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Jorge Zepeda Patterson

04/06/2014 - 12:00 am

El verdadero Mirrey

¿Quién es el verdadero Mirrey? ¿Felipe de Borbón y Grecia o José Emilio González, el Niño Verde? A primera vista la comparación parecería odiosa y de mal gusto, pero en el fondo los dos coinciden con un rasgo fundamental: deben lo que son al hecho de ser hijos de su papá. Quiero pensar, por el […]

¿Quién es el verdadero Mirrey? ¿Felipe de Borbón y Grecia o José Emilio González, el Niño Verde? A primera vista la comparación parecería odiosa y de mal gusto, pero en el fondo los dos coinciden con un rasgo fundamental: deben lo que son al hecho de ser hijos de su papá.

Quiero pensar, por el bien de España, que las similitudes terminan allí. Porque si Felipe VI tuviera la desgracia de parecerse al Niño Verde en algo más, bien podríamos estar hablando del fin de la dinastía de los borbones.

En realidad la vida del infante real (me refiero a Felipe, no Emilio) ha sido la de un esforzado aprendiz, sabedor de que inexorablemente habría de sentarse en el trono español. Es teniente coronel y capitán de fragata gracias a un largo adiestramiento, habla varios idiomas y además de licenciado en derecho tiene maestría en relaciones internacionales por la prestigiada Universidad de Georgetown en Washington. Se le conoce por su disciplina y sentido de responsabilidad.

Pero el dueño del Partido Verde tampoco se queda atrás. Desde que era niño (es decir, hasta hace cinco minutos) se ha estado preparando para ocupar su papel de Mirrey. Con ahínco y perseverancia ha invertido la vida en fiestas, escándalos, shoppings y viajes; aunque el tiempo restante sí lo derrochó. Gracias a esta inversión es el legítimo patrón de un partido frívolo y vacío que vive de hacer trueques con el mejor postor, usualmente el que se sienta en Los Pinos. En virtud de ello ha sido diputado y senador, aunque nunca ha permitido que esas distracciones incomoden a su verdadero oficio: ser Mirrey.

Según un extracto encontrado en el blog Artes9, “Los mirreyes son chicos que antes se consideraban  como los Jr. o los hijos de papi, solo que este nuevo nombre es debido a que son chicos consentidos que obtienen todo lo que quieren y se la viven  gastando  dinero, podemos decir que es una evolución del metrosexual, mezclado con un chico de clase acomodada. Su contraparte femenina es llamada Lobuki pero es posible escuchar términos como lobsters, lobas, lobeibis, lobeznas, todas las palabras nacen de una: loba. En cuanto la moda, hay que resaltar que son conocedores del lujo por excelencia, y gustan de vestir prendas exclusivas tipo Polo, YSL, High End, Gucci, entre otras  y para aclarar es necesario saber que no es regla que sean guapos, ya que los feos con dinero también están en esta categoría. Los verás bajando de hermosos carros último modelo para entrar al antruki con camisas desabrochadas para enseñar el pecho, mostrando la hebilla del cinturón y ojo, no son muy fans de usar jeans pues prefieren lindos pantalones de vestir”.

Ricardo Raphael escribió que algunos de estos vástagos son hijos de empresarios. Otros son los descendientes de políticos corruptos o de mercaderes que hicieron fortuna al amparo del gobierno. Por último vienen los cachorros del narco. Las tres descendencias se confunden en antros de grandes ciudades en el extranjero. Todos comparten el hecho de despreciar la cultura del esfuerzo.

Bajo estas características se me insistirá que bajo cualquier criterio la comparación con Felipe de Borbón es incorrecta. Y en efecto, ninguno de los rasgos perfilados arriba son aplicables al hijo de Juan Carlos, un joven austero y poco dado a los escándalos.

Letizia Ortiz le dirá “mi rey” a Felipe, así como muchos de los españoles (aunque ellos por distintas razones que su esposa). Pero en el fondo, nada puede borrar el hecho de que el Príncipe de Asturias recibirá la corona por la misma razón que Emilio González obtuvo el control del un partido político. Y tan es así, que miles de españoles se han manifestado en los últimos días para cuestionar la sucesión y exigir un plebiscito sobre la monarquía. Con lo cual me pregunto: ¿no podríamos hacer lo mismo en México: una manifestación para desconocer el poder heredado a los Niños Verdes, Napitos y similares?

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net

Jorge Zepeda Patterson
Es periodista y escritor.
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