Washington, 14 nov (EFE).- Hillary Clinton, favorita a la candidatura demócrata a la Casa Blanca en 2016, prometió hoy hacer «todo lo posible» para acabar con la violencia armada en Estados Unidos.
«Esto es una emergencia», afirmó Clinton en el segundo debate de los precandidatos demócratas a las elecciones presidenciales del próximo año en EE.UU., que emite la cadena CBS News desde el estado de Iowa.
«Hay que hacer todo lo posible para detener la violencia con armas de fuego sin importar lo que diga el NRA (la influyente Asociación Nacional del Rifle)», subrayó la exsecretaria de Estado.
«Ha habido aproximadamente 2.800 muertes por armas de fuego desde el último debate demócrata hace un mes. No podemos esperar más para actuar contra la violencia de las armas», insistió la también ex primera dama.
Según Clinton, «los vendedores y fabricantes de armas deberían rendir cuentas cuando ponen en peligro a las comunidades».
«No podemos -reiteró- aceptar 33.000 muertes por armas al año como normal. La mayoría de los americanos, incluidos los dueños de armas que cumplen la ley, creen que podemos y debemos hacerlo mejor».
Uno de sus contrincantes en el debate, el senador Bernie Sanders, segundo en las encuestas por detrás de Clinton, admitió que «hay mucho trabajo por hacer» para acabar con ese problema.
El tercer precandidato que lucha por la nominación presidencial, el exgobernador de Maryland Martin O’Malley, lamentó que EE.UU. sea «la única nación del planeta que entierra a tantos de los nuestros por la violencia de las armas».
O’Malley también reprochó a Clinton haber cambiado de opinión sobre el asunto de la violencia armada durante su carrera política, y le advirtió de que «hay una diferencia entre liderar con principios y liderar con encuestas».
Según datos de la organización «Todas las ciudades por el control de armas» recabados hasta el pasado 1 de octubre, un total de 45 tiroteos masivo se han producido en Estados Unidos en 2015.
El último tiroteo grave ocurrió en este país el pasado 1 de octubre en un centro de estudios superiores en Roseburg (Oregón), done murieron al menos 13 personas y otras 20 resultaron heridas, según las autoridades.
El presidente de EE.UU., el demócrata Barack Obama, denunció entonces que el país ha convertido «en una rutina» las masacres por violencia armada, e insistió en que «ningún país avanzado» asiste regularmente a episodios como el ocurrido en Oregón.
