Este particular interceptador de aviones no tripulados cuenta con seis rotores y una red de 3 metros de largo por 2 de ancho. Según las autoridades japonesas, este dron será el último recurso a emplear en caso de detectar una ARV no autorizada sobrevolando zonas restringidas.
Ciudad de México, 13 de diciembre (SinEmbargo/TICbeat).- Como si de una paradoja se tratara, la proliferación de aeronaves no tripuladas (conocidas popularmente como drones) en entornos urbanos ha obligado a las autoridades a la complicada misión de regular cuándo pueden pilotarse estos dispositivos y en qué zonas, con la no menos compleja tarea de detener a los drones que incumplan estas normas. Y, como suele suceder en muchos ámbitos de la vida, la solución para capturar a los drones díscolos pasa por otros drones policía que los puedan detener.
Esa es la línea en la que el Departamento de Policía Metropolitana de Tokio está trabajando y que ha dado como resultado un avión no tripulado capaz de interceptar a otros drones gracias a una particular red que lleva adosada a la parte inferior del dispositivo. Tal y como informa el Asahi Shimbun, este novedoso dron empezará a funcionar en pruebas desde mediados de diciembre y tiene previsto entrar en funcionamiento operativo en febrero de 2016.
Este particular interceptador de aviones no tripulados cuenta con seis rotores y una red de 3 metros de largo por 2 de ancho. Según las autoridades japonesas, este dron será el último recurso a emplear en caso de detectar una ARV no autorizada sobrevolando zonas restringidas, ya que en primer lugar se invitará al piloto del dron a abandonar el área por medio de altavoces situados en tierra. En caso de no obedecer las órdenes, despegaría el dron policía y lo atraparía en su red, para posteriormente investigar el origen del dispositivo y detener a su propietario.
Este innovador método es mucho más responsable que otras medidas propuestas en el pasado por distintas autoridades de todo el mundo, que implicaban el uso de inhibidores de frecuencia o incluso de armas de fuego para derribar los drones que accedieran a zonas protegidas. En estos casos, el dueño del dron perdía el control sobre el dispositivo, pudiendo éste caer sobre personas o incluso explosionar su carga (en el caso de llevar explosivos) sobre su objetivo inicial. En cambio, con el método de la red que están probando en Tokio, el dron en ningún momento cae a tierra, y puede ser redirigido a otras áreas despobladas para su desmantelamiento.
Respuesta a los incidentes de comienzo de año en Tokio
Estos drones policía se estructurarán en forma de escuadrones con el objetivo de proteger algunos de los edificios más importantes de la capital nipona, como el Palacio Imperial, el Parlamento o la Oficina del Primer Ministro. Recordemos que, a comienzos de este año, un dron soltó arena radioactiva sobre el tejado de la oficina del primer ministro japonés con el objetivo de protestar contra la política nuclear del país. Aunque el acto no revistió mayor gravedad, ha supuesto un punto y aparte en la acción policial contra el uso de estas aeronaves no tripuladas en las zonas urbanas y especialmente sensibles de Tokio.
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