Jorge Zepeda Patterson
27/06/2012 - 12:02 am
PAN, “ya vete”
El escándalo por la balacera en el aeropuerto y la presentación de un falso “chapito” confirman los motivos por los que el PAN terminará en tercer lugar en las próximas elecciones, salvo que la Virgen le responda a Josefina. Pocas cosas como estos enormes yerros pintan tan de cuerpo entero la ineficacia de la política […]
El escándalo por la balacera en el aeropuerto y la presentación de un falso “chapito” confirman los motivos por los que el PAN terminará en tercer lugar en las próximas elecciones, salvo que la Virgen le responda a Josefina. Pocas cosas como estos enormes yerros pintan tan de cuerpo entero la ineficacia de la política de seguridad pública del gobierno de Calderón, y eso que este tema ha sido su obsesión a lo largo del sexenio.
Una balacera le puede suceder a cualquiera, desde luego. Pero que esta balacera se precipite porque alguna autoridad decidió hacer la detención en pleno aeropuerto revela una irresponsabilidad mayúscula. Alrededor de 35 mil personas en promedio circulan diariamente por esa terminal, incluyendo empleados, paseantes y hombres y mujeres de negocios del extranjero. Tres muertos en alguna carretera en la sierra ya no es noticia ni siquiera nacional, por desgracia, pero un enfrentamiento a balazos entre policías en un aeropuerto internacional se convierte en noticia mundial en pocas horas. Lo que faltaba para que el inversionista o el turista se la piense dos veces para viajar a México. Fue una suerte que no hubiese víctimas civiles entre los caídos.
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿Por qué carajos no se detuvo a los policías inculpados al terminar su jornada de trabajo si estaban perfectamente localizados? ¿Quería García Luna hacer un reality show frente a las cámaras de video del aeropuerto? ¿O se trata de otro comunicado que se sacaron de la manga para justificar una balacera absurda?
De un talante similar es el oso de la detención del hijo del «Chapo». El ridículo también se convirtió en noticia internacional, toda vez que «El Chapo» es el único capo que forma parte de la lista de Forbes (si no consideramos a Berlusconi en esa categoría, por supuesto).
A tan pocos días de la elección estos escándalos no hacen sino confirmar la desastrosa gestión del PAN en temas sensibles para la opinión pública. Es el partido en el poder a nivel presidencial y en las gubernaturas de Morelos y Jalisco, y muy probablemente en las tres terminará en tercer sitio en la elección del próximo domingo. Pasar de ser gobierno a terminar en último lugar es un mensaje de la gente al PAN: algo así como, “ya vete”.
Más allá de las virtudes y defectos de la candidata, es en la gestión de las autoridades panistas donde tenemos que ver las claves de su fracaso. Tampoco creo que Ernesto Cordero o Camilo Mouriño lo hubiesen hecho mejor. Han habido errores en la campaña de Josefina Vázquez Mota, pero también aciertos (como su desempeño en el último debate). Pero francamente la suya era una batalla perdida de antemano. Simple y sencillamente el consenso predominante es que el PAN no ha sabido gobernar. Renunció a sus banderas democráticas en búsqueda de la estabilidad y una gobernabilidad cómplice con las estructuras del viejo régimen, pero sin sus habilidades. Al final, se quedó con lo peor de los dos mundos: corrupción e ineficacia. (Nota: sin duda hay aciertos panistas, como la gestión en finanzas públicas, pero francamente opacados por sus estridentes fracasos en muchas áreas).
El probable regreso del PRI tiene que ver menos con méritos propios que con este repudio al partido gobernante. La otra alternativa, Andrés Manuel López Obrador, pudo haber constituido una opción al PRI, pero en los últimos días se ha volcado en su contra buena parte de la maquinaria del poder, incluida la panista. Desde luego ha habido errores del propio candidato de la izquierda (aceptar la candidatura de Manuel Bartlett, no preparar debidamente el debate, perder los estribos en el programa “Tercer Grado” ante las provocaciones, por hablar de los más recientes), pero a pesar de ellos su candidatura comenzó a crecer en las últimas semanas. El apoyo improbable de empresarios del norte, por un lado, y jóvenes universitarios del #YoSoy132, por el otro, dieron nuevos aires a su persecución del puntero.
Eso hasta que salió la encuesta de Reforma que lo situaba a sólo cuatro puntos de distancia el 31 de mayo. A partir de ese momento todas las baterías se han cebado en su contra. Se puso en marcha una enorme campaña mediática del PRI con anuncios calcados del 2006 sobre “el peligro para México”. Calderón dejó en claro que prefiere entregarle la banda presidencial a Peña Nieto que a su enemigo personal y la instrucción generalizada a gobernadores priístas y panistas es la de combatir al candidato de la izquierda. El manejo en televisión y prensa, con escasas excepciones, es francamente hostil a AMLO, lo que no había sucedido al inicio de la contienda.
Algunos consideran que todavía hay un pequeño margen para la sorpresa. Se ve difícil. Lo que se puede asegurar con absoluta certeza es que el PAN se va. Sólo le quedará Guanajuato y Baja California Norte como bastiones, lo demás son precarios equilibrios con ex priístas y alianzas rocambolescas. Demasiado poco para el partido que pudo terminar con el viejo régimen y no hizo sino continuarlo por otras vías. La sensación que dejan los gobiernos de Fox y de Calderón es, sobre todo, el de la enorme oportunidad desperdiciada. Sí, ya váyanse, son mejor oposición que gobierno.
@jorgezepedap
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