Varios de los 19 jóvenes y adultos que se encuentran desaparecidos desde el 2 de agosto del año 2013, pertenecen a familias de productores cañeros, abastecedores del ingenio El Potrero, que en tiempos electorales representan una fuerza importante para el PRI. Ahora, sin embargo, al interior del gremio existe un malestar grande por sus desaparecidos. “¡Con tanto dolor en la familia cañera, quien sabe cómo le vaya a ir al PRI en la elección a Gobernador!”, dicen los afectados, que se han animado a protestar después de las movilizaciones de los padres de Tierra Blanca…
Por Laura Rojas
Potrero Nuevo, Atoyac, Veracruz, 22 de febrero (SinEmbargo).– En 30 meses las familias de las 19 personas desaparecidas, la mayoría jóvenes, en la comunidad de Potrero Nuevo, no han logrado atenuar su dolor, pero viven del recuerdo de sus seres queridos. En esta zona, al paso de los días, los meses y los años, todavía los padres y madres de familia mantienen la esperanza de encontrar a sus hijos; muchos de los afectados forman parte de importantes organizaciones cañeras asentadas en esta región, afiliadas al partido en el poder, pero que hoy sienten rabia contra la administración de Javier Duarte de Ochoa, calificado por ellos como el «mal gobierno».
“Ahora sí quien sabe cómo le vaya a ir al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las votaciones, los cañeros siempre han apoyado a los candidatos, pero con esto que pasó, y que no tuvo nombre, ya muchos cañeros de hueso colorado se están abriendo, porque ahora sí ya aceptaron –las autoridades- que fueron policías los que se llevaron a tanta gente inocente”, acusan mujeres, a quienes se les observa con el rostro cansado e incrédulo, preguntándose y preguntando a sus interlocutores, si cabría la posibilidad de que los desaparecidos se encuentren vivos en alguna parte.
Como si esa no fuera una carga para las familias afectadas, que desde el 2 de agosto de 2013 emprendieron la búsqueda de sus hijos, hermanos, padres, parejas y hasta abuelos, hoy surgen amenazas a varios miembros del grupo de padres, para que dejen de andar buscando a los desaparecidos, ya que de lo contrario, sufrirán nuevos ataques.
Periodistas locales, estatales y nacionales han documentado la desgracia que desde hace dos años y medio le cambió la vida a 19 familias de Potrero Nuevo. Los afectados se han reunido en infinidad de ocasiones con diversas autoridades judiciales para supuestamente recibir avances de las investigaciones; también han recorrido varias partes del estado, pero sin lograr ningún resultado, ninguna pista.
Un sondeo realizado con al menos una decena de afectados, arrojó que siguen las inconformidades contra la administración de Javier Duarte, concretamente con la Fiscalía General del Estado, a cargo de Luis Felipe Bravo Contreras, por su incapacidad para encontrar a los desaparecidos, o detener a los policías responsables de las desapariciones, como ocurrió recientemente en el caso de los cinco muchachos de Playa Vicente, y que al parecer fueron entregados a delincuentes.
«ME AMENAZARON PARA QUE DEJE DE BUSCAR», DENUNCIA UNA MADRE
“Deja de andar buscando a tus hijos, si no quieres que te cargue la madre también a ti”, le gritó un sujeto desde un automóvil a un ama de casa, al tiempo de apuntarle con una pistola.
Por eso, desde hace varias semanas no ha asistido a las reuniones que el grupo de familiares de los desaparecidos realiza periódicamente, para analizar los avances que se tienen en las investigaciones o para determinar alguna acción a seguir.
Ella piensa que las amenazas se originaron por las publicaciones de la prensa, que durante este mes han sido realizadas en medios nacionales, entre ellos el programa Punto de Partida, donde quedó evidenciada la participación de cuerpos policiacos en la desaparición de las personas, la mayoría jóvenes.
La mujer cuenta a que se alejó del movimiento de lucha “porque tengo más familiares, y también pienso en ellos, si fuera nada más yo, pues que me den el tiro de gracia y ya, pero si amenazan a mi gente ahí si ya no le entro”.
Ella es una de las muchas madres de familia que todavía viven del recuerdo de los que ya no están con ellos. Todos los días ordena las camas y mira fotografías, para no sentirse tan triste. También revisa un montón de periódicos que guarda, con informaciones de nuevos desaparecidos, de hallazgos de cuerpos, y todo lo que pudiera significar una pista para saber el paradero de sus seres queridos.
