Todos estos regalos le costaron una lana a quienes me los hicieron, y eso me conmueve y no. Me conmueve que mi mujer haya escuchado a tantas personas, durante tantas horas (ella es psicoanalista), para comprarme esta pluma. Me conmueve que mi amigo haya escrito y editado y dirigido tantos programas de televisión para comprarme este sombrero. Me conmueve que mi padre haya hecho tantas negociaciones y escrito tantos documentos (era administrador público) para comprarme este libro. Pero lo que más me conmueve es que uno sabía que Scott Fitzgerald es uno de mis escritores favoritos; el otro, que no tengo un Panamá y que quería uno; la otra, que Hitchcock es mi director favorito de cine y que yo anhelaba.
Por Nicolás Alvarado