El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) dijo que si bien la mayoría de las opiniones coincidieron en que la caída de los precios del petróleo fue la principal causa de la crisis financiera de Pemex, también fue el detonador de un problema que proviene desde años antes y que la coyuntura simplemente hizo más evidente.
Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).– La estrategia que proponga el Gobierno federal para apoyar a Petróleos Mexicanos (Pemex) debe fortalecer la capacidad financiera y reestructurar a la petrolera, así como erradicar la corrupción en su interior, planteó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su reporte semanal, el CEESP refirió que si bien la mayoría de las opiniones coincidieron en que la caída de los precios del petróleo fue la principal causa de la crisis financiera de la petrolera, también fue el detonador de un problema que proviene desde años antes y que la coyuntura simplemente hizo más evidente.
El organismo de investigación y análisis del sector privado menciona que los precios del crudo, que se elevaron a partir de 2002 y que llegaron a un máximo de 102 dólares promedio por barril en 2012, solo escondieron el desequilibro estructural que la empresa petrolera mexicana había iniciado tiempo atrás.
Dice que desde 2008 ya se mencionaba que la productividad de Pemex era una de las más bajas entre las empresas petroleras del mundo no resultaba en una mayor producción.
El análisis destaca que en los últimos años la producción de la empresa petrolera se redujo de 3.38 millones de barriles por día a 2.27 millones diarios, lo cual contrasta con la plantilla laboral que en los últimos años se incrementó 4.2 por ciento.
Asegura que evidentemente esto llevó a Pemex a una «situación financiera compleja», tanto por la caída del precio en el mercado mundial de crudo, como por el constante deterioro de los niveles de producción, y con ello los ingresos propios de la empresa se vieron afectados.
El reporte del CEESP dice que esta coyuntura ocasionó que a partir de 2014 México se convirtiera en importador de petrolíferos. Dice que Pemex se debió beneficiar al importar barato y vender mucho más caro en el mercado nacional.
Expuso que durante 2015 Pemex adquirió en el exterior la gasolina y el diésel que vende en el país con un diferencial ligeramente mayor a seis pesos por litro, lo que habría representado ingresos adicionales por aproximadamente 275 mil millones de pesos.
Sin embargo, refiere que a este beneficio hay que restarle el equivalente al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que recauda el Gobierno federal mediante la Secretaria de Hacienda, de tal manera que Pemex sólo pudo haberse beneficiado de la tercera parte del total, mientras que el resto se integró al presupuesto federal.
El CEESP dice que pese a lo anterior, esto no fue suficiente para compensar la caída de 420 mil millones de pesos en los ingresos totales, que en buena parte se atribuye a la baja de los precios de la mezcla de exportación.
Dice que aunado a esto Pemex tiene que hacer frente a un elevado pasivo laboral que representa poco más de 7.0 por ciento del PIB, lo que significa una constante transferencia de recursos, al menos durante los próximos 40 años, que es el tiempo que se llevaría amortizarlo por completo.