La afectada recordó que el día de la desaparición, sus hijos salieron a jugar futbol a un campo deportivo que se ubica cerca del corralón de camiones del Ingenio El Potrero.
Ese día, uno de sus amigos pasó a buscarlos para irse a jugar, pero antes de que llegaran fueron levantados por los policías estatales, quienes se los llevaron en patrullas, junto con otros jóvenes, así como varias mujeres, entre ellas una de 23 años que se encontraba embarazada, una de 45 años y otra de 75.
Según cuenta la afectada, se supo que los policías que habían llegado traían la consigna de llevarse a varias personas, porque las acusaban de haber asesinado a un policía de Huatusco.
DESAPARICIONES PEGAN A FUERZA PRIISTA
Varios de los jóvenes y adultos que se encuentran desaparecidos desde el 2 de agosto del año 2013, pertenecen a familias de productores cañeros, abastecedores del ingenio El Potrero, que en tiempos electorales representan una fuerza importante para el Partido en el poder.
Sin embargo, en esta ocasión no está garantizado que así vaya a ocurrir en la próxima jornada, ya que al interior del gremio existe malestar por el caso de los desaparecidos.
Así lo manifestó un integrante del grupo de familiares afectados, quien señaló que “aquí en Potrero la fuerza de los cañeros es muy importante para el PRI, siempre llegan los candidatos a realizar sus mítines y convocan a los productores, pero ahora si quien sabe cómo los vayan a recibir porque aunque son priistas de hueso colorado también tienen desaparecidos y ya no están contentos con el gobierno”.
Recuerdan el 2 de agosto del año 2013, cuando 19 personas de la Villa General «Miguel Alemán», fueron secuestradas, por presuntos policías estatales de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, quienes iban en patrullas con los números tapados, para que no fueran identificados por los vecinos.
Dentro del grupo de extraviados se encontraban varios menores, de 14, 16 y 17 años; así como una mujer de 75 años y su nieta, una joven de 23 años que estaba embarazada, y que era esposa de un Policía Municipal, así como también otras personas que aparentemente no tenían por qué ser detenidos.
Mucha gente que vio cuando los uniformados se llevaban a las víctimas, corrieron a avisarle a sus familiares, quienes nada pudieron hacer para ayudarlos, ya que fueron amenazados y encañonados con armas largas para que se retiraran.
En el mismo día y en diferentes partes de la localidad, hombres y mujeres fueron sometidos por los uniformados y subidos a varias patrullas, para después ser llevados, con dirección al camino “El Polvorón”, que comunica con el municipio de Cuitláhuac.
Ya por la noche, los familiares empezaron la búsqueda, y al no lograr nada, reportaron el hecho ante la Policía Municipal y acudieron a denunciar las desapariciones ante el Ministerio Público de Paso del Macho, donde les indicaron que tenían que esperar 72 horas y si no aparecían sus familiares, entonces les recibirían las denuncias.
En las oficinas de la subprocuraduría regional de Justicia de Córdoba, entonces a cargo de Ricardo Javier Carrillo Almeida, se concentraron los afectados, para dar a conocer la lista de los desaparecidos.
Ellos fueron: Carmen Arias, de 75 años, y su nieta Inés Sánchez Arias, de 35 años; Blanca Paula Gutiérrez Torres, de 46 años, y su hija María Isabel Mirón Gutiérrez, de 23 años, quien estaba embarazada; Eduardo Alberto Ramos Tecalco, de 28 años, vecino de la unidad habitacional Sección 23; Ricardo Illescas Ramírez y Emma Guadalupe Pérez Arroyo, ambos de 25 años; Jairo Manuel Flores Donado, de 30 años; los menores Diego Jair Valerio García y Marco Antonio Fernández Flores, de 17 y 16 años, así como los hermanos Margarito y Juan Carlos Martínez Peña, de 18 y 14 años.
Como medidas de presión hacia el gobierno, las familias empezaron a manifestarse ante la Subprocuraduría Regional de Justicia, con pancartas en las que acusaban a los policías de Seguridad Pública de haberse llevado a sus familiares. «Vivos se los llevaron y vivos los queremos», eran las consignas que gritaban en esa ocasión hombres, mujeres y niños.
