Mientras que en otros lados del mundo las ligas de béisbol cuentan con organizaciones que protegen a sus jugadores, en México los sindicatos de peloteros brillan por su ausencia. ¿Qué es lo que ocurre con el Rey de los Deportes en nuestro país?
Por Alejandro Aguerrebere
Ciudad de México, 2 de enero (SinEmbargo/VICEmedia).- Grandes Ligas tiene sindicato, sus Ligas Menores (sucursales) también; Japón y Corea se tardaron, pero la tienen. Dominicana, Puerto Rico y Venezuela, los rivales en Serie del Caribe, igual se organizan sus peloteros. ¿Por qué no emular a las potencias de este deporte?
No es un secreto: los beisbolistas en México, están desprotegidos en varios de sus derechos laborales, al no tener un sindicato o unión gremial.
Hubo un movimiento en 1980 el cual se conoció como la «ANABE», refiriéndose a la Asociación Nacional de Beisbolistas, mismo que no fue reconocido, ni tampoco se reconoció como huelga su paro de actividades, mismo que puso en jaque a la casi siempre anquilosada Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Los poco flexibles dueños y directivos de aquel entonces, satanizaron el movimiento, vetaron (en varios casos de por vida) a los peloteros que formaron parte de dicha Asociación liderada en lo visible por el segunda base de los Diablos Rojos del México: el veracruzano Ramón «Abulón» Hernández.
Como casi todo en la historia de nuestro querido México, hubo traiciones, en este caso, al movimiento de los jugadores. Se habla de nombres de grandes jonroneros y más, pero al final la versión oficial nunca ha querido ponerse en entredicho… ya saben, la comodidad de buena parte del gremio «periodístico» que recibía y recibe su embute.
Lo cierto es que la misma Liga tuvo que reaccionar, incluso creando una ASOBEPRO la cual pretendía agrupar a los peloteros y establecer ciertos derechos, unas prerrogativas que no incomodaran al establishment, al mismo tiempo que madreaba todo lo que quería a los intentos de la ANABE por crear una Liga Nacional fuera de los radares de la misma LMB.
Unas pírricas cantidades en el hoy extinto Banco BANCRECER pudieron solicitar algunos peloteros en el retiro, por un concepto de pensión que ni se imaginaron que llegaría a existir.
Hoy, podemos decir que el pelotero mexicano tiene algunos derechos mayores a aquellos que comparativamente se tenían hace 35 años: el lejano 1980 donde la LMB tenía 20 equipos y el «jurgol» no parecía aplastar como ahora.
Pero, no nos hagamos, aquí en VICE SPORTS hemos escrito que bloquean a jóvenes mexicanos, sin contar dudosos tratamientos de rehabilitación; listas aumentadas de más de mucho más de 60 peloteros mucho en algunos unos casos (entrampando a los que no llegan al equipo grande); de bloqueos por no acceder a términos contractuales; de establecer un límite salarial para mexicanos; cambiar peloteros de equipo, contra su voluntad, et al.
Hemos propuesto que de menos exista un representante de los jugadores ante la Liga (se pensó en Karim García), quizá como un paso tendiente a formar una organización gremial.
Lo cierto es que los peloteros tienen miedo: se dispone de los jóvenes para ir a la Liga Invernal Mexicana y, seamos realistas, los no tan jóvenes que terminan yendo en estas fechas a la Liga Mexicana del Pacífico no encuentran demasiada diferencia, además de saber que no pueden estar rezongando allá tampoco.
Unos veteranos que no se quieren meter en problemas, unos jóvenes quienes saben a qué se enfrentan y una Liga (LMB) que bloquea, amenaza, no quiere modernizarse, mientras la LMP sabe perfecto que esa bronca para ellos tiene menos «temporalidad» o titularidad de derechos.
Así es, amiguitos, ser beisbolista profesional en México es casi casi una profesión de riesgo, hablando de la limitación en cuanto a los derechos laborales: si te lesionas, si no entras en planes, si le caes mal a un manager, si «bajas rendimiento»…
Dejamos la pregunta: ¿Va a cambiar esto para bien?