El Parasito Cacerígeno Foto Shuterstock

Cuatro enfermedades que marcaron a América Latina en 2015

28/12/2015 - 2:00 pm

La chikungunya, el virus zika, el parásito cancerígeno y la güevedoces fueron algunas de las enfermedades más raras en este 2015.

México Reporta El Primer Caso Del Virus Zika Foto Efe
En Noviembre Pasado Se Reportaron Los Dos Primeros Casos Del Virus Zika En México Foto Efe

Ciudad de México, 28 de diciembre (SinEmbargo).- América Latina fue escenario de múltiples enfermedades. Algunas de ellas fueron un poco comunes, pero otras tantas un poco extrañas. De cierta forma, los mosquitos fueron los principales portadores de males que no sólo causaron preocupación sino también alarma sanitaria.

Te presentamos algunas de las enfermedades que dejaron a miles de víctimas:

CHIKUNGUNYA

Mosquito Aedes Aegypti Foto Shutterstock
Mosquito Aedes Aegypti Foto Shutterstock

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la fiebre del chikungunya es una enfermedad viral transmitida al ser humano por mosquitos infectados del género Aedes Aegypti y Aedes albopictus, que es la misma especie de mosquito que transmite el dengue.

Su nombre viene del idioma kimakonde, hablado en Tanzania, lugar donde se dio el primer brote significativo en 1952 y significa “doblarse”, en referencia a la posición que adoptan ciertos pacientes consecuencia del dolor de articulaciones.

America Latina se había mantenido libre del virus, pero fue hasta diciembre de 2013 cuando se registraron los primeros infectados. Luego de detectarse, el virus se esparció por todo el continente americano.

Su principal característica es la aparición súbita de fiebre, acompañada generalmente de dolor de articulaciones que derivan en debilidad. Otros de los síntomas son: dolor muscular, dolor de cabeza, náuseas, cansancio, erupciones cutáneas, dolor abdominal, vomito y sangrado de mucosas.

VIKA

El virus del zika es transmitido por la picadura de del mosquito Aedes aegypti, vector que también trasmite los virus del dengue y el chikunguña. El virus fue identificado por primera vez en 1947 en Uganda, específicamente en los bosques de Zika, pero fue en 2014 cuando apareció en el continente americano.

Los síntomas son similares a los del dengue: fiebre, sarpullido, conjuntivitis y dolor en articulaciones, muscular y de cabeza, además de inflamación de manos y pies.

En noviembre pasado, la Secretaría de Salud (SSa) confirmó los primeros dos casos de zika en el país, uno en Chiapas y el otro en Nuevo león. No obstante, también se han verificado casos en Guatemala, El Salvador, Colombia, Brasil, Surinam, Venezuela, Paraguay y Chile.

PARASITO CANCERÍGENO

El Parasito Cacerígeno Foto Shuterstock
El Parasito Cacerígeno Foto Shuterstock

El mes pasado los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) descubrieron células de un parásito intestinal que producía tumores en las personas.

Este cáncer no humano, Hymenolepis nana, se dio en Colombia en 2013, cuando los médicos que trataban a un paciente con VIH pidieron ayuda a los CDC para llevar pruebas más especializadas a las biopsias de varios tumores en los pulmones y los nódulos linfáticos.

Tras los análisis iniciales, los investigadores de los CDC determinaron que las células similares a las del cáncer encontradas en el paciente no eran humanas.

El hombre, de 41 años, falleció en 2013 poco después de que los investigadores descubrieran la relación entre la lombriz solitaria y las células que estaban causando el desarrollo de los tumores.

La lombriz solitaria afecta a cerca de 75 millones de personas, en especial a niños, personas con sistemas inmunes débiles o quienes toman esteroides.

GÜEVEDOCES

Es un caso muy extraño, son bebés que nacen sin pene ni testículos y que son educados como niñas hasta que de repente, se acercan a la pubertad, y empieza a crecerles el órgano reproductor masculino.

Esta condición trae consigo una infinidad de problemas físicos y emocionales, pues las personas afectadas se tienen que enfrentar a un mundo diferente al que estuvieron acostumbrados por más de 10 años.

La explicación científica está en una rara alteración genética que inhibe el trabajo de la testosterona hasta que, con los cambios de la adolescencia, se activa.

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Redacción/SinEmbargo
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