Martín Moreno-Durán
03/09/2014 - 12:00 am
México no ha cambiado
+2012: 4% de crecimiento; 2013: 1% ¿Cuál cambio? + 57% advierte: vamos por el rumbo equivocado “De un país detenido, México pasó a uno con once reformas audaces…”, nos dice en spot oficial el presidente Peña Nieto. Pero hay algo que nada más no checa.
+2012: 4% de crecimiento; 2013: 1% ¿Cuál cambio?
+ 57% advierte: vamos por el rumbo equivocado
“De un país detenido, México pasó a uno con once reformas audaces…”, nos dice en spot oficial el presidente Peña Nieto.
Pero hay algo que nada más no checa.
En ese “país detenido” – en clara alusión a la administración de Felipe Calderón-, México creció, en 2012, último año del calderonismo, un 4% en el valor real del Producto Interno Bruto (PIB).
Y en 2013 – primer año de Peña Nieto-, el crecimiento económico de México se desplomó: apenas rozó el 1%.
La economía mexicana se cayó en unos cuantos meses.
Entonces, ¿económicamente crecimos más con un México “detenido” que con un México en “movimiento”?
Según los números fríos e indiscutibles, así fue.
En 21 meses del gobierno de Peña, la economía –esa sí- ha estado detenida. De ahí que las encuestas ubiquen al Presidente en los niveles más bajos de aprobación ciudadana desde Ernesto Zedillo.
BGC-Excélsior indica que el 54% de la población desaprueba a Peña Nieto (25/VIII/2014).
Consulta Mitofsky, de Roy Campos, ubica a Peña en niveles de respaldo ciudadano del 47%. (1/IX/2014). Ni siquiera llega a la mitad.
Pero hay otros indicadores que a pesar del aparato de propaganda oficialista, del bombardeo de “spots” en favor del Presidente y de su gobierno, del carnaval de autoelogios en Los Pinos aderezados con lambisconerías de gobernadores, le dan a Peña Nieto una dimensión de Presidente poco confiable.
De la encuesta divulgada por Consulta Mitofsky:
– 57% de los mexicanos cree que vamos por el rumbo equivocado.
Aún más:
De la encuesta de BGC-Excélsior:
“Las personas que están inconformes argumentan, sobre todo, que Peña no cumple lo que promete, que no ven avances, que persiste la inseguridad y que continúan las alzas de precios. También se mencionan las reformas, los impuestos y la pobreza como causas.
“Peña Nieto sigue sin cumplir con las expectativas que se tenían de su gobierno. 52% dice que ha hecho menos de lo esperado, y sólo 14 por ciento cree que ha hecho más. Asimismo, le afecta la percepción de falta de control sobre lo que ocurre en el país (52%) al llegar a su 2º. Informe”.
En síntesis: mucha saliva, pocos avances.
*****
Dos estampas. Dos Méxicos.
En la pantalla de televisión, en su mensaje con motivo de su Segundo Informe de Gobierno, el presidente de la República habla de un país que todavía no existe.
“México ya cambió”, proclama Peña Nieto.
No es cierto, ciudadano Presidente.
No nos debe mentir.
Una cosa es que se hayan aprobado las reformas – cosa por demás necesaria, inaplazable y urgente-, y otra es que, per se, ese “proceso reformador” haya cambiado a México.
¿Por qué?
Elemental: porque los resultados de las reformas –para bien o para mal-, aún no llegan. Es demasiado pronto para saberlo. Y hasta irresponsable resulta cacarear algo que en los hechos no se ha alcanzado. No, al menos de momento.
México no ha cambiado.
México aún tiene más de 50 millones de pobres.
México todavía registra un crecimiento económico mediocre.
México no da signos de ser un país democrático. ¿Ejemplo? El sometimiento absoluto del Congreso y de la oposición –PAN y PRD- al presidencialismo imperial.
México sigue viendo cómo se pasean, orondos, los Montiel, Salinas, Romero Deschamps, Moreira, Gómez Urrutia y demás emblemas de la corrupción.
México se mantiene como el líder mundial en secuestros.
México sigue inmerso en la violencia: en veinte meses del gobierno de Peña Nieto, se han registrado 36 mil 718 ejecuciones, según conteo del prestigiado Semanario Zeta dirigido por la periodista Adela Navarro, basado en cifras del SNSP.
México se mantiene como el país de la impunidad.
México no ha cambiado.
“México ya cambió”, dice Peña Nieto.
No mienta, ciudadano Presidente.
*****
Gobernar con medias verdades o con mentiras absolutas, ha sido una costumbre política del PRI. Desde “administrar la abundacia” de López Portillo, la “renovación moral” de Miguel de la Madrid y los “errores de diciembre” de Salinas de Gortari, las únicas víctimas han sido millones de mexicanos. En 1994-1995, producto de la irresponsabilidad financiera salinista, más de un millón de mexicanos perdieron todo: bienes, casas, empresas, autos, negocios.
¿Cuál sería la diferencia entre López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Enrique Peña Nieto? Sólo una: las fechas en las que gobernaron. Los cuatro fueron diseñados, políticamente, bajo la misma hechura: la del PRI. El de ayer. El de hoy. El de siempre.
Los cuatro – con su personal estilo de gobernar-son producto del priismo, con todas sus virtudes y todos sus vicios.
Hoy por hoy, Peña Nieto no puede ni debe hablar de que “México ya cambio”, cuando no es cierto.
Una cosa, sin duda, es lo que nos muestran los spots de televisión.
Y otra cosa – la realidad dura y descarnada-, es lo que enfrentan los mexicanos.
Twitter: @_martinmoreno
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