Pablo Ruíz Galindo Covarrubias
03/03/2014 - 12:00 am
El Reto de las Drogas
Qué inmenso reto tiene el gobierno de Peña Nieto. Después de 13 años de búsqueda, llegó su gobierno y capturó al hombre más buscado de México y por el Departamento Antidrogas de Estados Unidos. Joaquín “El Chapo” Guzmán es el narcotraficante más poderoso del mundo, según datos de la revista Forbes, que lo ubica hoy […]
Qué inmenso reto tiene el gobierno de Peña Nieto. Después de 13 años de búsqueda, llegó su gobierno y capturó al hombre más buscado de México y por el Departamento Antidrogas de Estados Unidos. Joaquín “El Chapo” Guzmán es el narcotraficante más poderoso del mundo, según datos de la revista Forbes, que lo ubica hoy en día en el número 67 en su ranking de personas más poderosas a nivel mundial, responsable, según datos de dicha publicación, del 25% de todas las drogas que entran a Estados Unidos por México. Un estudio de David Pérez Esparza en “Nexos” hace una comparación del Cártel de Sinaloa con las empresas Cemex, Bimbo y Maseca, en términos de ubicación, distribución y presencia.
En un primer momento, se pensó que quizás no era el Chapo la persona que había encontrado la Marina el 22 de febrero pasado, pero las pruebas genéticas y el método antropométrico comparativo de medidas, realizados por la Procuraduría General de la República confirmaron que era la misma persona que habían capturado en 1993. Nos lo comprobaron, el gobierno de Peña Nieto encontró a Joaquín Guzmán.
Aunque Guzmán Loera sea el trofeo más importante, la PGR dio conocer en diciembre del año pasado una lista de 69 de los 122 presuntos capos del narcotráfico más buscados que habían sido detenidos en lo que iba del sexenio (23 miembros del cártel de los Zetas, entre los que se ubica Miguel Ángel Treviño Morales, el “Z-40”, 17 miembros del cártel del Poniente, 7 integrantes del cártel del Pacífico, así como miembros de los cárteles de Juárez, Jalisco Nueva Generación, Caballeros Templarios, La Familia, La Corona, del Golfo, de los Arellano Félix, Los Rojos y de los Beltrán Leyva). Estos resultados tienen 2 ópticas de análisis: el trabajo que se ha hecho, o el trabajo que hay por hacer. El reto se vuelve cada vez mayor, disminuir la violencia que existe como consecuencia de la presencia de los cárteles de la droga en el país. Aunque reconozcamos el trabajo realizado, es importante ver las consecuencias y es nuestro deber exigir que las detenciones se reflejen en resultados. La captura de un narcotraficante que es capaz de mover dos toneladas de cocaína y 10,000 toneladas de marihuana al mes, se debe reflejar en números.
Siguiendo con los datos de la revista Forbes, sólo en el año 2008, los narcotraficantes de México y de Colombia lavaron entre 18,000 millones y 39,000 millones de dólares en ingresos de envíos a los Estados Unidos. El éxito del negocio del narcotráfico el día de hoy es una realidad, y los líderes son todos unos empresarios. Estas empresas no se hacen pequeñas con las detenciones de sus líderes, o al menos no fue así cuando detuvieron a Miguel Ángel Gallardo, líder del cártel de Guadalajara, a Héctor Luis Palma Salazar “El Güero” antecesor del Chapo Guzmán, al mismo Chapo en 1993, al “Z-40”, al “Coss, líder del cártel del Golfo, al “Compayito” líder de “La Mano con Ojos”, al “Chango” Méndez, líder de la Familia, a Edgar Valdez “La Barbie”, a “Tony Tormenta”, por mencionar a algunos.
No existe una cifra oficial de las vidas que ha cobrado la guerra contra el narcotráfico desde 2006 a la fecha. El gobierno habla de alrededor de 70 mil muertos en el sexenio pasado y 13 mil en lo que va de este sexenio. Los números son desconcertantes e inaceptables. La realidad es que el problema no se ha solucionado. No ha bastado con la detención de los líderes y miembros de los cárteles de la droga, el problema nos rebasó hace ya bastante tiempo. No es posible permitir una muerte más, porque no existe justificación que pueda llegar a ser ligeramente aceptable.
La “nueva” estrategia de Peña no trajo el cambio que prometía, al menos no a 15 meses de haber entrado al poder. No nos sorprenda, no es tarea sencilla. Es momento que, de manera seria, se considere un verdadero debate respecto de la legalización de las drogas. ¿Es una solución posible? ¿Qué drogas? ¿Qué cantidad? ¿Dónde y cómo? Ha llegado el momento, y quizás tarde, de que el gobierno se de cuenta de lo que ya muchos saben, que no le es posible a México seguir por el mismo camino, con la misma estrategia.
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