Belgrado, 20 nov (EFE).- La OTAN ha levantado hoy la prohibición de que aviones militares de Serbia volaran cerca de la frontera con Kosovo, impuesta en 1999 después de la guerra entre la guerrilla independentista kosovar y las fuerzas serbias que acabó tras la intervención de la Alianza en contra de estas.
«A partir de hoy, la KFOR (la fuerza de la OTAN en Kosovo) relajó plenamente la zona de seguridad», anunció el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, durante una visita oficial a Belgrado.
«Es una expresión concreta de la mejora de las relaciones entre la OTAN y Serbia. Las restricciones que fueron impuestas en parte del espacio aéreo serbio desde 1999 ahora han sido levantadas», indicó.
La zona de exclusión de vuelos militares y del uso de sistemas antiaéreos fue establecida en una franja de 25 kilómetros a lo largo de la frontera de Kosovo como parte del armisticio de junio de 1999, y desde entonces se fue reduciendo la extensión de la zona, hasta su eliminación total hecha pública hoy.
La OTAN bombardeó Yugoslavia (entonces integrada por Serbia y Montenegro) durante 78 días para poner fin a la guerra entre las fuerzas serbias del presidente autoritario Slobodan Milosevic y los separatistas albanokosovares.
Stoltenberg lamentó las víctimas inocentes de la campaña aérea aliada contra Serbia, pero justificó que fue necesaria para «poner fin a años de conflictos en los Balcanes».
Recalcó la importancia de los progresos en el diálogo de Serbia y Kosovo para la normalización de las relaciones «como la única vía hacia adelante».
Kosovo proclamó en 2008 su independencia de Serbia, que Belgrado sigue sin reconocer.
Pese a ello, los dos países están embarcados en un proceso de mejora de relaciones auspiciado por la Unión Europea.
Stoltenberg declaró hoy que hay grandes posibilidades de cooperación política y práctica de la OTAN y Serbia, un país neutral que aspira a ingresar en la Unión Europea.
Por su parte, el Primer Ministro serbio, Aleksandar Vucic, recalcó la importancia de esa cooperación en temas como la lucha contra el terrorismo, la crisis de los refugiados y la preservación de la estabilidad regional.
Al contestar a una pregunta sobre la posible oposición de Rusia a la adhesión de Montenegro a la OTAN, sobre la que la Alianza decidirá el próximo mes, Stoltenberg señaló que «ninguna tercera parte tiene el derecho a inmiscuirse en ese proceso».
