Martín Moreno-Durán
02/04/2014 - 12:01 am
PRI y la censura: una amenaza real
*Ley de Telecomunicaciones, una trampa de EPN *Ayer, Bartlett; hoy, Osorio Chong “No podrán transmitirse noticias, mensajes o propaganda de cualquier clase que sean contrarios a la seguridad del Estado o al orden público”. ´No, la frase anterior no es una disposición de Putin para la recién anexada Crimea. Es la propuesta de cambio del […]
*Ley de Telecomunicaciones, una trampa de EPN
*Ayer, Bartlett; hoy, Osorio Chong
“No podrán transmitirse noticias, mensajes o propaganda de cualquier clase que sean contrarios a la seguridad del Estado o al orden público”. ´No, la frase anterior no es una disposición de Putin para la recién anexada Crimea. Es la propuesta de cambio del Ejecutivo para el Artículo 229 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión. Con un agravante: sería la secretaría de Gobernación la responsable de dictaminar qué noticia es contraria al orden público o a la seguridad del Estado. Bajo ese criterio los medios de comunicación no podrían informar de temas que resulten incómodos a la opinión pública por el riesgo de provocar una protesta que afecte el orden público´, escribió Jorge Zepeda Patterson en su artículo del domingo pasado en El Universal, bajo el título “La tentación del autoritarismo”.
En este portal, el investigador de Fundar, Oscar Arredondo Pico, alertó: “La publicidad oficial en México le permite al gobierno censurar indirectamente a los medios, condiciona la difusión de propaganda gubernamental con contratos millonarios de los que se ven favorecidos. En consecuencia, los medios de comunicación tienden a beneficiar o a editar a modo las noticias relacionadas con la gestión pública”.
Y en la Red Pública del pasado 22 de enero, publicamos un texto titulado “Censura”. Allí revelamos las razones por las cuales el periodista Ciro Gómez Leyva fue corrido de Milenio TV: durante su noticiero, dio a entender que al Presidente le habían faltado pantalones para enfrentar conflictos como el de la CNTE. En Los Pinos enfurecieron, cortaron publicidad a ese grupo de comunicación, y cuando se pidió una explicación, se pidió la cabeza de Ciro, quien sin más fue sacado del aire por las presiones presidenciales.
Y en el mismo texto expusimos el caso de la reportera Verónica Danell, quien fue removida de su noticiero en Megacable Canal 6 en Jalapa, por haber transmitido la pifia de Peña Nieto quién confundió el nombre de la capital veracruzana durante una de sus giras. A Danell le habían exigido también no criticar al gobernador Javier Duarte. No obedeció y la corrieron.
Si grazna como pato, tiene cola de pato y camina como pato, entonces es…censura.
Y, hoy por hoy, la censura hacia la prensa mexicana asoma sus fauces de la mano de su bestia favorita: el PRI.
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Lo escrito por Zepeda Patterson es más que preocupante. ¿Por qué? Por una razón de peso: esa propuesta de cambio al Artículo 229 promovido desde Los Pinos, debe analizarse desde diversos ángulos.
1) Tenemos un presidente de la República que rechaza la transparencia, aborrece la crítica y que practicó la censura cuando era gobernador del Estado de México. ¿Pruebas? OK: Peña Nieto ha ocultado, hasta hoy, quién le donó o regaló seis de las doce propiedades que asentó en su declaración patrimonial. ¿Quién se las obsequió? Encubrió a su padrino político, Arturo Montiel, enriquecido de manera brutal y agraviante. Solapó la muerte de la niña Paulette a pesar de que sus padres, Mauricio Gebara y Lisette Farah, se declararon culpables de haber desaparecido a su hija. ¿Más? Despreció más de mil feminicidios cuando fue gobernador. En Los Pinos no hay un demócrata. Por eso se promueve, bajo el sofisma de garantizar la “seguridad del Estado”, una censura tendiente a controlar la información, castigar a periodistas críticos y premiar a los medios incondicionales…aunque la mayoría solitos se bajan los pantalones a cambio de prebendas oficiales. O de dinero. (Más del tema en Red Pública del 16/10/2013. Peña: el Presidente oscuro).
2) Gobernación, el Gran Censor. Osorio Chong –quien, como Peña Nieto, representa al priismo más nocivo y opaco-, fue gobernador de Hidalgo y durante su gestión se practicó la piedra angular de la comunicación del PRI: la censura. La amenaza a la prensa critica. A periodistas incómodos. El soborno a medios. ¡Y en manos de Osorio quedaría dictaminar qué noticia es contraria al orden público o a la seguridad del Estado! ¿Bajo qué criterios se ejercerá este control mediático? Como en los viejos tiempos: la Segob erigida como la Secretaría de la Comunicación Pública. Ayer Bartlett. Hoy Osorio Chong. No hay diferencia.
3) El gobierno de Peña Nieto ha establecido un círculo perverso: someter a los medios mediante publicidad, favores oficiales y hasta entregarles la promesa de nuevas cadenas de televisión. La TV mexicana –Televisa, Televisión Azteca y sus demás remedos-, prácticamente se han alineado a las órdenes de Los Pinos, de Gobernación, de Hacienda. ¡Y vaya que no les cuesta trabajo! Directivos de empresas de la comunicación o son priistas o son afines al priismo o, simplemente, están a conveniencia y a la orden del poder político en turno. Ayer súbditos del PAN. Hoy del PRI. ¿Para qué hacer periodismo crítico o de investigación rigurosa o de denuncia si es más sabroso y redituable facturar o ganar más dinero e influencias?
4) Contadas son las plumas y voces críticas o que cuestionan a Peña Nieto o a su gobierno. Los demás aplauden como focas de circo todo lo que haga o diga Peña, sin ninguna revisión a fondo del tema ni mucho menos un análisis riguroso de los asuntos nacionales. Hay algunos que hasta tienen programas en la TV Mexiquense, están en nómina y, por tanto, jamás critican, por citar un ejemplo entre muchos otros, al gobernador Eruviel Ávila en otros medios en los que colaboran. Valores entendidos. Ok. Pero también conflicto de interés. Son los comunicadores que no necesitan de la censura gubernamental para callar. Ellos son la censura autoimpuesta. Qué lástima.
5) El PRI añora volver a los tiempos del control absoluto de la prensa, sobre todo de la escrita y radiofónica que, a pesar de tantos casos de panegiristas del poder y defensores oficiosos, aún conservan algunas voces y plumas libres, críticas, imparciales y, por tanto, valiosas y necesarias.
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Allí viene el priismo y la censura con reformas tramposas a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
No podía ser de otra manera: los priistas no fueron diseñados para la democracia. No la conocen. No la practican. Ni la entienden. Fueron diseñados para girar, dóciles y genuflexos, en torno al presidencialismo, que hoy está de vuelta con todos sus vicios. Con todos sus riesgos para la libertad. Con todos sus abusos.
Nos queda, a periodistas y sociedad, evitar a cualquier precio que la censura se vuelva a institucionalizar en México. Rechazarla en la práctica diaria, aunque algunos hayamos pagado costos como ser acotados en medios, ocultados por incómodos, encapsulados por críticos. Pero ese es el camino elegido y hay que afrontarlo.
¿Y la oposición que hará ante los amagues de la censura priista? Queremos ver al PAN y al PRD en defensa de la libertad de expresión. Opositores reales. Contrapesos efectivos…aunque con personajes a modo para Los Pinos como Gustavo Madero, el panorama se vuelve aún más sombrío.
Es el PRI y la censura.
¡No lo aceptemos!
Twitter: @_martinmoreno
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