Martín Moreno-Durán
17/07/2013 - 12:01 am
Los muertos de Peña Nieto
Más de 7 mil ejecuciones Cayó el “Z-40”…gracias a la DEA Durante el gobierno de Peña Nieto se han registrado… ¡7, 119 muertes por la violencia en México!, reveló el Gabinete de Seguridad. 1,010 asesinados cada mes en promedio. 34 diarios. Nada más. A este ritmo, cerraremos el año entre 13 mil y 14 mil […]
- Más de 7 mil ejecuciones
- Cayó el “Z-40”…gracias a la DEA
Durante el gobierno de Peña Nieto se han registrado… ¡7, 119 muertes por la violencia en México!, reveló el Gabinete de Seguridad. 1,010 asesinados cada mes en promedio. 34 diarios. Nada más.
A este ritmo, cerraremos el año entre 13 mil y 14 mil caídos relacionados con el crimen organizado. Saque usted, lector de esta «Red Pública», lápiz y papel y haga cuentas dentro de la numeralia de la muerte.
Esas son las cifras oficiales contabilizadas del 1 de diciembre de 2012 hasta el 30 de junio de 2013, y divulgadas el jueves pasado.
Pero también hay números extraoficiales. Y confiables.
El prestigiado semanario Zeta, dirigido por la periodista Adela Navarro, reporta que tan sólo durante los cinco primeros meses del gobierno peñista, se tuvieron… ¡8 mil 49 ejecuciones! Navarro punza:
“Con un discurso triunfalista, siempre con cifras preliminares, y sobre todo con estadísticas alteradas y bastante alejadas de la realidad que vive el país, el gobierno del Presidente Peña Nieto quiere acabar con la inseguridad, violencia y homicidios dolosos relacionados con el crimen organizado”.
Las cifras ofrecidas por Zeta se basan en un acucioso trabajo periodístico del reportero Enrique Mendoza y recurren a fuentes oficiales como el Sistema Nacional de Información (SNI), las secretarías y procuradurías de Justicia estatales, además de los registros hemerográficos de las entidades.
Los estados con mayores índices de violencia son Guerrero, Chihuahua (gobiernos fallidos en seguridad) y el cada vez más ingobernable Estado de México, en el que el estatus de “gobierno fallido” en este renglón, está cada vez más consolidado.
Sean 7,119 muertos en siete meses del sexenio debido a la violencia. Sean 8 mil 49 fallecidos durante diciembre de 2012, y enero, febrero, marzo y abril de este año. Lo que sea, pero si ayer eran “los muertos de Calderón”, hoy son “los muertos de Peña Nieto”.
No hay diferencia de fondo. Es el mismo rasero aunque, hoy, la estrategia es más de saliva que de operatividad. Se privilegia el ocultamiento de información para reforzar la percepción de que la delincuencia ha disminuido. El silencio como estrategia de comunicación. Como en las dictaduras militares y políticas.
O como lo consigna la revista Nexos en su cabeza principal: “Violencia: menos ruido, misma furia”. Y más: “El mutismo periodístico es resultado de una decisión consciente del gobierno de bajarle los decibeles al combate a la delincuencia…la información se ha tornado burocrática y escasa…el silencio abruma en un país aún repleto de muertos y matones” (Alejandro Hope).
¿Que ya agarraron a Miguel Ángel Treviño, “el Z-40”, líder de “Los Zetas”? Reconocimiento a la Marina que, desde el sexenio pasado, le seguía los pasos.
Sin embargo –y, por supuesto, sin ninguna intención mezquina de demeritar a los marinos que capturaron al “Z-40”–, hay que decirlo: el poderoso capo cayó gracias al trabajo de inteligencia de la DEA estadounidense. Es algo que debemos deslindar.
¿Que “Los Zetas” están acabados? No. Habrá seguramente un reacomodo en las plazas dominadas por esa organización y entre quienes quieran disputárselas a través de enfrentamientos y de alta violencia, para repartirse el pastel dejado por Treviño.
Pronto conoceremos al relevo del “Z-40”. Ya se lo dijo “El Mayo” Zambada a Julio Scherer: “En cuanto a los capos encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.
Ya desde ayer se perfilaba Omar Treviño Morales, el “Z-42”, hermano de Miguel Ángel, como el sucesor.
Son los muertos de Peña Nieto. Y la falta de estrategia sólida.
Una gendarmería que nació muerta. Dispersa. Amorfa. Ni en el propio gobierno saben si será de índole municipal o federal. El Comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón y Kalb, es el policía de la ignorancia: “no sé… no tengo esos datos…no tengo conocimiento”. Y cuando lo cuestionan, iracunda su naturaleza, ofende a reporteros. Valiente funcionario.
Un error grave, haber desaparecido a la SSP federal en diciembre de 2012… sin nada para sustituirla.
Una Policía Única inexistente.
Mucho discurso. Demasiado.
Saliva en exceso ante un país que aún se retuerce entre la violencia, en el repunte del consumo de drogas, el empoderamiento de los cárteles, en la indefensión ciudadana. En las muertes de civiles.
El dato estremece, indigna: durante el primer cuatrimestre del gobierno peñista, murieron… ¡86 menores de edad! (fuente: Red por los Derechos de la Infancia en México), lo que refleja la ausencia de otra estrategia tan imprescindible como el ataque mismo al narco: la seguridad que se debe brindar a los inocentes en esta guerra. Niños. Adultos. Ancianos.
Es la violencia galopante. Apabullante. Incontrolable.
Se fue Calderón, pero no la violencia.
Y sí: son los muertos de Peña Nieto.
CASO HEAVEN. Dice el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, que “no se debe ni se puede inventar culpables”. De que no se debe: cierto. De que no se puede: ¡vaya con Mancera, el especialista en fabricar culpables! Allí están Lorena González Hernández (caso Martí); Charly (Bar-Bar); Mariel Zúñiga y más. Lo cierto es que ya se cumplieron 50 días del secuestro de 12 jóvenes en ese antro, y la única pista sólida que tiene la PGJDF es invariable: no sabemos dónde están.
Twitter: @_martinmoreno
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