Las leonas son –probablemente– las hembras con la reputación más equivocada de la naturaleza. En promedio, una manada tiene 13 hembras. Ellas mantienen una sociedad matriarcal y dividen sus tareas de manera comunitaria, cuidando en conjunto a las crías. Además, son excelentes cazadoras. Son las leonas quienes acechan y matan a las presas… y no el temido «rey de la selva».
Ciudad de México, 14 de marzo (SinEmbargo).- Abejas, orcas, hormigas y hienas son conocidas en el reino animal por ser hembras dominantes, pero ¿imaginaban que las leonas también pertenecen a este selecto grupo? Seguramente no. Hoy les mostramos una lista realizada por la asociación World Animal Protection con las hembras más fuertes dentro de la vida salvaje.
Abejas
Una de las sociedades más organizadas de la naturaleza es comandada por una hembra: la abeja reina
En realidad, casi toda la población de abejas está compuesta por hembras. La matriarca lidera un verdadero ejército de operarias, que trabajan juntas para alimentar a la reina y mantener la colmena. Si has visto una abeja volando por ahí, probablemente era hembra.
Los machos existen en menor cantidad, para fines reproductivos. Una vez que cumplen su función, infelizmente, mueren.
Bonobos
Conoce a los bonobos: una comunidad de amor libre, liderada por hembras.
Aquí te va una curiosidad… las dos especies de primetes más parecidas a los humanos son los bonobos y los chimpancés. Pero ellas no podrían ser más diferentes entre sí: una es liderada por machos y es más agresiva — los chimpancés frecuentemente resuelven sus conflictos mediante la violencia. La otra es comandada por hembras y es más pacífica — los bonobos resuelven sus conflictos con favores sexuales, inclusive entre dos hembras.
¿El motivo? Estudios indican que un ancestro en común vio su población dividida por la formación del río Congo, en África. Los que quedaron del mismo lado que los gorilas evolucionaron para convertirse en una especie agresiva, compitiendo por comida y territorio (los chimpancés). Pero en el otro margen, sin amenazas alrededor, es el segundo grupo adoptó un estilo más «paz y amor».
Los bonobos están entre las pocas especies de la naturaleza que no tienen sexo solo con fines reproductivos — así como sucede con los humanos. Y mantienen fuertes lazos sociales y familiares.
Orcas
A pesar de su injusta fama de «ballenas asesinas», las orcas también mantienen fuertes lazos sociales y familiares. Están entre los pocos animales que pasan la vida entera junto a sus madres, aún después de tener sus propias crías. Así las cosas, un grupo de orcas suele estarformado por varias familias. Lideradas por la hembra mayor (la matriarca), esas orcas cazan y cuidan a sus crías juntas.
Elefantes
Los elefantes son los animales terrestres más grandes, y también uno de los ejemplos más bonitos de la sociedad matriarcal.
Las manadas acostumbran ser comandadas por la hembra de mayor edad. Y apesar de que la matriarca suele ser más grande que los demás (en tamaño), lo importante es su experiencia. Muchas veces, en la naturaleza, la jerarquía de los animales la establece su fuerza. Pero los elefantes son seres altamente sociales e inteligentes. La matriarca es aquella que mejor sabe encontrar agua y defender a las crías. Una única hembra experimentada llega a liderar de 8 a 100 elefantes.
Hienas
Por su parte, las hienas comandan grupos de hasta 60 individuos. Y «comandar» es la palabra adecuada en este caso: las hembras son significativamente más grandes y agresivas que los machos.
Son ellas quienes se quedan con la mayor parte de la comida. A pesar de su fama de carniceras, las hienas son excelentes cazadoras en grupo. Cuando matan a su presa, las hembras dominantes se alimentan primero. Los machos que no consiguen comer lo suficiente utilizan su «tiempo libre» para encontrar alguna carcaza abandonada en la sabana.
Y por si fuera poco, las hembras también poseen un pseudo-pene. El órgano — un clítoris alargado — llega quedar erecto y es usado para orinar, aparearse y dar a luz a las crías.
Lémures de cola anillada
Los lémures son un caso curioso. Las hembras y los machos tienen el mismo tamaño y –teóricamente– la misma oportunidad de luchar por ser líderes. ¿Por qué, entonces, la mayoría de sus sociedades son dominadas por hembras? Es algo que los investigadores aún desean descubrir…
Leones
Él usa la corona, pero ella es quien manda aquí.
Las leonas son –probablemente– las hembras con la reputación más equivocada de la naturaleza. En promedio, una manada tiene 13 hembras. Ellas mantienen una sociedad matriarcal y dividen sus tareas de manera comunitaria, cuidando en conjunto a las crías. Además, son excelentes cazadoras. Son las leonas quienes acechan y matan a las presas… y no el temido «rey de la selva».
La manada se mantiene por hembras del mismo linaje, a lo largo de varias generaciones, mientras que el león reproductor viene desde afuera y puede ser sustituido por otro más fuerte. Las disputas territoriales son comunes entre los machos. Pero no te dejes engañar: las leonas son perfectamente capaces de enfrentar y ahuyentar a un macho indeseado. No vas a querer cruzarte en su camino…
Suricatos
Los suricatos viven en grandes colonias matriarcales — a veces con hasta 40 individuos. La hembra dominante lidera a estos pequeños mamíferos por la sabana en busca de nuevos refugios y en disputas territoriales contra otros suricatos.
Rata-topo desnuda
Además de dominar la sabana, el océano, las copas de los árboles y hasta el aire… las hembras dominan el subsuelo. Las ratas-topo desnudas viven en grupos de hasta 300 individuos y siguen las órdenes de una hembra «alfa».
Hormigas
Y para terminar, volvemos a los insectos. las hormigas tiene sociedades matriarcales muy parecidas a las de las abejas — una reina y miles de trabajadoras, que mantienen al hormiguero siempre activo. Los pocos machos que existen cumplen funciones reproductivas. Y a veces, ni siquiera eso.
Existe una especie de hormigas en la Amazonía (Mycocepurus smithii) compuesta solo por hembras. ¿Cómo es posible? Según la investigadora Anna Himler, estas hormigas son excelentes agricultoras: ellas aprendieron a cultivar hongos — pequeños organismos que se reproducen de manera asexual — y en algún momento asimilaron ellas mismas esta característica evolutiva.
Todas las hormigas de la colonia son clones de la reina, lo que las deja más susceptibles a epidemias. Por otra parte, la ausencia de machos le ahorra energías a la matriarca. Todas las crías son hembras y, por lo tanto, son más mano de obra para el hormiguero.