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Es necesario poner límites a las mascotas, pero nunca de manera violenta, estar al pendiente de cualquier demostración de agresión, desde gruñidos o ladridos para acudir a una consulta de etología inmediatamente para que se le brinde entrenamiento básico.
Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo).- En México y alrededor del mundo han salido a la luz casos en los que el perro deja de ser "el mejor amigo del hombre" para atacar, en ocasiones hasta la muerte, a personas o animales, pero ¿qué determina la conducta violenta de un can? ¿Es posible prevenir este comportamiento? ¿Se puede rehabilitar a un perro que ha probado la sangre humana?
Claudia Edwards, directora de Programas de Humane Society International, dijo a SinEmbargo que primero debe conocerse el diagnóstico, es decir, si la agresividad es un problema de conducta y qué orígenes tiene, es decir, antes de hacer alguna especulación es necesario saber porqué el perro ha atacado, pues esto es semejante a lo que sucede en las personas. Por ejemplo, la experta explica que no es lo mismo que alguien mate en defensa propia o porque tiene algún problema mental.
Partiendo de ello, la médico veterinaria zootecnista especializada en comportamiento canino y felino, destaca que sólo en algunos casos el animal podrá entrar a un proceso de rehabilitación, dependiendo el tipo de agresividad y del caso en específico.
Normalmente se hace una análisis de riesgo para determinar la viabilidad del tratamiento, después, dependiendo del diagnóstico y el compromiso de la familia, es el tiempo que durará el tratamiento, aunque, la experta menciona que el comportamiento agresivo nunca se cura, sólo se controla, por ello una parte del proceso (normalmente la parte de modificación conductual) "debe verse como una nueva manera de vivir con el perro por lo que será permanente, el tratamiento farmacológico puede o no ser permanente".
Apenas en septiembre pasado, el Secretario de Salud del Distrito Federal Armando Ahued, informó que en la capital mexicana se registran alrededor de 17 mil mordeduras de perros a personas cada año.
UN ESPECIALISTA DEBE AYUDAR EN LA REHABILITACIÓN
La rehabilitación de un perro agresivo debe hacerse con un etólogo, es decir, un Médico Veterinario con Especialidad en Medicina de la Conducta y las personas que conviven con el perro, o sea, con su responsable o si se da en adopción el nuevo dueño debe contribuir.
El lugar apropiado para lleva a cabo la terapia es el hogar, pues es el ambiente donde naturalmente se desenvuelve el perro.
La especialista hace hincapié en que la conducta agresiva es un problema muy complejo, por lo que no debe tomarse a la ligera, pero también es importante no abusar de la eutanasia pues en muchas ocasiones la situación es manejable, y ésta debe ser usada como último recurso una vez hecho el análisis de riesgo y éste sea muy alto para otros seres y el mismo.
En el caso de la eutanasia es necesario que sea el etólogo quien determine si es necesaria o no, en caso de que sea la única solución, platica con un médico veterinario quien será el encargado de aplicarla.
RAZAS "PELIGROSAS"
Edwards niega que existan razas peligrosas y destaca que la conducta de los animales es 20 por ciento genéticamente codificada y 80 por ciento aprendida, así que cualquier perro puede ser educado para no mostrar agresividad.
La agresividad en el perro puede tener diversas causas, por ejemplo, problemas en los neurotransmisores, falta de socialización, problemas hormonales y distintas enfermedades orgánicas, por ejemplo, hipotiroidismo, rabia, síndrome de furia y virus o bacterias que afecten al cerebro.
La agresión materna ocurre cuando la hembra busca proteger a sus cachorros; la agresión aprendida se da cuando el animal es entrenado para guardia y protección o el perro aprende por sí mismo a agredir, o sea, cuando pasa una motocicleta, el can ladra y ésta se va porque continúa con su camino, sin embargo, el perro cree que huye, así que repite la conducta una y otra vez.
Otras agresiones se dan durante el juego, por protección de recursos, por defensa, al salvaguardar su territorio, entre otras.
CONSEJOS PARA EVITAR QUE TU PERRO SEA AGRESIVO
La especialista recomienda trabajar mucho en la socialización del cachorro, lo que significa exponerlo a diversos escenarios y personas cuando tiene entre cuatro y 12 semanas de nacido, asociar todo esto a cosas positivas, esterilizar antes de la pubertad (entre los dos y los seis meses) y ayudarlo a que realice ejercicio físico.
Además señala la necesidad de poner límites, pero nunca de manera violenta, estar al pendiente de cualquier demostración de agresión, desde gruñidos o ladridos para acudir a una consulta de etología inmediatamente para que se le brinde entrenamiento básico.
