Tigres y Diablos dejaron todo para el domingo, luego de una ida que terminó en empate a cero goles en la capital neoleonesa. La U se vio frustrada y los Diablos impusieron su táctica.
Ciudad de México, 3 de noviembre (SinEmbargo).- El estadio Universitario de Nuevo León es uno de los mejores escenarios en la actualidad para disfrutar de un juego de futbol. esta noche se engalanó con el juego de ida de semifinales entre los Tigres y el Club Deportivo Toluca. Un juego que desde hace varios días dio de que hablar por las declaraciones que calentaron el partido.
Desde el inicio los pupilos de Ricardo “Tuca” Ferreti mostraron su deseo de dejar en claro su localía. La velocidad por ambos extremos obligaban a los escarlatas a multiplicarse en su área para evitar los remates de los regiomontanos. La zaga choricera se enfocaba en el francés Gignac, dada su peligrosidad y el buen momento que pasa. Sin embargo, era Aquino quien descontrolada más con sus llegadas.
Sin embargo, tras llegadas y llegadas infructuosas, Gignac tuvo la más clara al minuto 26. El francés remató al arco con la cabeza. No obstante, el balón se estrelló en el travesaño de Talavera postergando el festejo para otra ocasión. El toque incesante de los de la UANL comenzaba a manifestarse.
Al 33’ Gignac insistía con un disparo de larga distancia. Sin embargo, Talavera comenzaba a erigirse como el gran salvador toluqueño al contener todos los embates de los Tigres. Al mismo tiempo, el arquero era respaldado por hasta seis defensas que se encontraban a pendiente de cualquier disparo o pase rival.
Los de la Autónoma de Nuevo León dominaban claramente el primer tiempo, pero no lograban concretar en última instancia. Parecía que los atacantes locales deseaban entrar caminando con todo y balón a la meta de los Diablos.
Al 44’ la solución parecía llegar por la vía del pénalti. José Arturo Rivas recibió una falta en el área y el silbante Luis Enrique Santander marcó la pena máxima a favor de los locales. Juninho fue el elegido para cobrar el tiro, pero Talavera de nuevo dijo que no a los Tigres y atajó de manera magistral. El árbitro marcó el final de la primera mitad ante la decepción de los regios.
Después del entretiempo el ímpetu felino decayó. Los dirigidos del “Tuca” seguían con el dominio del balón, pero ahora con más calma, un poco más atrás, planeando mejor sus embestidas. Los Diablos Rojos, por su parte, seguían bien plantados atrás, esperando.
No obstante, los de Toluca no perdían la oportunidad de hacer daño, y al 57’ estuvieron a punto de horadar el arco de Guzman con una descolgada que terminó rematando Enrique Triverio y al final el arquero argentino terminó conteniendo.
A partir de ahí Toluca empezaría a dar muestras de su estrategia: buscar el contragolpe. Unos Tigres cada vez más frustrados al frente comenzaron perder el balón en la media cancha, situación que los escarlatas aprovecharon para ir acercándose cada vez más e inquietar a la defensa de la U.
El mismo Volcán pareció apagarse súbitamente ante la contención de los de Toluca. Los tigres ya no eran aquellos que comenzaron atacando sin piedad. Inevitablemente, el partido entró en una zona de confort para los visitantes, y eso, a leguas se notaba que les acomodaba.
Los pupilos de Cardozo no tuvieron secretos en ningún momento. Llegaron al estadio universitario dispuestos a defender y, si la situación se presentaba, atacar buscando una dosis de buena fortuna. Lo lograron y, no sólo eso, también hicieron que el miedo y la mesura se apoderara del rival: unos Tigres que de pronto se preocuparon más en no recibir daño que en seguir proponiendo.
El 0-0 sólo fue una confirmación de lo que el partido se volvió. Un encuentro entre dos equipos que, aferrados a su estilo, optaron en el segundo tiempo por dejar todo para el juego de vuelta. El Volcán, esta vez, se quedó apagado.
Alineación inicial
Tigres:
N. Guzmán; I. Jiménez, Juninho (C), H. Ayala, J. Rivas, J. Dueñas, J. Damm, J. Aquino, G. Pizarro, R. Sobis y A. Gignac.
Toluca:
A. Talavera; O. Rojas, P. Da Silva (C), A. Galindo, C. Pérez, D. Bottinelli, A. Ríos, C. Esquivel, C. Cueva, F. Uribe y E. Triverio.