«Un dolor insoportable», es sólo una de las maneras en que se puede describir la migraña. A continuación una serie de ilustraciones que reflejan ese sentir, explicado por los propios pacientes.
Por Lindsay Homes y Alissa Scheller. Traducido por Lara Eleno Romero
Ciudad de México, 5 de noviembre (SinEmbargo/Huffington Post).- Quienes padecen de migrañas están demasiado familiarizados con esa tortura que puede aparecer en cualquier momento. Y, por si el dolor no fuera suficiente de por sí, esta enfermedad tiene otros síntomas como náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al ruido. En otras palabras: es una experiencia insoportable.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), la migraña es una cefalea (dolor de cabeza) primara, que suele aparecer en la pubertad pero afecta sobre todo a personas entre los 35 y los 45 años.
Está causada por la activación de un mecanismo encefálico que conduce a la liberación de sustancias inflamatorias y causantes de dolor alrededor de los nervios y vasos sanguíneos de la cabeza.
Además de la cefalea generalmente pulsátil y de un solo lado de la cabeza, se suelen presentar nauseas, síntomas que empeoran con la actividad física ordinaria.
Según la Fundación de Investigación de la Migraña, aproximadamente un 18 por ciento de las mujeres y un 6 por ciento de los hombres experimentan este síndrome. Alrededor de un 90 por ciento de los que lo sufren no son capaces de llevar a cabo tareas cotidianas cuando tienen un ataque de migraña.
Y, por si esto fuera poco, para los que padecen de migraña, es difícil describir su intenso efecto debilitante a los que nunca han sufrido una. Por eso, preguntamos a nuestros seguidores de Facebook cómo se sentían cuando sufrían un ataque de migraña. Éstas son algunas de las respuestas que nos dieron:
«Es como si alguien me estuviera escurriendo el cerebro»
«Es como si alguien subido en una tapa de alcantarilla me estuviera aplastando la cabeza»
«Es como si alguien me clavara un clavo incandescente justo encima de la sien derecha»
«Es como si me estuviera dando cabezazos contra un muro de ladrillo»
«Es como si un boxeador le estuviera dando puñetazos a mi cerebro con todas sus fuerzas una y otra vez»
«Es como si alguien hubiera puesto una bola de jugar a los bolos a la altura de los ojos y la apretara contra mi cara»
«Es como si alguien estuviera tocando el tambor en mi cabeza»
«Es como si me estuvieran clavando un picahielo en la cabeza»
«Es como un inflador que llena un globo de agonía que nunca explota, pero que palpita durante horas»
«Es como si el cerebro me creciera e intentara salírseme del cráneo»
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