Jorge Zepeda Patterson
08/01/2014 - 12:03 am
El Piojo, ¿personaje del año?
Algo no anda bien en un país cuando el personaje más sobresaliente del año pasado en México es «El Piojo» Herrera, según las redes sociales. Y no es mi selección, desde luego, entre otras cosas mi vocación antiamericanista me lo impediría; simplemente me remito a los hashtags que circularon a finales de diciembre. Pero aunque […]
Algo no anda bien en un país cuando el personaje más sobresaliente del año pasado en México es «El Piojo» Herrera, según las redes sociales. Y no es mi selección, desde luego, entre otras cosas mi vocación antiamericanista me lo impediría; simplemente me remito a los hashtags que circularon a finales de diciembre.
Pero aunque no coincida debo reconocer que tampoco resulta fácil encontrar candidatos. Ciertamente hay multitud de héroes discretos que día a día hacen méritos más que suficientes para justificar homenajes y distinciones. Defensores de derechos humanos, ciudadanos que desafían a la autoridad, periodistas de regiones bravas que en un reportaje se juegan la piel, activistas incansables en favor de labores humanitarias, y un largo etcétera. Sin embargo, la tradición señala que la noción de “personaje del año” por lo general se refiere a una figura pública conocida en todo el ámbito nacional. En su momento pudieron serlo Javier Sicilia, El Subcomandante Marcos, Lydia Cacho, Chicharito Hernández en su primer año en el Manchester e incluso Vicente Fox en el 2000 (aunque un año después tendríamos que haberle pedido que regresara la distinción). Pero cuando uno voltea a ver el 2013 francamente no hay mucho de dónde escoger.
Por supuesto que algunos le otorgarían tal honor a Enrique Peña Nieto en su primer año de gobierno. Al margen de los méritos de un político, que siempre estarán sujetos a la subjetividad ideológica de quien lo juzgue, es indudable que el 2013 estuvo jaloneado por lo que hizo y por lo que dejó de hacer el Presidente en el polémico regreso del PRI al poder. Que si las reformas sirven o no sirven, que si Elba Esther Gordillo a la cárcel, que si entrega el petróleo al extranjero o por fin sanea a Pemex, que si el copete se desplazó o el telepromter se le movió.
Para otros, Carlos Slim es un candidato permanente. Mexicanos convencidos todavía de que la distinción de tener al hombre más rico del mundo constituye un motivo de orgullo nacional. Nuestro Rey Midas local, además, consiguió campeonar con el León en apenas su primer año de incursión en el futbol. El problema es que con la mitad de la población en condiciones de pobreza y una sociedad tan desigual, la fortuna de Slim no es un reflejo de alguna virtud nacional sino justamente todo lo contrario; una muestra palpable de por qué las cosas funcionan mal en este país. Eso que produce pobres a mansalva es la mismo que genera multimillonarios con fortunas obscenas. Pero ese es otro tema.
El estado de la izquierda queda perfectamente ilustrado por la ausencia de candidatos defendibles. No ha sido un buen año para Miguel Mancera, pese a una gestión aceptable (a mi juicio la Ciudad de México sigue siendo la entidad federativa con mejor gobierno). El 2013 tampoco fue bueno para López Obrador; quiérase o no el tema de la reforma petrolera no encendió la calle, como había sido su propósito. Por su parte, Marcelo Ebrard sigue desaparecido por razones obvias. Y de la derecha, mejor ni hablamos. Por el momento el PRI también ocupa ese espacio, lo cual deja a panistas y empresarios conservadores muy poco margen para figurar.
Visto lo anterior, mi voto iría a favor de Alberto Patishtán, el líder tzotzil que pasó trece años en la cárcel acusado de homicidio luego de denunciar la corrupción del presidente municipal de su pueblo, El Bosque, en el norte de Chiapas. En septiembre pasado la Suprema Corte ratificó la sentencia a 60 años de prisión, a pesar de las evidentes irregularidades de las pruebas inculpatorias; salió de la cárcel en noviembre gracias a la Ley del Indulto aprobada por Peña Nieto. Tiene un tumor en el cerebro que lo está dejando ciego. Con todo, este líder social nunca doblegó su postura y sigue comprometido con las causas sociales pese a la costosa factura que ha pagado.
No es nada personal contra El Piojo, pues. Contra Peña Nieto tampoco, o casi. Del primero prefiero esperar a ver como nos va con el Tricolor que él dirigirá en el Mundial de Brasil. Del segundo, me rehúso por principio hasta que me demuestre lo contrario. Total quedan cinco años.
¿Y para usted? ¿Cuál es el personaje del año en México?
@jorgezepedap
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