¿Qué tan diferente es el PRI de hoy al de los más de 75 años que estuvo en el poder? Habrá que verlo de nuevo en Los Pinos para tener una idea más acabada. Viendo a muchos de sus gobernadores, el PRI sigue siendo tendiendo mucho de su pasado. Las formas políticas no se han renovado pero el partido se ha dedicado a hacernos ver que ha cambiado. El que gobierne tantos estados se debe a que si bien lo echaron de la Presidencia el efecto no llegó a la mayoría de las entidades.

El PAN de Fox y Calderón en Los Pinos no dio para una renovación nacional que tuviera una transformación que alcanzara cambios de partido y cambio en las formas políticas. Las cosas no cambiaron porque no se propusieron diseñar y apoyar una reforma integral del Estado. Se abocaron a simples movimientos, a una singular convivencia y a sobrellevar las cosas en lugar de entrarle de manera firme a temas en los que podía haber alborotado el avispero, lo que de menos les hubiera redituado posiciones importantes. Particularmente Vicente Fox echo por la borda su bono democrático en su primer año en el cual no paso nada, siendo que tenía una capacidad de maniobra que pocos presidentes han tenido.

El “regreso” del PRI tiene sus razones de ser. En buena medida, los 12 años de panismo han sido un factor importante, casi determinante. La magia del 2000 se diluyó rápidamente y de no ser por la “confusa” elección de hace seis años, Acción Nacional hubiera tenido que dejar Los Pinos. El enojo de muchos –López Obrador llamó esquizofrénicos a los que votaron por Peña– debe dirigirse a la forma en que PAN y PRD han llevado la vida política del país.

El PRI se ha visto beneficiado de la desmemoria, de uno que otro buen gobierno, pero sobre todo de una percepción popular –hagamos a un lado al círculo rojo– de que ellos saben hacer las cosas. La “renovación” del PRI ha estado en el cómo designan a sus candidatos, a que han puesto en algunos casos nuevas caras y en que sigue estando cerca de mucha gente que la final tiene sus muy particulares razones por las cuales vota por el PRI en medio de la memoria corta.

El valor de#YoSoy132 más allá de que tengan a Peña Nieto como su “villano favorito” ha resultado ser un tanque de oxigeno. El movimiento cambió los escenarios y mostró el pasado “olvidado”, y sobre todo se fue directo contra los medios los cuales a lo largo del tiempo habían sido intocables. Televisa y en menor medida TV Azteca, la cual parece que ni existe, han sido centro y eje de las manifestaciones. El movimiento ha entendido una de las claves del funcionamiento de las formas políticas del país.

La relación entre medios y aparatos de gobierno se han establecido a través de complicidades e intereses mutuos los cuales en ocasiones han colocado a las televisoras casi en el papel de “jefes” de los propios gobiernos, a lo que se suma  la modalidad de construir candidatos. Es la forma en que funcionan y es parte del porque estamos como estamos.

¿Qué tan diferentes es el PRI? Digamos que se ha sabido reacomodar. Le han puesto la mesa y por lo mismo no se vale calificar o denostar  a quienes  han votado genuinamente por el tricolor, ha sido su decisión independientemente de a quienes les hayan “comprado” el voto que de seguro tendrán sus razones dignas de análisis. Negar que hay gente que vota por el PRI con convicción es querer que todos piensen como uno, recordemos las muchas experiencias las cuales terminaron con países enloquecidos.

¿Que por qué está de regreso el PRI?, pues porque el PAN y el PRD se pusieron de “pechito” y porque su maquinaria se reacomodó y se aceitó sin mostrar hasta ahora nada nuevo bajo el sol.

Javier Solórzano

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Es periodista. Conductor de radio y televisión.

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