El joven artista mexicano Javier Areán divide su tiempo entre la pintura y la música. Inquieto y prolífico, actualmente presenta en el Claustro Sor Juana la exposición «En un lugar de la frontera cuyo nombre no quiero acordarme»
Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo).- Nacido en la ciudad de México en 1969, el artista Javier Areán obtuvo su licenciatura en la New School for Social Research de Nueva York y posteriormente cursó una especialización de cuatro años en pintura, dibujo y escultura en la New York Studio School y la Universität der Künste, en Berlín.
Es miembro fundador del proyecto Diagrama, una plataforma sin fines de lucro dedicado al diálogo, la crítica y la reflexión de la Pintura Contemporánea en México.
En los últimos años el trabajo de Areán se ha visto informado por la pintura contemporánea europea, principalmente por la obra de artistas como Luc Tuymans, Marlene Dumas, Gerhard Richter o Wilhelm Sasnal, pero también por artistas como Francis Alÿs, que han expandido el concepto y el lenguaje de la pintura más allá de sus fronteras convencionales.
Entre sus obras relevantes, realizó un proyecto patrocinado por la colección Jumex (2013), que involucraba la acción de caminar desde la frontera con Francia hasta Barcelona en un acto para honrar la memoria de los exiliados españoles de la Guerra Civil.
De este proyecto se desprendió un cuerpo de obra que fue adquirido por una Fundación privada y ahora forma parte de una de las colecciones de pintura más destacadas de nuestro país.
La obra de Areán ha sido exhibida nacional e internacionalmente, tanto en exposiciones individuales como colectivas, en galerías y museos de arte contemporáneo.
Actualmente presenta en la Universidad del Claustro Sor Juana la exposición En un lugar de la frontera de cuyo nombre no quiero acordarme, siguiendo los pasos de sus antepasados familiares para reflexionar sobre las migraciones en un tiempo donde el mundo se ha hecho pequeño y hostil para los viajeros.
Lo visitamos en su taller de la Colonia Roma, observando su vértigo, la angustia por alguna entrega pendiente, vestir el mono de color negro con que llena sus óleos de gran tamaño, sin olvidar los compromisos con la banda de rock Eurídice, de la que forma parte.
*Mi abuelo materno fue piloto republicano en la época de la Guerra Civil Española. Cuando terminó la guerra hizo el recorrido de Francia a Barcelona, donde finalmente lo detuvieron. Lo mandaron a un campo de concentración que era básicamente una playa, sólo había un alambrado, no había servicios sanitarios ni una barraca, no había nada.
*Mi abuelo no hablaba mucho del tema y una vez que él falleció, me di cuenta de la situación extrema que tuvo que pasar. Lo que hice cuando la Fundación Jumex me pidió un proyecto, fue plantear hacer el mismo recorrido que hizo mi abuela, entre Francia y Barcelona, pero en sentido inverso.
*Caminé 200 kilómetros en memoria de mi abuelo y de todas las personas que estuvieron en el exilio y lucharon por la democracia para sus respectivos países. A la vez, concreté un acto performático y a partir de esa acción desarrollé el cuerpo de obra que se expone ahora en el Claustro Sor Juana.
*La esencia de la serie trata de la identidad y de mi origen. Quién soy, de dónde vengo. Por otro lado, es una forma de volver a revisar esa historia que no todo el mundo conoce. Incluso los franceses desconocen los campos de concentración que hubo allí.
*Ahora con el tema de Siria y todo el fenómeno de migración que se está dando en Europa, creo que la muestra tiene esa resonancia contemporánea.
*Fueron 15 días de caminata que llevaron el cuerpo al extremo. El momento más emocionante fue al regreso, cuando crucé la frontera. Mi abuelo nunca regresó a España porque murió en el 1974, antes de que muriera Francisco Franco. De alguna forma yo lo hice por él. A pesar de ser un acto de simbólico, una especie de representación, estaba muy cargado de emociones.
*A mi abuelo no lo conocí mucho, era un hombre muy serio, hablaba poco.
*Mi padre, que tiene 85 años, llegó aquí a los 12. Está muy feliz por la experiencia que viví.
*Pinto con óleo, ningún otro material me da esa flexibilidad. En el Claustro hay algunas obras hechas sobre papel.
*Siento mucho estrés cada vez que voy a hacer una muestra. El camino lo hice con mi esposa Elisa y con el artista vasco Taxio Ardanaz, que también trabaja el tema del exilio. Vino también un artista canadiense que usa el caminar como forma de expresión.
*Ahora también estoy involucrado en la confección de 30 ilustraciones para El Gran Gatsby, de Fitzgerald. El libro saldrá por Editores Mexicanos Unidos. Estoy muy orgulloso por esa tarea, es de mucha responsabilidad y trato de estar a la altura.
*Aprovecho los huecos que hay en la narración para expresarlos en imágenes, no volver a contar la historia, pues ya está contada por la narración.
*Mi vida de artista está llena de incertidumbre, porque así es esta vida. Pero no podría tener otra, no tengo opción.
*El ambiente del arte mexicano contemporáneo es muy difícil. Por un lado, es un ambiente muy pequeño, por otro lado hay mucho amiguismo, pero afortunadamente me siento feliz por haber encontrado un lugar allí. Frecuentarlo es parte de mi tarea, hablar con los curadores, ir a las inauguraciones.