Allí el fotógrafo alemán Sebastian Erras vio la luz o, mejor dicho, vio el suelo, que sería el germen de su exitoso proyecto Parisian Floors (Suelos de París).
Ciudad de México, 1 de diciembre (SinEmbargo/The Huffington Post).– Todo empezó en Marruecos, en concreto en el Palacio de la Bahía de Marrackech. Allí el fotógrafo alemán Sebastian Erras vio la luz o, mejor dicho, vio el suelo, que sería el germen de su exitoso proyecto Parisian Floors (Suelos de París).
«Allí fue donde descubrí los suelos de mosaicos», cuenta el autor a El Huffington Post mediante correo electrónico. «Empecé a hacer fotos del suelo e incluía en ellas mis pies. Cuando volví a París a trabajar, empecé a fijarme en las baldosas de cafés, vestíbulos, restaurantes y otros lugares», continúa. «Así nació el proyecto».
De eso han pasado algo más de seis meses, tiempo en el que Erras ha inmortalizado «unos 250 suelos diferentes de París» y ha conseguido que la cuenta Parisian Floors sume más de 35 mil 300 seguidores en su perfil de Instagram (la suya personal tiene unos 900). Ahora ha dado el salto a Italia para inmortalizar también la belleza de los suelos de Venecia y colaborar con el proyecto «Venetian Floors» de la empresa Pixartprinting, que busca el mismo objetivo pero en la ciudad italiana.
«Tuve una gran guía que ya había descubierto unos cuantos suelos de antemano. Durante mis tres días en Venecia, anduvimos por las pequeñas calles y buscamos suelos. Encontramos algunos mosaicos preciosos y suelos de mármol en museos, hoteles y cafés», explica.
Erras realizó unas 150 fotografías en las que sus zapatos o zapatillas deportivas aparecen siempre impolutos. «Los zapatos se han convertido en una parte importante de mis fotos. Intento combinarlos lo mejor que puedo con los suelos. Tengo una rutina semanal: los limpio y los encero para que se mantengan brillantes», confiesa este autor que no quiere quedarse ni en París ni en Venecia. Ya tiene en mente algunos destinos (Lisboa, Milán o Barcelona), aunque asegura que todavía es demasiado pronto para ponerse en marcha.
Por ahora nos tendremos que conformar con seguir viajando por los suelos de París o disfrutar de la belleza de los mosaicos venecianos como éstos.
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