Desde hace algunos años procuro tomar taxis de sitio y no de la calle, esto porque hace un tiempo fui víctima de un secuestro exprés. No exagero cuando digo que por lo menos ocho de cada diez amigos que toman taxis de la calle han sido víctimas de asaltos o secuestros. Recientemente leí una nota en el periódico que me alarmó mucho. En el Distrito Federal, circulan 1,200 taxis cuyos concesionarios tienen antecedentes penales o incluso están presos por delitos que van desde el robo, homicidio o violación, esto según datos del Grupo Estratégico de Transporte Seguro.
Por Amandititita