Hoy la magia de los cuentos de hadas invade la página de inicio de Google. El motivo no es otro que el 388º aniversario del nacimiento de Charles Perrault, a quien debemos muchas de las historias que nos embrujaron de pequeños.
Ciudad de México, 1e de enero (SinEmbargo/TICbeat).- Hoy la magia de los cuentos de hadas invade la página de inicio de Google. Quienes accedan al motor de búsqueda se pueden encontrar con un avispado gato con botas, con la carroza de seis caballos que devolvía a Cenicienta contrarreloj a su casa antes de medianoche o con una bella durmiente. El motivo no es otro que el 388º aniversario del nacimiento de Charles Perrault, a quien debemos muchas de las historias que nos embrujaron de pequeños.
Y no exactamente porque él las escribiera. El autor francés se encargó, más bien, de recoger de la tradición oral éstas y otras historias, como las de Pulgarcito, Barba Azul y Caperucita Roja, y de darles la forma literaria en que hoy, más o menos, las conocemos. Más o menos, porque, pese a que su versión era, en muchos casos menos cruda y violenta que las anteriores, tampoco ha llegado a nuestros días sin retoques. Los hermanos Grimm primero y Walt Disney después se encargaron de eliminar los desnudos y las escenas más sangrientas de una época que, sin duda, tenía otra sensibilidad.
En principio, la vida de Perrault no parecía demasiado inclinada a la fantasía. Estudió Derecho y en 1654 entró como funcionario en el servicio gubernamental de su país, y consiguió promocionar hasta convertirse, 11 años después, en el primero de los funcionarios reales de Luis XIV, entonces rey de Francia. Y lo cierto es que, a excepción de su trabajo con los cuentos infantiles, prácticamente toda su obra publicada se compone de alabanzas al monarca, como El siglo de Luis el Grande, un poema que data de 1687.
Sin embargo, en 1697 Perrault publicó el libro que hoy conocemos como Cuentos de mamá ganso (aunque su título original era Cuentos del pasado), su obra más famosa. La gracia con la que el francés se encargó de pasar al papel cuentos y leyendas populares y exóticos, cuya finalidad parece ser la de dejar una moraleja en la memoria de quienes los leen, es la responsable de que, casi cuatro siglos después y modificaciones y adaptaciones aparte, sigan acompañando a grandes y pequeños. Perrault no solo es el responsable de que tantos niños y niñas hayan aprendido que no deben marcharse con extraños, sino que también nos enseñó a esperar un final feliz de todas las historias, aunque el concepto de felicidad actual ya no tenga por qué reducirse a una dama vulnerable y sumisa que espera el rescate de un príncipe.
Desde la publicación del primer doodle, en 1998, con motivo del festival Burning Man, Google ha lucido más de mil diferentes, con motivo de efemérides, elecciones, celebraciones como la Navidad o fechas relacionadas, en su mayoría, con el nacimiento o muerte de personajes relevantes para la historia y la cultura. En los últimos tiempos, el buscador había estado apostando por doodles interactivos, como el que lució en homenaje a Nelson Mandela el mismo día que el ex presidente sudafricano había cumplido 96 años, que narraba su historia en varias diapositivas, o como el del Día de la Tierra, que entretenía a los usuarios mediante un desenfadado test de “personalidad animal”. La única interacción digital que permite éste, en cambio, es la de ser compartido en las redes sociales, aunque quién sabe lo que permitiría hacer si se imprimiese en papel.