Otro día, cuando se manifestaban frente al Palacio Municipal de Córdoba, uno de los familiares recibió una llamada telefónica, donde le informaban que las personas desaparecidas, ya habían sido encontradas a orillas del río Atoyac, a la altura del balneario «La Maquinaria». La persona que recibió el mensaje, emocionado lo comunicó a sus compañeros, sin pedir mayores informes, ni explicaciones del estado en que supuestamente se encontraban las personas. Luego, llegaron y buscaron en las orillas del río y los cañales, donde comprobaron que no había nada.
Días después, desesperados por el paso de los días sin saber nada de su gente, se adentraron en cañaverales, fincas, cerros, barrancos, ríos y carreteras, enmedio del sol, tratando de encontrar pistas de los extraviados, pero tampoco los encontraron.
A pesar de que las familias desconocen el paradero del grupo, algunos todavía mantienen las esperanzas de volver a verlos, piensan que pudieran estar presos en algún penal, cautivos en otra ciudad o trabajando de manera ilícita y bajo amenazas.
El esposo de María Isabel Mirón Gutiérrez, la mujer embarazada, que vivía en la avenida 12 de Octubre, de la colonia Buenos Aires, es un policía que incluso mandó a hacer misas, con la esperanza de que aparezcan su mujer y su suegra.
OTRA MADRE PIDE JUSTICIA DESDE EL NORTE DEL PAÍS
Desde un estado del Norte del país, sigue pendiente la madre de la joven Inés Sánchez Arias, que cuando desapareció tenía 35 años, y que fue levantada junto con su abuela Carmen Arias, que entonces tenía 75 años.
Tras la desaparición, los dos hijos de Inés, menores de edad, fueron llevados a vivir con la madre de ella.
Hace 20 días, la mujer recibió una llamada telefónica donde se le informaba que en la región de Córdoba había sido encontrado el cuerpo de una mujer, la cual aparentemente era Inés.
Sin embargo, al mandar a investigar con una amiga, comprobó el aviso fue falso. También se supo que en la casa que habitaba fueron encontrados unos zapatos de mujer, de uso reciente, pero sobre su paradero no se supo nada.
POLICÍAS SE LOS LLEVARON, AUTORIDADES DEBEN SABER DÓNDE ESTÁN
“Cuando supe que la gente iba a ir a una laguna de Paso del Macho, para buscar los cuerpos, yo también me fui, pero no encontramos nada, los peritos anduvieron buscando, pero no hubo nada, fueron puras mentiras”, se queja una mujer de 65 años.
Ella fue una de las personas que entrevistó un grupo de reporteros del programa Punto de Partida, donde dio pormenores de lo sucedido y exigió a las autoridades una solución a los hechos.
“Yo de decirles, les miento hasta la madre a los del Gobierno, porque no han hecho nada porque aparezcan nuestros hijos”, les dijo a los reporteros detrás de cámaras.
Y agrega que “si de por sí, ya sabíamos que los policías se los llevaron, como en el caso de los jóvenes de Tierra Blanca, ¿cómo es que las autoridades no saben dónde están?”.
Ella recuerda que su hijo ya tenía 11 años trabajando como supervisor en la compañía «Forma Vitrum», ubicada a orillas de la carretera federal Córdoba-Veracruz, en la localidad Venta Parada, municipio de Amatlán de los Reyes.
El desaparecido salió del turno por la tarde y se trasladó a su casa, en Potrero Nuevo, pero cuando llegó a la colonia Mercado Viejo, entró a tomarse unas cervezas a un bar, donde momentos después fue sorprendido por los policías que llegaron a detenerlo.
Un vecino, le avisó de inmediato a su hermana, quien con un bebé en brazos acudió al bar para ver lo que pasaba.
La joven relató que «mi hermano había pasado a mi casa, apenas se había despedido de mí, cuando entró al bar, y luego llegaron los policías, uno se dirigió hacia mí, me amenazó poniéndome el rifle en el brazo y le apuntó con el arma a mi hija de 2 años, y así me llevó hasta la entrada de mi casa. Luego desde adentro me asomé para ver el número de patrulla, pero ya no alcancé a distinguirlo». Ese día, ya nada supieron de él y después sólo apareció su tarjeta bancaria cerca del basurero de Mata Larga.
De acuerdo con testigos, los desaparecidos fueron detenidos por las patrullas números 1420, 1154, 0812, 0085, y otras que llevaban cubierta la parte de los números.
