Javier Solórzano
07/05/2012 - 12:00 am
Los debates, un modelo agotado
Haya pasado lo que haya pasado la noche del debate, es un hecho que mientras no evolucionen y no sean un acto de un mayor intercambio de opiniones y de mayor participación va a terminar siendo como han sido todos. No dudamos que el domingo haya pasado algo interesante, Vitral fue enviado a Sin Embargo […]
Haya pasado lo que haya pasado la noche del debate, es un hecho que mientras no evolucionen y no sean un acto de un mayor intercambio de opiniones y de mayor participación va a terminar siendo como han sido todos. No dudamos que el domingo haya pasado algo interesante, Vitral fue enviado a Sin Embargo MX el sábado en la tarde, pero los debates como los que tenemos no dan para mucho, más bien muchas veces terminan por ser anticlimáticos.
De las primeras cosas que tendría que atender el nuevo Congreso es el diseño de una estrategia que le de un sentido diferente a los debates presidenciales. Hay que poner en la mesa un formato nuevo. El muy comentado debate entre Sarkozy y Hollande en Francia, prueba que existen otras fórmulas menos acartonadas y sobre todo más atractivas para los votantes. Nadie se asusta porque un candidato increpe directamente al otro, los moderadores no solo dan la palabra sino que también intervienen, lo que produce que como modelo televisivo resulte por mucho más atractivo.
El diseño de los actuales debates presidenciales fue hecho por los partidos. Si no se ha ido más lejos desde 1994 es porque los propios partidos no han querido. Solamente quieren cambiarlo cuando van abajo en las encuestas, pero si van arriba se encargan de enfatizar todas las bondades del diseño. La clave en lo que debe ser una nueva definición está en que, sin importar quien vaya abajo o arriba, se construya una pieza que permita a los ciudadanos conocer a los candidatos más allá de la simple puesta en escena.
Nuevos modelos permitirían hacer a un lado polémicas como la que tuvimos la semana pasada. No se trata de que a partir de nuevos modelos los debates debieran ser transmitidos en cadena nacional, que según Ricardo Salinas “nos recuerda el pasado” como si él no fuera prueba manifiesta de ese pasado. De lo que se trata más bien es de que bajo nuevas estrategias en los debates, los ciudadanos tendremos mayores motivos para estar al tanto de ellos y la decisión de verlos podría rondar por un tema de auténtico interés colectivo.
Por supuesto que magia no hay. Lo que sí está a la mano es rediseñar los debates lo cual coadyuvaría a que lo que tiene que ver con política se vea cercano, a la mano, y no como esta hoy en día lejano, pasivo y sin tener nada que ver con los ciudadanos, quienes somos al fin y al cabo quienes la mantenemos y sobre todo en nombre de quien se la pasan hablando. Pronosticamos que en la noche del domingo no habrá muchos sobresaltos, pero no por ello es algo que como ciudadanos nos debe pasar por alto. Es lo que pasó, lo que no pasó y lo que debemos provocar que pase.
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