«A Hollywood uno nunca llega tarde. Se llega o no se llega. Yo ya había estado como actor, pero como director no me conocían y en ese tiempo no aceptaban películas en español», comenta. «Como agua para chocolate pavimentó la carretera para todo lo que hoy existe, con mis colegas talentosos que están triunfando».
Por Francisco Vázquez Mendoza
Guadalajara (México), 8 mar (dpa) – Actor, director, cantante, músico, guionista. El mexicano Alfonso Arau es un artista polifacético y reconocido en la actualidad por dirigir Como agua para chocolate, película que se seguirá proyectando en cualquier pantalla de algún dispositivo que se cree en el futuro.
Por ese legado, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara lo está agasajando: le entregó el Premio Mayahuel de Plata y la noche del lunes presentó su libro autobiográfico Alfonso Arau. Así es la vida, vals para piano, acompañado por sus colegas Armando Casas y Angélica Aragón.
«Qué bueno que ya hice mis memorias, antes de que se me olviden», afirmó Arau (Ciudad de México, 1932) en entrevista con DPA, en la que habló también sobre la evolución del cine mexicano y cómo ha ido ganando terreno a nivel mundial.
El galardonado director no siente que haya llegado tarde al cine estadounidense, y asegura que Como agua para chocolate (1992), basada en el libro homónimo de su ex esposa Laura Esquivel, abrió las puertas a la industria cinematográfica mexicana.
«A Hollywood uno nunca llega tarde. Se llega o no se llega. Yo ya había estado como actor, pero como director no me conocían y en ese tiempo no aceptaban películas en español», comenta. «Como agua para chocolate pavimentó la carretera para todo lo que hoy existe, con mis colegas talentosos que están triunfando».
«Los mexicanos estamos influyendo increíblemente, estamos cambiando las cosas en Hollywood», sostiene Arau.
Su larga carrera, llena de anécdotas, está plasmada en su libro autobiográfico, en el que narra sus comienzos en la vida artística: el abandono de los estudios de medicina para dedicarse a la danza, su paso por el teatro, la música y anécdotas con artistas y escritores como Carlos Monsiváis y Gabriel García Márquez, entre otros.
«Ahí está mi vida, que es muy larga, con muchas anécdotas. Mis experiencias en el cine, las personalidades que he conocido, con las que he trabajado», dice sobre el libro, basado en conversaciones por escrito que en el transcurso de 2015 sostuvo con el director de cine y escritor Armando Casas.
Alfonso Arau. Así es la vida, vals para piano fue editado por la Universidad de Guadalajara. Una de las anécdotas narradas en el libro es de cuando creó un grupo de rock llamado Los Tepetatles junto a los músicos Marco Polo Tena y Julián Bert.
Arau cuenta que grabaron un disco que actualmente es de culto porque unas letras fueron escritas por Monsiváis, y los pintores José Luis Cuevas y Vicente Rojo diseñaron la portada y los carteles para publicitarlo.
«Fue cuando regresé de París. Empecé una gira, estuve en muchos lugares. Estuve en la Feria Mundial de Montreal y en la Feria Mundial de San Antonio, Texas, pero ya estaba radicando otra vez en México. Y en ese lapso empecé a relacionarme más con la gente del cine», recuerda.
Pero a sus 84 años cumplidos, Arau no se retira a vivir de sus recuerdos. «Tengo dos proyectos de cine y una serie de televisión en Estados Unidos», sostiene. Además, a finales de este año se estrenará una película de su amigo Casas en la que tiene una pequeña aparición. «Tenía 30 años sin actuar», precisa.
Por lo pronto, se deja homenajear en el Festival de Cine de Guadalajara, donde la noche del domingo se proyectó una vez más Como agua para chocolate. Antes de comenzar, Arau preguntó al público quién había visto ya el filme. La mayoría levantó la mano.