Ciudad del Carmen, Campeche, vive incertidumbre por la caída del precio del petróleo

14/04/2016 - 8:00 pm

En los años de vacas gordas el petróleo llevó bienestar a Ciudad del Carmen, Campeche, pero ahora los hoteles, restaurantes y centros comerciales están vacíos.

Foto Cuartoscuro
Plataforma Petrolera En Campeche Foto Cuartoscuro

Por Denis Düttmann 

Ciudad del Carmen, 14 abr (dpa) – En Ciudad del Carmen hay liquidación. «Se vende», «se renta», dicen los carteles colocados en esta ciudad de la costa del Golfo de México. La caída del precio del petróleo golpeó el corazón de la industria offshore mexicana en el estado de Campeche.

Pasó el boom y ahora reina la tristeza bajo el caliente sol del Caribe. «En los buenos tiempos teníamos 32 empleados, ahora sólo quedan 12. Tuvimos que despedir al resto», dice el empresario Mario Solache Rosiñol.

Su compañía Hydra Marine tiene dos buques para transporte de personal y material a plataformas marinas de extracción. Antes los barcos zarpaban tres veces por semana, actualmente sólo una. «Cuánto tiempo más tendremos este contrato, quién sabe. Nuestros clientes nos tienen en la incertidumbre».

De 2011 a 2013 la mezcla mexicana de petróleo tuvo un precio anual promedio de unos 100 dólares por barril (159 litros). Ahora el precio está a poco más de 30 dólares.

En los años de vacas gordas el petróleo llevó bienestar a este antiguo pueblo de pescadores de camarón, pero ahora los hoteles, restaurantes y centros comerciales están vacíos.

«Casi siempre teníamos cupo completo. Gerentes, ingenieros y trabajadores petroleros de todo México pero también de Estados Unidos, Colombia y Venezuela se hospedaban acá», cuenta Manuel, que trabaja en el bar de un gran hotel. «Ahora casi todos los cuartos están vacíos».

Para Pablo López, que forma parte del sindicato Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (Untypp), «lo peor está por venir». «En poco tiempo esto puede convertirse en una ciudad fantasma», pronostica.

La industria petrolera mexicana está dominada por la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex). Si bien México abrió en los últimos años al capital privado su mercado energético, antes muy cerrado, los bajos precios no ayudan a atraer de manera masiva a inversionistas extranjeros.

Pemex recortó este año su presupuesto y congeló una serie de proyectos. En empresas de suministro y de servicios, decenas de miles de personas perdieron sus trabajos.

Tan sólo en los estados de Campeche, Tabasco y Veracruz se recortaron 40 mil puestos en el lapso de un año, según cifras recogidas por el diario El Financiero. La economía de Campeche se contrajo un 6.5 por ciento.

«Pemex tarda de 90 a 180 días en pagar», dice Solache. «A una empresa pequeña como la nuestra eso puede hundirla». El directivo celebra que se haya liberalizado el mercado energético, pero hasta ahora no ha visto ningún fruto. «A nosotros nos ayudaría no depender de un cliente único».

Hermilo Valladares Sánchez, coordinador comercial de la empresa Marinsa, observa un deterioro de la industria de servicios. Su compañía se dedica a la renta de buques especializados para la industria offshore. «Pero hay pocos contratos y cada vez más embarcaciones. Eso presiona los precios», dice Valladares.

Con 800 empleados Marinsa es una empresa relativamente grande. Tiene oficinas en Houston, Bogotá y Singapur, además de en México. «Ahora tratamos de conseguir contratos en otros países. Vamos a donde está el trabajo», afirma Valladares.

La empresa apuesta ahora por hacer inversiones anticíclicas, es decir, contracorriente. Está agrandando su edificio corporativo en Ciudad del Carmen y contratando gente bien preparada despedida de otras empresas. «Esperamos que el mercado se recupere», dice Valladares.

Oriundo de Ciudad del Carmen, le duele lo que está pasando. «Los negocios locales sufren. Mucha gente se va, y los que se quedan no tienen dinero», lamenta. «Hace poco volé desde acá a Houston. Éramos dos pasajeros en todo el vuelo. Antes había que reservar boletos con antelación».

En el puerto de Ciudad del Carmen todavía se ve mucha actividad. «Aunque los negocios vayan mal, hay que dar mantenimiento a los buques», dice el administrador del puerto, Enrique Novedo González.

Por mes el puerto tiene unas mil entradas de buques. «Pero a largo plazo los bajos precios del crudo también son peligrosos para nosotros. Cuando las empresas quiebran y toda la industria se achica, nos afecta», dice Novedo.

En una gran agencia automotriz de la calle principal de Ciudad del Carmen brillan al sol sus lustrosas camionetas. «Antes vendía cinco o seis de esas por semana», dice uno de los empleados. «Ahora la gente viene a devolver sus vehículos porque no puede pagar las cuotas».

en Sinembargo al Aire

Opinión

más leídas

más leídas