«Este accidente es sólo un ejemplo del pésimo manejo que se le da en nuestro país a las sustancias tóxicas peligrosas: no hay regulación suficiente, en México se permite el uso de miles de químicos prohibidos en otros países», recriminó la organización.
Ciudad de México, 21 de abril (SinEmbargo).- La organización Greenpeace México alertó de los riesgos para la salud que significan las sustancias que posiblemente persistan en la atmósfera o en el lecho del río Coatzacoalcos luego de la explosión registrada ayer en el complejo “Pajaritos”, copropiedad de Petróleos Méxicanos (Pemex).
En un comunicado emitido hoy, la organización internacional acusó que los 24 muertos y los 136 heridos, víctimas de la explosión, pudieron “haberse evitado si en nuestro país hubiera un manejo más responsable de las sustancias químicas peligrosas”.
“Este accidente es sólo un ejemplo del pésimo manejo que se le da en nuestro país a las sustancias tóxicas peligrosas: no hay regulación suficiente, en México se permite el uso de miles de químicos prohibidos en otros países, no hay vigilancia suficiente del cumplimiento de los lineamientos de manejo de esas sustancias y eso, con explosiones o sin ellas hace de este tipo de complejos petroquímicos un riesgo en sí para las comunidades donde se encuentran”, recriminó.
Expresó también sus condolencias a las familias de las víctimas por la tragedia, y alertó que ése puede no ser el único saldo, pues detalló:
“En el Complejo Petroquímico Pajaritos se produce cloruro de vinilo, químico utilizado para fabricar PVC y el Cloruro de vinilo se encuentra en forma de gas y líquido por lo que al inhalarlo o estar en contacto con la piel puede causar irritación, mareo, dolor de cabeza y sensación de desmayo, pero cuando la exposición es crónica (por más de un año) puede producir graves problemas en la piel, las articulaciones y alteración hepática, incluso puede provocar fibrosis hepática y es capaz de producir mutaciones en el material genético por lo cual afecta la reproducción y es altamente cancerígeno”.
Por ello, Greenpeace dijo que la población de Coatzacoalcos, y mexicanos en general, tienen el derecho a saber si tras la explosión queda algún riesgo potencia para las personas.
“Desde esta organización hacemos un llamado a las autoridades a actuar con transparencia y revelar las causas del accidente así como los potenciales impactos para la salud humana y el ambiente que puedan causar las emisiones de tóxicos liberadas”, agregó.
La organización consideró que es urgente que se determine e informe con claridad qué tipo de compuestos químicos contenía la nube que se produjo por la explosión “ya que es probable que partículas de éstos persistan en la atmósfera y en el lecho del río Coatzacoalcos”, previó.
Sostuvo que “ni el gobierno de Veracruz ni Pemex puede darse el lujo de exponer a la población”.
La organización también urgió a que las autoridades un monitoreo de manera inmediata de la presencia de químicos peligrosos en la zona, y que éste sea dado a conocer de manera oportuna mientras se toman las medidas precautorias necesarias con la población.
“Esto será crucial para minimizar los efectos de este terrible accidente para las comunidades locales y el ambiente”, dijo.
Finalmente, informó que el Complejo Petroquímico Pajaritos ha registrado al menos tres accidentes de 1991 a la fecha y de acuerdo con la misma Profepa, el ritmo de emergencias asociadas con materiales peligrosos es nuestro país es de 600 eventos por año y al menos cada 12 meses ocurre una de importancia.