3Below es Michael Manring (discípulo de Jaco Pastorius), Trey Gunn (ex King Crimson, David Sylvian, Security Project) y Alonso Arreola (LabA, A+C, Monocordio), tres aclamados virtuosos que comparten su interés por técnicas, tecnologías y lenguajes atípicos en el hyperbass, el touch guitar y el bajo eléctrico.Ciudad de México, 23 de enero
(SinEmbargo).- Considerado uno de los mejores bajistas de México, Alonso Arreola (México, 1974) es también periodista, escritor, poeta y promotor cultural. Incansable, ha estado involucrado en la única visita a México de su amigo el escritor francés Michel Houellebecq, con el que ha realizado un concierto y recital de poesía que integra un DVD en circulación, hasta en los shows de otro de sus “carnales”, el español Alejandro Sanz.
Nieto del gran Juan José Arreola y junto a su hermano José María y varios artistas invitados el año pasado ideó un homenaje al gran escritor de Guadalajara, mientras repartió su tiempo con el trío Monocordio liderado por Fernando Rivera Calderón y el espectáculo Arreola + Carballo (con el poeta Mardonio Carballo), con el que ha recorrido el mundo.
Se apresta ahora a concretar un proyecto que lo mantiene desvelado y con altos niveles de estrés, pero que sin duda se ajusta al amor que siente a su instrumento de base, el bajo.
Se trata de la reunión de 3Below, un formidable trío de músicos que ofrecerá conciertos el próximo 29 de enero en el Lunario del Distrito Federal, el teatro Vivian Blumenthal de Guadalajara y el teatro Víctor Sandoval, de Aguascalientes.
3Below es Michael Manring (discípulo de Jaco Pastorius), Trey Gunn (ex King Crimson, David Sylvian, Security Project) y Alonso Arreola (LabA, A+C, Monocordio), tres aclamados virtuosos que comparten su interés por técnicas, tecnologías y lenguajes atípicos en el hyperbass, el touch guitar y el bajo eléctrico.
Son tamigos que muestran poderosas capacidades creativas y vulnerabilidad poética en torno al jazz, el rock progresivo y la improvisación.
Tras sus shows en la Sala Roberto Cantoral en 2013 y en el Norte de Estados Unidos en 2014, visitan por vez primera el Lunario del DF, lo que ha servido de pretexto para mantener una entrevista con Alonso Arreola, en el que la vida de la música, la música en la vida y siempre la poesía como horizonte han sido el centro de una conversación inolvidable.
–¿Te pone nervioso un concierto inminente?
–Mucho, muchísimo. En general me pongo muy nervioso siempre, con cualquier espectáculo o concierto. Tiene que ver con mis demonios. Sería fácil decir que es perfeccionismo, pero es más bien el miedo de no estar a la altura. No importa cuánto me prepare, siempre me tensa. Este show en particular mucho más, porque se trata de compartir el escenario con dos tremendos músicos que han sido importantes en mi formación. Y aunque son mis carnales y les tengo toda la confianza, estoy tenso y me he preparado como boxeador, en una tarea que no sólo tiene un aspecto mental, sino uno físico también.
–¿No hay productores en México que se encarguen de este tipo de música?
–Es muy triste decirlo, pero hay cada vez menos productores independientes. Aún existen curadores en festivales internacionales que saben mucho de música y apuestan por proyectos como este. No puedo quejarme, mis propuestas extravagantes han tenido cabida en festivales e instituciones. Hay gente en el campo independiente que ha perdido hasta la camiseta en estos intentos.
–¿No hay público entonces?
–En el momento en que se generaban esas audiencias y había salud para conciertos de jazz y progresivo, no se dio continuidad. Faltan, además, foros de mediana capacidad. Hay un control férreo de grandes compañías en lo que hace a promoción y boletaje, así que el fenómeno es muy complejo. Como pasa con todo, también hay carencia educativa en la música. Al final, la información por sí sola no sirve de mucho si no existe la formación. Hay mucha música que no se puede tocar en vivo en este país, pues si bien la audiencia está lista para dejarse sorprender, no está lista para dejarse convencer. Como que tiene que ser gratis, de otro modo no van.
–Manring, Gunn, Arreola…¡cuántos bajistas juntos!
–Sí, (risas) Hay que decir que tocamos bajos que son altamente modificados, con tecnología muy distinta a la normal, con técnicas atípicas, de tal suerte que podemos cumplir muchas funciones, la de pianista, saxofonista, baterista, a lo que se suma el uso de efectos. Nuestros bajos están al servicio de una constante transformación y ayudan a disfrazarnos de muchas otras cosas.
–Además, los tres son muy distintos entre sí
–Sí, así es. Somos muy distintos, en lo que componemos, en cómo tocamos, en cómo nos comportamos incluso debajo del escenario. Mike Manring es lo más sereno del mundo, es un yogui master que genera una burbuja a su alrededor. Yo soy un desbocado, verborreico y genero esa relación con el instrumento. Trey Gunn es un tipo mucho más cerebral, ácido, es como un punto medio y los tres hacemos muy buen complemento.
–¿Para tremendos músicos internacionales este será un concierto más?
–No, he estado en contacto estrecho con ellos y sé que cada uno lo vive con sun cuota de nerviosismo. No es fácil tocar los tres juntos. Es un proyecto especial para los tres, por el hecho mismo de querer armar un grupo. Todos tenemos muy diversos proyectos además de este y sin embargo nos dimos cuenta de que 3 Below ocupa un espacio muy importante en nuestras vidas. Para mí, por ejemplo, ir a ver a Mike a Oakland es ir también a pasar tiempo con su familia. Para ellos venir a México es venir a compartir el pan y el vino, no sólo la música.
–¿Qué les gusta comer cuando vienen aquí?
–Bueno, son muy entrones y tragones. Compartimos los tres el interés por la comida, es parte importante para nosotros. No son cosas que se puedan diferenciar, la búsqueda en un instrumento a esos niveles implica la búsqueda en otros niveles. Nos une el gusto por el vino, por la comida de la India, japonesa y mexicana y fundamentalmente por el café. Seattle, donde vive Trey, es la ciudad del café más allá de Starbucks. Con Mike nos pasa que pone a hacer el café y se le olvida, por lo que suele hacer unos tiraderos enormes en la cocina.
–¿No tiene nombre el concierto?
–No, pero podría tener un nombre en relación a los músicos que nos gustan a cada uno y al que rendiremos homenaje en el concierto. Yo haré una versión de “Puente”, de Gustavo Cerati. Con Sabo Romo, el bajista de Caifanes, haremos un homenaje a David Bowie. De pronto me aviento la versión más desquiciada de “Bésame mucho”, de Consuelito Velázquez. Mike hace guiños a Sting, al propio Jaco Pastorius, que fue su maestro. Trey hace temas tanto de King Crimson como de Steve Reich.
–¿Y el formato del concierto?
–Me gusta formar como curvas de sonido y ellos me dan la libertad pena de decidir. Funcionó bien así y ahora soy como una especie de maestro de ceremonias. Me gusta que haya como fintas, lo que parece que va a ser un acto en solitario, puede terminar en grupo y al revés. Empezaremos y terminaremos juntos, eso sí.
3 Below, conciertos: Teatro Vivian Blumenthal / Guadalajara / miércoles, enero 27 / $160 - Lunario / DF / viernes, enero 29 / $500 - Teatro Víctor Sandoval / Aguascalientes / sábado, enero 30 / entrada libre
