Guerrero. Si no hemos llegado hasta ahí ha sido precisamente porque el actual gobernador; Mario Anguiano Moreno, se deslindó muy a tiempo del cacicazgo establecido por Moreno Peña y el “Otro PRI”, ahora con ansias de volver al poder.
El presidente Peña Nieto ha dicho que el PRI al que pertenece ya no es el PRI de antes (tiránico, corrupto, represor, etcétera), ¿por qué entonces permite que en esta entidad estén creándole una fama adversa? Siendo yo mismo colimense, veo con preocupación que el “dedazo presidencial” se imponga en Colima para bien de unos pocos y para mal de toda la sociedad.
Saldría muy caro permitirlo.
@rogelioguedea