El gravamen a refrescos y bebidas azucaradas, así como a alimentos con alto valor calórico entraron en vigor en 2014. Una investigación del Colmex dice que el consumo promedio de esas bebidas en dos años sólo se redujo en 5.7 mililitros diarios.
Ciudad de México, 29 de enero (SinEmbargo).– El impuesto de un peso por litro a las bebidas azucaradas entró en vigor en 2014, en un intento por reducir su consumo debido a los efectos negativos para la salud.
Sin embargo, de acuerdo con el “Estudio de los efectos sobre el bienestar de la política de impuestos sobre alimentos y bebidas con alto contenido calórico”, presentado por el Colegio de México (Colmex), entre 2012 y 2014 el consumo promedio per cápita de refrescos disminuyó sólo 5.37 mililitros diarios.
El mismo análisis plantea que el impuesto «afecta negativamente el nivel de consumo de alimentos y bebidas que pueden adquirir los consumidores con su ingreso», puesto que las personas perdieron poder adquisitivo al comprar 3 por ciento menos alimentos y bebidas en 2014.
Los impuestos especiales a refrescos y alimentos hipercalóricos se aplicaron para que la gente disminuyera el consumo de productos que afectan la salud, pues México gasta 85 mil millones de pesos cada año por la diabetes asociada al sobrepeso y la obesidad.